Ezequiel 8, 3
“
Alargó una especie de mano y me agarró por los cabellos; el espíritu me elevó entre el cielo y la tierra y me llevó a Jerusalén en medio de sobrecogedoras visiones*, a la puerta septentrional del atrio interior, allí donde se alza el ídolo de los celos, que provoca los celos*. ”