Salmos 32, 8-11

«Voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir; sin quitarte los ojos de encima, seré tu consejero». No seas lo mismo que caballo o mulo sin sentido, rienda y freno hacen falta para domar su brío*. Copiosas son las penas del malvado, mas a quien confía en Yahvé lo protege su amor. ¡Alegraos en Yahvé, justos, exultad, gritad de gozo los de recto corazón!
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