Marcos 11, 15-17

Llegaron a Jerusalén. Una vez allí, entró Jesús en el Templo y comenzó a echar fuera a los vendedores y compradores; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. Y les enseñaba, diciendo: «¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las gentes*? ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!»
Ver contexto