Salmos 78, 43-51

de cuando hizo en Egipto sus señales*, en los campos de Tanis sus prodigios. Convirtió en sangre sus ríos, sus arroyos, para que no bebiesen; tábanos les mandó que los picasen, y ranas para que los infestasen; entregó a la langosta sus cosechas, el fruto de su afán al saltamontes; asoló con granizo sus viñedos, todos sus sicómoros con aguaceros; entregó sus ganados al pedrisco y a los rayos sus rebaños. Les envió el fuego de su cólera, indignación, enojo y destrucción, tropel de mensajeros de desgracias, y dio curso libre a su ira. No los preservó de la muerte, a la peste sus vidas entregó; hirió en Egipto a todo primogénito, las primicias varoniles en las tiendas de Cam.
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