Lucas 22, 63-71

Los hombres que le tenían preso se burlaban de él y le golpeaban. Le cubrían con un velo y le preguntaban: «¡Adivina! ¿Quién te ha pegado?» Y le insultaban diciéndole otras muchas cosas. En cuanto se hizo de día, se reunió el Consejo de Ancianos del pueblo*: sumos sacerdotes y escribas. Le hicieron venir a su Sanedrín* y le dijeron: «Si tú eres el Cristo, dínoslo.» Él respondió: «Si os lo digo, no me creeréis. Si os pregunto, no me responderéis. De ahora en adelante, el Hijo del hombre estará sentado a la diestra* del poder de Dios.» Dijeron todos: «Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios*?» Él respondió: «Vosotros lo decís: Yo soy.» Añadieron ellos: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca*
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