Marcos 5, 36-43

Jesús, escuchando lo que hablaban, dijo al jefe de la sinagoga:
– No temas, basta que tengas fe. No permitió que lo acompañase nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga, vio el alboroto y a los que lloraban y gritaban sin parar. Entró y les dijo:
–¿A qué viene este alboroto y esos llantos? La muchacha no está muerta, sino dormida. Se reían de él. Pero él, echando afuera a todos, tomó al padre, a la madre y a sus compañeros y entró adonde estaba la muchacha. Agarrando a la niña de la mano, le dijo:
Talitha qum – que significa: Chiquilla, te lo digo a ti, ¡levántate! Al instante la muchacha se levantó y se puso a caminar – tenía doce años– . Ellos quedaron fuera de sí del asombro. Entonces les encargó encarecidamente que nadie lo supiese. Después dijo que le dieran de comer.
Ver contexto