Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
33. Etapas del Camino desde Egipto al Jordán.
E l hagiógrafo cree conveniente hacer un recuento de las diversas etapas recorridas por Israel durante su peregrinación por el desierto, cuando los hebreos están ya en los umbrales de la tierra prometida. La forma es esquemática, y se nos dan nombres de etapas desconocidas. El orden actual del texto está un tanto alterado. No es posible identificar todos los lugares mencionados, ya que en el desierto apenas existen puntos de referencia y de di ver significación, y, por otra parte, muchos nombres son convencionales y nuevos, debido a incidentes habidos en la marcha de los israelitas. Pero las líneas generales del itinerario son claras.
Estaciones desde la Salida de Egipto al Jordán (1-49).
1
He aquí las estaciones de los hijos de Israel cuando salieron, según sus escuadras, de la tierra de Egipto, conducidos por Moisés y Aarón. 2
Moisés describió su salida según sus estaciones a voluntad de Yahvé, y son éstas las estaciones de su marcha: 3
Partieron de Rameses el primer mes, el día quince del primer mes. Al día siguiente a la Pascua, los hijos de Israel salieron con mano alzada a la vista de todos los egipcios. 4
Los egipcios estaban sepultando a sus primogénitos, que había herido Yahvé entre ellos, haciendo así justicia contra sus dioses. 5
Partieron, pues, los hijos de Israel de Rameses y acamparon en Sucot. 6
Partidos de Su-cot, acamparon en Etam, que está en el extremo del desierto. 7
Partidos de Etam, volvieron hacia Piajirot, que está frente a Baalsefón, y acamparon frente a Migdol. 8
Partidos de Piajirot, pasaron por en medio del mar hacia el desierto, e hicieron tres días de camino en el desierto de Etam, y acamparon en Mará. 9
Partidos de Mará, llegaron a Elim, donde había doce fuentes y setenta palmeras, y acamparon allí. 10
Partidos de Elim, acamparon junto al mar Rojo. 11
Partidos del mar Rojo, acamparon en el desierto de Sin. 12
Partidos del desierto de Sin, acamparon en Dafca. 13
Partidos de Dafca, acamparon en Alus. 14
Partidos de Alus, acamparon en Rafidim, donde no había agua para que bebiera el pueblo. 15
Partidos de Rafidim, acamparon en el desierto del Sinaí. 16
Partidos del desierto del Sinaí, acamparon en Quibrot-hat-tawah. 17
Partidos de Quibrot-hat-ta-wah, acamparon en Jaserot. 18
Partidos de Jaserot, acamparon en Retma. 19
Partidos de Retma, acamparon en Remón Pares. 20
Partidos de Remón Pares, acamparon en Lebna. 21
Partidos de Lebna, acamparon en Resa. 22
Partidos de Resa, acamparon en Quelata. 23
Partidos de Quelata, acamparon en el monte Sefer. 24
Partidos del monte Sefer, acamparon en Jarada. 25
Partidos de Jarada, acamparon en Maquelot. 26
Partidos de Maquelot, acamparon en Tajat. 27
Partidos de Tajat, acamparon en Taraj. 28
Partidos de Taraj, acamparon en Mitca. 29
Partidos de Mitca, acamparon en Jasmona. 30
Partidos de Jasmona, acamparon en Moserot. 31
Partidos de Moserot, acamparon en Bene Yaaqán. 32
Partidos de Bene Yaaqán, acamparon en Jor Hagidgad. 33
Partidos de Jor Hagidgad, acamparon en en Yotbatá. 34
Partidos de Yotbatá, acamparon en Abroná. 35
Partidos de Abroná, acamparon en Asiongaber. 36
Partidos de Asiongaber, acamparon en el desierto de Sin, que es Cades. 37
Partidos de Cades, acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de Edom. 38
Aarón, sacerdote, subió al monte Hor por orden de Yahvé, y murió allí el año cuadragésimo después de la salida de Egipto, el quinto mes, el primero del mes. 39
Tenía Aaróii ciento veintitrés años cuando murió en la cima del monte Hor. 40
Fue entonces cuando el canaiieo rey de Arad, que habitaba el Ne-gueb, en la tierra de Canaán, tuvo conocimiento de la llegada de los hijos de Israel. 41
Partidos del monte Hor, acamparon en Salmona. 42
Partidos de Salmona, acamparon en Punón. 43
Partidos de Punón, acamparon en Obot. 44
Partidos de Obot, acamparon en lye-Haabarim, en los confines de Moab. 45
Partidos de lye-Haabarim, acamparon en Dibón Gad. 46
Partidos de Dibón Gad, acamparon en Almón-Diblatajim. 47
Partidos de Almón-Diblatajim, acamparon en los montes de Abarim, frente a Nebo. 48
Partidos de los montes de Abarim, acamparon en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó; 49
acamparon a lo largo del Jordán desde Bet-Haisimot hasta Abel-Sittim, en los llanos de Moab.
