Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 68 (Vg 67): Canto Triunfal: Las Gestas de Yahve.
E ste salmo tiene un marcado sello de himno de alabanza y de acción de gracias de índole colectiva y nacional, y parece haber sido compuesto con motivo de la liberación de una situación crítica del pueblo, oprimido por una potencia extranjera. El pensamiento fluctúa entre lo épico y lo lírico, y, así, tan pronto se presenta a Yahvé como Guerrero libertador, como Señor de la naturaleza que protege a su pueblo a través de la historia.
El Dios de Israel habita en el santuario y desde allí dispensa su protección a los desvalidos. Los pensamientos se suceden de modo heterogéneo, sin que falten las perspectivas mesiánicas al anunciar la venida de las naciones extranjeras ante Yahvé. Parece que restarnos en presencia de un himno con ocasión de la liberación de deportados o prisioneros; se celebra a grandes rasgos la historia del pasado de Yahvé en relación con la vida de Israel, y se apela a su historia futura, su triunfo sobre las naciones hostiles y aun su glorificación por los reinos de la tierra en general 1.
Desde el punto de vista de interpretación, este salmo es quizá el más oscuro y heterogéneo del Salterio: desconexión del pensamiento de no pocos versículos, alusiones d. hechos desconocidos, expresiones oscuras sumamente originales y peregrinas. Por eso no es fácil captar el sentido literal inmediato de no pocas secciones, y las hipótesis interpretativas se multiplican con cada autor. Ë Dios se le designa con los nombres de
EIohim, El, Yahvé, Yah, Adoiiai, Shadday, lo que acentúa la complejidad del origen literario de esta composición salmódica. Algún autor lo ha definido como un salmo al estilo de Débora, moviéndose sobre la más alta cima del sentimiento y de la presentación lírica. La dicción es atrevida y tan idiomática, que no se encuentran menos de trece palabras no usadas fuera de aquí. 2
No obstante, podemos seguir el sentido general. Parece ser un canto procesional en estilo de oda triunfal -en torno al santuario de Jerusalén. Por eso se ensalza a Yahvé, que ha preferido el monte de Sión para habitar en él a otras montañas más elevadas, como las de Basan. Desde el punto de vista rítmico literario, podernos distinguir dos partes una relativa al pasado y otra referente al presente y al futuro , incluyendo cuatro estrofas.
Aunque en el título se asigne este salmo a David, sin embargo, son pocos los autores que mantienen la paternidad davídica del mismo. Se supone la existencia del templo. Por ciertas afinidades conceptuales con la segunda parte del libro de Isaías, no pocos críticos modernos infieren que esta composición es postexílica, de los tiempos de la opresión seléucida, y así creen que fue compuesta con motivo de la repatriación de los judíos de Egipto en tiempos de Ptolomeo Filadelfo (285-274 a.C.), y3 aun otros rebajan la época de composición a los tiempos macabaicos: se aludiría a la liberación de los judíos llevados en cautividad a Galaad en tiempo de Judas Macabeo (año 164 a.C.)4. Una tercera posición es la de los que suponen que el salmo es de origen davídico, pero que fue aumentando progresivamente por exigencias del culto litúrgico, con nuevas adiciones poéticas más o menos en consonancia con el esquema primitivo general del salmo5.
Preludio: La manifestación victoriosa de Yahvé (1-3).
1
Al maestro del coro. Salmo de David. Cántico 6
. 2
¡Alzase Dios! Se dispersan sus enemigos y huyen a su vista los que le odian. 3
Se desvanecen como se desvanece el humo; como al fuego se funde la cera, perecen los impíos ante la presencia de Dios. Al iniciarse la solemne procesión, el poeta declara el poder absoluto dé Dios sobre sus enemigos, que son los del pueblo de Israel. En realidad, este pensamiento está calcado sobre las palabras que repetía Moisés al ponerse en marcha el arca de la alianza por el desierto: Levántate, Yahvé; dispérsense
tus enemigos y huyan ante ti los que te aborrecen.7 Las palabras del salmista pueden entenderse en sentido optativo, como traducen no pocos comentaristas 8. La historia de Israel es la historia de los triunfos de Yahvé sobre sus enemigos. Estos no han podido resistir ante el empuje del Omnipotente. Con metáforas muy realistas expresa el poeta la débil resistencia que oponen a Yahvé:
se desvanecen como humo y se derriten como cera al fuego 9.
