Jeremías  23, 9-12

A los profetas*. Se me partió el corazón* por dentro, estremeciéronse todos mis huesos, me quedé como un borracho, como aquél a quien le domina el vino, por causa de Yahvé, por causa de sus santas palabras. «El país está lleno de adúlteros. (A causa de una maldición se ha enlutado la tierra, se secaron los pastos de la estepa.) Los hombres corren al mal, su poder es la injusticia. Tanto el profeta como el sacerdote se han vuelto impíos; en mi templo topé con su maldad —oráculo de Yahvé—. Por eso su camino se les hará un despeñadero: a la tiniebla serán empujados y caerán en ella. Pues voy a traerles una calamidad el año en que les llegue el castigo» —oráculo de Yahvé—.
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