Isaías 14, 5-23


Sátira contra el rey de Babilonia
Ez 28; 32)

¡Cómo ha acabado el tirano,
ha cesado su agitación! Ha quebrado el Señor
el cetro de los malvados,
la vara de los dominadores, al que golpeaba furioso a los pueblos
con golpes incesantes
y oprimía con furia a las naciones
con opresión implacable. La tierra entera descansa tranquila,
gritando de júbilo. Hasta los cipreses
se alegran de tu suerte
y los cedros del Líbano:
Desde que yaces tendido,
ya no sube el talador contra nosotros. El abismo en lo hondo
se estremece por ti,
al salir a tu encuentro:
en tu honor despierta a las sombras,
a todos los potentados de la tierra
y levanta de su trono
a todos los reyes de las naciones, y te cantan a coro diciendo:
¡También tú consumido
como nosotros, igual que nosotros, tu majestad
ha sido precipitada al abismo
junto con el sonido de tus arpas!
La cama en que yaces son gusanos;
tu manta, lombrices. ¿Cómo has caído del cielo,
lucero de la aurora,
y estás derrumbado por tierra,
agresor de naciones? Tú, que te decías:
Escalaré los cielos,
encima de los astros divinos
levantaré mi trono
y me sentaré
en el Monte de la Asamblea,
en el vértice de la montaña celeste; escalaré la cumbre de las nubes,
me igualaré al Altísimo. ¡Ay, abatido al abismo,
a las profundidades de la fosa! Los que te ven
se te quedan mirando,
meditan tu suerte:
¿Es éste el que hacía temblar la tierra
y estremecerse los reinos, el que dejaba el mundo desierto,
arrasaba sus ciudades
y no soltaba a sus prisioneros? Todos los reyes de las naciones
descienden a sepulcros de piedra,
todos reposan con gloria,
cada cual en su mausoleo; a ti, en cambio,
te han arrojado sin darte sepultura,
como carroña asquerosa;
te han cubierto de muertos
traspasados a espada,
como a cadáver pisoteado. No te juntarás a ellos en el sepulcro
porque arruinaste tu país,
asesinaste a tu pueblo;
se extinguirá para siempre
el apellido del malvado. Preparen la matanza de sus hijos,
por la culpa de sus padres,
no sea que se levanten
y se adueñen de la tierra
y cubran el mundo de ruinas. Yo me levantaré contra ellos
– oráculo del Señor Todopoderoso–
y extirparé de Babilonia
posteridad y apellido,
retoño y vástago
– oráculo del Señor– ; la convertiré en posesión de erizos,
en agua estancada,
la barreré bien barrida,
hasta que desaparezca
– oráculo del Señor Todopoderoso– .
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