Jueces 7, 15-25

Cuando Gedeón oyó la narración del sueño y su explicación, se postró, volvió al campamento de Israel y dijo: «¡En marcha!, porque Yahvé ha puesto en vuestras manos el campamento de Madián.» Gedeón dividió a los trescientos hombres en tres cuerpos. Les dio a todos cuernos y cántaros vacíos, con antorchas dentro de los cántaros. Les dijo: «Fijaos en mí y haced lo mismo que yo. Cuando llegue yo al extremo del campamento, haced vosotros lo que me veáis hacer. Cuando yo y todos mis compañeros toquemos los cuernos, los tocaréis vosotros también, alrededor del campamento, y gritaréis: ¡Por Yahvé y por Gedeón!» Gedeón y los cien hombres que le acompañaban llegaron al extremo del campamento al comienzo de la guardia de la medianoche, cuando acababan de hacer el relevo de los centinelas. Tocaron los cuernos y rompieron los cántaros que llevaban en la mano. Entonces los tres cuerpos del ejército tocaron a su vez los cuernos y rompieron los cántaros (llevaban en la izquierda las antorchas y en la derecha los cuernos para poder tocarlos), y gritaron: «¡La espada por Yahvé y por Gedeón!» Y se quedaron quietos, cada uno en su lugar alrededor del campamento. Todo el campamento se despertó y, lanzando alaridos, se dieron a la fuga. Mientras los trescientos tocaban los cuernos, Yahvé volvió la espada de cada uno contra su compañero por todo el campamento*. La tropa huyó hasta Bet Hasitá, hacia Sartán*, hasta la orilla de Abel Mejolá, frente a Tabat. Los hombres de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés se reunieron y persiguieron a Madián. Gedeón envió mensajeros por toda la montaña de Efraín con este encargo: «Bajad al encuentro de los madianitas y cortadles los vados hasta Bet Bará y el Jordán.» Se reunieron todos los hombres de Efraín y ocuparon los vados hasta Bet Bará y el Jordán. Hicieron prisioneros a los dos jefes de Madián: Oreb y Zeeb. Mataron a Oreb en la Peña de Oreb y a Zeeb en el Lagar de Zeeb. Persiguieron a Madián y llevaron a Gedeón, al otro lado del Jordán, las cabezas de Oreb y Zeeb*.
Ver contexto