La protección de Dios sobre los desvalidos (4-7).
4
¡Alégrense, por el contrario, los justos y exulten, salten de de júbilo en presencia de Dios! 5
Cantad a Dios, ensalzad su nombre, allanad el camino al que viene cabalgando por el desierto: Yahvé es su nombre; exultad ante El. 6 El padre de los huérfanos, el defensor de las viudas, es Dios en su santo tabernáculo. 7
Dios, que da casa a los desamparados, que pone al libertad a los cautivos. Sólo los rebeldes se quedarán al seco. El poder omnímodo de Yahvé debe ser causa de confianza y alegría para los justos que le son fieles. Nada deben temer, y, al contrario, todo lo pueden esperar del que les dispensa su protección con amplia generosidad. Son los amigos de Dios, y, en consecuencia, deben
alegrarse por los triunfos de la justicia divina, manifestada en el castigo sobre los que viven fuera de la Ley. Yahvé se ha manifestado a través de la historia acompañando a su pueblo por las estepas del Sinaí; por eso, el poeta invita a los temerosos de Dios a preparar el camino del que avanza majestuoso en cortejo triunfal,
cabalgando por el desierto (v.5). En
Isa_40:3 se invita a abrir una gran avenida por el desierto para que pase el cortejo solemne de Yahvé con sus exilados de Babilonia, que vuelven alegres a su patria 10, Aquí el salmista habla en sentido metafórico e invita a los fieles a Yahvé a vivir conforme a su Ley,
preparando así el nuevo advenimiento espiritual del Omnipotente al santuario de Jerusalen. Y con todo énfasis declara el
nombre de su Dios:
Yahvé, el
tetragrammaton misterioso que había sido revelado a Moisés en las estepas del Sinaí, y que resumía la protección que en los días del éxodo había dispensado a su pueblo; las gestas de Yahvé en el pasado son una garantía y una prenda de su nueva intervención en favor de los que le son fieles en medio de una sociedad hostil y materializada n.
Pero Yahvé no sólo es el Dios de las grandes gestas en favor de su pueblo, sino el
Padre amoroso que se preocupa de los desvalidos:
los huérfanos y las viudas (v.6) 12. Prueba de su solicitud por los humildes y desamparados es su presencia habitual en su
santo tabernáculo de Jerusalén, desde donde atiende a las súplicas de sus fieles necesitados 13. Yahvé es la única protección para los desamparados, a los que otorga
casa, a la par que da la libertad a los
cautivos. Su solicitud abarca a todos los menesterosos; sólo los que le son
rebeldes quedan a la intemperie, desamparados de toda protección (v.7). Esta providencia especial que Yahvé tiene de los individuos necesitados la tiene también de Israel como colectividad; en los grandes momentos críticos, la omnipotencia divina ha estado al servicio de los intereses del pueblo elegido, liberándolos de Egipto, estableciéndolos en Canaán y, finalmente, libertándoles de la cautividad babilónica.
Las gestas de Yahvé en la estepa del Sinaí (8-11).
8
¡Oh Dios! Cuando tú salías a la cabeza de tu pueblo, cuando avanzabas por el desierto, Selah, 9
tembló la tierra, y los cielos se derritieron; tembló el Sinaí ante Dios, el Dios de Israel. 10
Tú hacías llover, ¡oh Dios! una lluvia generosa sobre tu heredad, y cuando ésta desfallecía, tú la sostenías. 11
Tu familia habitó en ella; tú preparaste, ¡oh Dios! tus bienes a los menesterosos. El poeta pasa revista a la historia accidentada de Israel y alude a las teofanías del Sinaí y a la entrada en Canaán con palabras tomadas del canto de Débora: Cuando tú, ¡oh Yahvé! salías de Seir, cuando subías desde los campos de Edom, tembló ante ti la tierra; destilaron los cielos, y las nubes se deshicieron en agua; derritiéronse los montes a la presencia de Yahvé, a la presencia del Dios de Israel. 14 La presencia sensible de Yahvé en medio de su pueblo durante las etapas duras del Sinaí fue la razón de su triunfo; y sus teofanías, acompañadas de conmociones atmosféricas, testificaban al pueblo su superior grandeza sobre los supuestos dioses de los otros pueblos 15. Y no sólo le conducía por tierras inhóspitas, sino que le proporcionaba el maná y las codornices la
lluvia generosa que habían de alimentar a su
heredad 16. Y su providencia se extendió hasta asentar a Israel su
familia en Canaán, donde los israelitas
menesterosos encontraron los
bienes prometidos por su Dios (v.11).
