Eclesiástico 24, 3-9

«Yo salí de la boca del Altísimo* y, como niebla, cubrí la tierra. Yo puse mi tienda en las alturas, y mi trono era una columna de nubes*. Yo sola recorrí la bóveda del cielo y me paseé por la profundidad del abismo. Sobre las olas del mar, sobre toda la tierra, sobre todos los pueblos y naciones se extendía mi dominio*. En todos ellos busqué donde descansar, una heredad donde establecerme. Entonces el creador del universo me dio una orden, el que me había creado me hizo plantar la tienda, y me dijo: «Pon tu tienda en Jacob, sea Israel tu heredad.» Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y por los siglos de los siglos existiré.
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