Hechos 20, 28-32

«Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios*, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo*. «Sé muy bien que, después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos feroces que no escatimarán medios para atacar al rebaño; y también que entre vosotros mismos aparecerán algunos propalando falsedades, para arrastrar tras de sí a los discípulos. Por tanto, vigilad y acordaos que durante tres años no he cesado de amonestaros día y noche con lágrimas a cada uno de vosotros. «Ahora os encomiendo a Dios y a su palabra de gracia, que tiene poder* para construir el edificio de los creyentes y daros la herencia con todos los santificados.
Ver contexto