La conquista gloriosa de Canaán (12-15).
12
Da su voz cíe mando el Señor: vienen en tropel los Cortadores cíe buenas nuevas: 13
Huyen los reyes de los ejércitos, huyen; aun la mujer casera participa en el botín. 14
Y mientras vosotros reposáis entre los oviles, las alas de la paloma se han cubierto de plata, y sus plumas, de oro brillante. 15
Al dispersar el Omnipotente por ella a los reyes, cayó la nieve sobre el Selmón. El salmista alude ahora a determinados hechos gloriosos de armas que nos son desconocidos. Sus expresiones parece que están calcadas sobre las victorias antiguas de Débora y Barac en tiempo de los jueces 17. Al dar Yahvé la
voz de mando, al punto vienen los mensajeros con las buenas nuevas de la victoria: los reyes huyen desordenadamente, y el botín es tan abundante que hasta la
mujer casera toma parte en la recogida del
botín 18. El poeta se encara ahora con los israelitas cobardes que no han querido tomar parte en la batalla como en otro tiempo las tribus de Rubén, Gad, Dan y Aser no quisieron luchar con Débora y Barac 19 , y les dice irónicamente:
mientras reposáis en los oviles (como bestias indolentes y sin ilusiones de gloria), los mejores representantes de Israel la
paloma, designación cariñosa que aparece en
Sal_75:19 se han vuelto cargados de botín:
sus alas se han cubierto de plata, y sus plumas, de oro brillante (v.14) 20. La valentía de los aguerridos israelitas fue premiada con la intervención del Omnipotente, que dispersó a los
reyes, haciendo caer copiosa
nieve sobre el
Selmón, nombre que se da a un monte cerca de Siquem 21, aunque quizá sea una cima de la cordillera del Haurán 22. Tal vez el poeta aluda a la victoria sobre Og, rey de Basan, en la TransJordania septentrional 23.
La colina de Sión, elegida por Yahvé (16-19).
16
Monte de Dios es el monte de Basan; montaña rica en cumbres la montaña de Basan. 17 ¿Por qué miráis con envidia, montes encumbrados, al monte que eligió Dios para morada suya, en el que por siempre habitará Yahvé? 18
Los carros de Dios son millares de millares; viene entre ellos Yahvé del Sinaí a su santuario. 19
Subiste a lo alto, apresando cautivos, recibiendo hombres como presentes, aun a los rebeldes contra la morada de Yahvé Dios. A pesar de que en
Basan estaban las cumbres más elevadas, Yahvé no las escogió como morada permanente suya,
sino que fijó los ojos en la modesta colina de Sión. El monte Hermón, cubierto de nieves, es la cima más alta de los montes de Basan, y domina todo el panorama de Palestina y TransJordania. Su majestad parece en consonancia con las exigencias de la majestad divina, y, sin embargo, Yahvé no puso los ojos en él para establecer su tabernáculo 24. Por su elevación excepcional se le llama
monte de Dios 25. El salmista, con gran belleza poética, presenta a las cimas de Basan envidiosas de la situación privilegiada de la modesta colina de Sión, donde mora Dios (v.17).
Pero la elección de Yahvé es irrevocable: allí habitará por siempre.
Yahvé ha entrado triunfalmente como un guerrero en el monte de Sión, escoltado de un ejército de millares. Su marcha desde el Sinaí no ha podido ser más triunfal; los vencidos son sin número, pues sometió a los recalcitrantes y
rebeldes cananeos y jebuseos que se oponían al establecimiento de Yahvé en la colina de Sión (v. 19)
Yahvé, vengador de los enemigos de Israel (20-24).
