Genesis 18, 23-33

Entonces Abrahán se acercó y dijo:
–¿De modo que vas a destruir al inocente con el culpable? Supongamos que hay en la ciudad cincuenta inocentes, ¿los destruirías en vez de perdonar al lugar en atención a los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti hacer tal cosa! Matar al inocente con el culpable, confundiendo al inocente con el culpable. ¡Lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia? El Señor respondió:
– Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos. Abrahán repuso:
– Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Supongamos que faltan cinco inocentes para los cincuenta, ¿destruirás por cinco toda la ciudad?
Contestó:
– No la destruiré si encuentro allí los cuarenta y cinco. Abrahán insistió:
– Supongamos que se encuentran cuarenta.
Respondió:
– No lo haré en atención a los cuarenta. Abrahán siguió:
– Que no se enfade mi Señor si insisto. Supongamos que se encuentran treinta.
Respondió:
– No lo haré si encuentro allí treinta. Insistió:
– Me he atrevido a hablar a mi Señor. Supongamos que se encuentran veinte.
Respondió:
– No la destruiré, en atención a los veinte. Abrahán siguió:
– Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. Supongamos que se encuentran allí diez.
Respondió:
– En atención a los diez no la destruiré. Cuando terminó de hablar con Abrahán, el Señor se marchó y Abrahán volvió a su lugar.
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