Marcos 13, 14-23

«Pero, cuando veáis el ídolo abominable erigido donde no debe (el que lea, que comprenda), entonces que huyan a los montes los que estén en Judea; el que esté en el terrado, que no baje ni entre a recoger algo de su casa, y el que esté por el campo, que no regrese en busca de su manto. ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! Orad para que no suceda en invierno. Porque aquellos días habrá una tribulación, como no la hubo desde el principio de la creación, que hizo Dios, hasta el presente, ni la volverá a haber. Y si el Señor no acortase aquellos días, no se salvaría nadie; pero, en atención a los elegidos que él escogió, ha acortado los días. Entonces, si alguno os dice: ‘Mirad, el Cristo aquí’, ‘Miradlo allí’, no lo creáis. Pues surgirán falsos cristos y falsos profetas, que realizarán señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los elegidos. Vosotros, pues, estad sobre aviso; mirad que os lo he predicho todo.
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