Isaías 17, 12-14

¡Qué bramar de gentío!, como el bramido del mar braman*. ¡Qué retumbar de masas!, como retumbo de riada retumban. (Masas que retumban, como retumbo de crecida retumban*). Pero él las increpa, y de lejos huyen, y son perseguidas como el tamo de los montes por el viento, y como torbellino por el huracán. A la hora del atardecer se presenta el miedo, antes de la mañana ya no existen. Ésa sea la parte de nuestros despojadores, la suerte de nuestros saqueadores.
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