Jueces 8, 24-27

Y añadió: «Os voy a pedir una cosa: que cada uno me dé un anillo de su botín.» (Porque los vencidos tenían anillos de oro, pues eran ismaelitas.) Respondieron ellos: «Te los damos con mucho gusto.» Extendió él su manto y cada uno de ellos echó en él un anillo de su botín*. El peso de los anillos de oro que les había pedido resultó ser de mil setecientos siclos de oro, sin contar las lunetas, los pendientes y los vestidos de púrpura que llevaban los reyes de Madián, ni tampoco los collares que pendían del cuello de sus camellos. Gedeón hizo con todo ello un efod*, que colocó en su ciudad, en Ofrá. Pero todo Israel se prostituyó allí tras él y vino a ser una trampa para Gedeón y su familia.
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