Apocalipsis  22, 6-15

Luego me dijo*: «Estas palabras son ciertas y verdaderas. El Señor Dios, que inspira a los profetas, ha enviado a su ángel para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto. Ten en cuenta que vendré pronto. Dichoso el que guarde las palabras proféticas de este libro.» Yo, Juan, fui el que vi y oí esto. Y cuando lo oí y vi, caí a los pies del ángel que me había mostrado todo esto, para adorarle. Pero él me dijo: «No, cuidado. Yo soy un siervo como tú, tus hermanos los profetas y los que guardan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.» Luego añadió: «No selles las palabras proféticas de este libro, porque el Tiempo está cerca. Que el injusto siga cometiendo injusticias* y el manchado siga manchándose; que el justo siga practicando la justicia y el santo siga santificándose. Ten en cuenta que vendré pronto, y que traeré mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según su trabajo. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin. Dichosos los que laven sus vestiduras; así podrán disponer del árbol de la vida y entrar por las puertas en la ciudad*. ¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y los aficionados a la mentira!»
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