20
Bendito sea todos los días el Señor; El lleva nuestra carga, es el Dios de nuestra salvación. Selah. 21
Dios es Dios nuestro para salvar, y a Yahvé, nuestro Señor, pertenecen las salidas de la muerte, 22
pues Dios rompe la cabeza a sus enemigos y el cráneo cabelludo al que persiste en su maldad. 23
Dijo el Señor: Haré volver de Basan, yo haré volver de las profundidades del mar, 24
para que puedas lavar tus pies en la sangre, y que la lengua de tus perros tenga parte en los enemigos. Poro la protección de Dios sobre su pueblo no pertenece sólo al pasado, sino que se muestra con viveza en la actualidad, pues en todo momento es el Dios
de salvación de los que le son fieles. En realidad, sólo El tiene poder sobre la muerte, y por eso, en los momentos de máximo peligro,
sabe encontrar las salidas de la muerte, la liberación 26.
Nadie se puede oponer a Yahvé, que, como un guerrero indómito, es capaz de abatir a los enemigos más fuertes (v.22) 27. Aunque éstos se refugiaran en lo más tupido de los montes de Basan o en las
profundidades del mar, Yahvé los haría reaparecer para que su pueblo pudiera
lavar sus pies en la sangre 28. La expresión es feroz, conforme a la mentalidad vengativa del A.T., cuando aún no habían aparecido las claridades de amor del mensaje de Cristo. El estadio de revelación del A.T. es sumamente imperfecto, y por eso algunas expresiones radicales de los hagiógrafos chocan con nuestra sensibilidad cristiana superior; pero debemos medirlas a la luz del genio extremista oriental, propenso a la hipérbole y a la frase descarnada, y teniendo en. cuenta el estadio imperfecto de la revelación. Para los hagiógrafos, los enemigos de Israel son los enemigos de Dios, y por eso, llevados del celo de la justicia divina, ansian no pocas veces que ésta descargue despiadadamente sobre los que se oponen a los designios de Yahvé sobre su pueblo 29.
La descripción de la solemne procesión (25-28).
25
Aparece tu cortejo, ¡oh Dios! el cortejo de mi Dios, cíe mi Rey, en el santuario. 26
Preceden los cantores, detrás los músicos, en medio las vírgenes con címbalos. 27
Bendecid a Dios en las asambleas, al Señor de la fuente de Israel30
. 28
Allí está Benjamín, el más joven, a la cabeza; allí los príncipes de Judá en muchedumbre, allí los príncipes de Zabulón y los de Neftalí.
El salmista ahora se entusiasma ante la marcha solemne de la procesión en honor del Dios que les ha dado la victoria en tantas ocasiones: cantores, músicos y coro de vírgenes contribuyen al esplendor de la manifestación religiosa. Todas las principales tribus tienen su representación: desde la más pequeña Benjamín hasta la más numerosa y cargada de gloria Judá , sin que falten las más septentrionales, como la de Zabulón y la de Neftalí. Las dos primeras representan las meridionales, mientras que las otras dos las septentrionales; quizá sean mencionadas por su heroico comportamiento, relatado en el cántico de Débora, del que depende en gran parte este salmo 31.
Súplica por el advenimiento de los tiempos mesiánicos ( 29-32 ).
29
Manda, oh Dios! conforme a tu poder; confirma, ¡oh Dios! lo que has hecho por nosotros. 30
Por tu templo en Jerusalén, te ofrecerán dones los reyes. 31
Espanta a las fieras del cañaveral, la manada de los toros con los novillos de los pueblos; prostérnense con barras de plata; dispersa a los pueblos que se deleitan en la guerra. 32
Vendrán príncipes de Egipto, y Etiopía se apresurará a presentar sus manos a Dios.
El glorioso pasado debe ser confirmado en el presente y en el futuro, ya que el
poder de Dios siempre es el mismo. En la mente de todos los fieles israelitas está la esperanza de los tiempos mesiánicos; por eso le pide que acelere el cumplimiento de las antiguas promesas. Su presencia en el
templo es una garantía de que no abandonará a su pueblo. El salmista pide en nombre del pueblo que Yahvé haga frente a los enemigos de Israel, espantando a la
fiera del cañaveral el hipopótamo, símbolo de Egipto, opresor del pueblo elegido 32 y a los toros o príncipes que se oponen con sus auxiliares
novillos al cumplimiento de las antiguas promesas sobre Israel (v.3À) 33. Según éstas, todos los príncipes extranjeros deben ser vasallos del pueblo elegido, y, por eso, el poeta desea que se presenten, en señal de acatamiento, con ofertas cuantiosas de
barras de plata, y que desaparezcan todos los que mueven la
guerra, comprometiendo la existencia del pueblo de Israel. Llevado de! entusiasmo de los vaticinios mesiánicos, el salmista anuncia la llegada de los príncipes de
Egipto y de Etiopía, que se presentan como vasallos al Dios de Jerusalén 34.
