Jeremías  49, 23-27


Contra Damasco
Is 17,1-6; Am 1,3-5

Están confusas Jamat y Arpad,
porque han oído una noticia terrible:
ansiosas, se agitan como el mar,
no logran calmarse. Damasco desfallece
y emprende la huida,
le asalta un temblor,
le agarran dolores
y espasmos como de parturienta. ¡Ay, abandonada la ciudad famosa,
la villa gozosa! Sus jóvenes
caen en las calles aquel día,
y sus guerreros enmudecen
– oráculo del Señor Todopoderoso– . Prenderé un fuego
a las murallas de Damasco
que devorará
los palacios de Ben-Adad.
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