Salmos 44, 2-9

[[3]] con tu propia mano. Para plantarlos a ellos, desposeíste naciones, para ensancharlos, maltrataste pueblos; [[4]] no conquistaron el país con su espada, ni su brazo les dio la victoria; fueron tu diestra y tu brazo, y la luz de tu rostro, pues los amabas. [[5]] Tú solo, Rey mío, Dios mío, decidías* las victorias de Jacob; [[6]] por ti hundíamos a nuestros adversarios, en tu nombre pisábamos a nuestros agresores. [[7]] No ponía mi confianza en mi arco, ni mi espada me hizo vencedor; [[8]] tú nos salvabas de nuestros adversarios, cubrías de vergüenza a nuestros enemigos; [[9]] en Dios nos gloriábamos a diario,Pausa. celebrando tu nombre sin cesar. [[10]] Y con todo nos rechazas y avergüenzas, no sales ya con nuestras tropas,
Ver contexto