Los israelitas marcharon del territorio egipcio
con mano alzada (v.4) a la vista de los egipcios, es decir, con la frente levantada
bajo la protección divina, que tan claramente se había manifestado en las plagas. En
Exo_6:6, mano tendida significa la salvación obtenida por el auxilio divino1. Salen de Rameses, situada en la parte oriental del Delta; siguen hacia el sur, y por los lagos Amargos, o por el extremo norte del golfo de Suez, pasan al desierto, que luego siguen por la orilla del mar Rojo hasta internarse en la península del Sinaí. De aquí caminan en dirección norte hasta el desierto de Cades, y vuelven luego hacia el oriente para atravesar los montes de Edom. Impedidos de seguir este atajo, tienen que bajar por el valle de Arabah hasta el golfo de Elán o de Akabah (Asiongaber). Desde aquí vuelven hacia el norte por la frontera oriental de Edom y de Moab y atraviesan los reinos amorreos para venir a los llanos de Moab, a orillas del Jordán, frente a Jericó. Esta es la trayectoria general2.
La Distribución de Canaán (50-56).
50
En los llanos de Moab habló Yahvé a Moisés, diciendo: 51
Di a los hijos de Israel: Cuando hubiereis pasado el Jordán para la tierra de Canaán, 52
arrojad de delante de vosotros a todos los habitantes de la tierra, 53
y destruid todas sus esculturas y todas sus imágenes fundidas, y devastad todos sus excelsos. 54
Tomad posesión de la tierra y habitadla, pues para que la poseáis os la doy. Distribuidla por suerte entre las familias. A las más numerosas les daréis mayor heredad, y una menor heredad a las menos numerosas. La que en suerte le tocare a cada una, ésa será su heredad, y la recibiréis en posesión según vuestras tribus patriarcales. 55
Si no arrojáis de delante de vosotros a los habitantes de la tierra, los que de ellos dejéis en medio de vosotros serán como espinas en vuestros ojos y aguijón en vuestros flancos, y os hostilizarán en la tierra que vais a habitar, 56
y yo mismo os trataré a vosotros como había resuelto tratarlos a ellos.
Dos puntos en esta orden divina: la expulsión de los cananeos y la destrucción de los santuarios y objetos de culto de éstos, y la distribución proporcional y equitativa de la tierra prometida. Los pueblos cananeos poseían una cultura superior a los hebreos y una religión naturista sensual, todo lo cual era un gran peligro para los rudos israelitas, materialistas por temperamento, y, cansados de la monotonía del desierto, estaban ávidos de gozar de la vida en tierra más feraz. El legislador teme, por otra parte, que este pueblo deje la religión sencilla y sin imágenes del desierto y se deje llevar por los esplendores de los cultos cananeos. La historia nos confirma estos temores, ya que los israelitas tuvieron propensión innata a la idolatría. Los profetas luchan contra ella, y sólo después del destierro quedan curados de toda veleidad politeísta. Hay que tener en cuenta todo esto para comprender el interés del legislador hebreo en la destrucción de cuanto significa culto de los dioses de Canaán. Por eso les manda hacer desaparecer las
esculturas religiosas y los lugares
excelsos o
bamot, en los que proliferaban los cultos orgiásticos cananeos (v.63)3.
El principio para la distribución de la tierra de Canaán es justo y natural. Debe repartirse proporcionalmente, según las familias sean más o menos numerosas. Era el modo de evitar en principio el problema social, creado por el pauperismo y la acumulación de riquezas. Con el tiempo, la situación cambia, y el número de las familias también, y por eso el principio, equitativo teóricamente, es injusto después muchas veces en la práctica. De hecho vemos por el Deuteronomio y la predicación de los profetas que el pauperismo era la plaga social en Israel como en otros pueblos. Se puede dudar si, en el reparto de la tierra que se nos cuenta en el libro de Josué, presidió este principio de equidad. Parece claro por Jue 1 que, en buena parte, el reparto consistió en asignar a cada tribu la porción que debían conquistar efectivamente, pues la obra de Josué fue una conquista virtual, consistente en quebrantar las fuerzas unidas de los cananeos, dejando a cada una de las tribus el acabar la obra de la conquista y posesionarse de la tierra. Esto no lo consiguieron las tribus sino muy lentamente, y hasta se puede decir que la obra de la conquista no fue acabada sino en el reinado de David.
1 Cf.
Exo_14:8. 2 Sobre el itinerario de los israelitas véase M. Lagrange: RB (1900) p. 78s
. 3 Véase H. Vingent,
Canaán d'aprés la exploration récente p. 152-173.