Invitación a todos los pueblos a rendir homenaje a Dios (33-36).
33
Reinos de la tierra, cantad a Dios, entonad salmos al Señor. Selah. 34
Al que cabalga sobre los cielos eternos, al que hace oír su voz, su voz potente. 35
Dad a Dios el poder; su majestad está sobre Israel, y su poder sobre las nubes. 36
Eres terrible, ¡oh Dios! en tu santuario. Es el Dios de Israel, el que da a su pueblo poder y fuerza. ¡Bendito sea Dios. El salmo procesional se termina con una invitación a todos los
reinos a asociarse al reconocimiento del
único Dios, que habita en Jerusalén, en medio de su pueblo, pero que a la vez es el mismo que
cabalga sobre los cielos eternos y en las tormentas
hace oír su potente voz 35. Con todo, su providencia se extiende a toda la historia de Israel, mostrando su
majestad y poder sobre los enemigos. Es
terrible en sus manifestaciones punitivas, pero, al mismo tiempo, es el sostén y poder de su pueblo en los momentos difíciles y críticos de la historia.
1 E. Podechard, O.C., I p.295. 2 Es la opinión de Delitzsch. 3 Cf. fl. Josefo, Arit.
lud. XII 1.6-9; Contra Apió I 210; 11 45- 4 Cf. 1 Mac 5:1s. 5 Es la opinión de Calés, siguiendo a Kirkpatrick. 6 Sobre los títulos véase com. a 4:1; 3:1; 46:1. 7
Núm_10:35. 8 Así traducen la
Bib. de Jér. y Podechard. 9 Cf.
Sal_37:20;
Sal_102:4; Müj 1:4;
Sal_97:5. 10 Cf.
Isa_57:14;
Isa_62:10. 11 Cf, Kx 15:3. l2 Cf.
Exo_22:22s;
Mal_3:5;
Isa_1:17.23, 13 Cf.
Jer_25:30;
Zac_2:13; 2 Par 30,27- 14 Cf.
Jue_5:4-5. 15 Cf.
Exo_19:16s;
Sal_18:6s;
Hab_3:33. 16 Cf.
Exo_15:17;
Jer_2:7. 17 Cf. Jue 5:1s. 18 Cf.
Jue_5:30;
2Sa_1:24. 19 Cf.
Jue_5:16-18. 20 Hemos traducido así según el TM; es sustancialmente la versión de la
Bib. de Jér. y de Podechard. 21 Cf.
Jue_9:14. 22 Ptolomeo cita un monte llamado
Asalmonos en el Haurán. 23 Cf.
Num_21:33-35; Dt 3.1-n;
Sal_135:10-11;
Sal_136:20. 24 Cf.
Sal_78:68; 87:
Sal_1:2-5;
Sal_125:1;
Sal_132:13. 25 Cf.
Sal_36:7;
Sal_80:11;
1Cr_12:22. 26 Cf.
1Co_10:13. 27 La expresión
cráneo cabellado es sinónimo de cabeza; es la expresión paralela a la de cabezas negras de los textos cuneiformes para designar a los hombres. 28 Cf.
Sal_58:11;
1Re_21:19;
1Re_22:38. 29 El poeta pone en boca de Dios el pensamiento que quiere expresar, pero esto es un artificio literario para dar más viveza al lenguaje. 30 Algunos autores, leyendo
mimmqora e (i) en vez de
mimmmqore(l), traducen: elegidos. 31 Cf.
Jue_5:14-18. 32 Cf.
Job_40:15-24 33 Cf.
Jer_46:20-21;
Eze_39:18. 34 Cf.
Isa_11:11;
Jer_44:1.15;
Eze_29:14;
Eze_30:14;
Isa_18:7;
Isa_19:21-22;
Isa_45:14;
Isa_60:3-7;
Sof_3:9-10;
Zac_14:16-19. 35 Cf.
Deu_33:26;
Sal_46:5;
Sal_39:28.