Marcos 12, 28-34

Jesús respondió:
– El más importante es:
Escucha, Israel,
el Señor nuestro Dios es uno solo. Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón,
con toda tu alma,
con toda tu mente,
con todas tus fuerzas. El segundo es:
Amarás al prójimo
como a ti mismo.
No hay mandamiento mayor que éstos. El letrado le respondió:
– Muy bien, maestro; es verdad lo que dices: el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él. Que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Viendo Jesús que había respondido acertadamente, le dijo:
– No estás lejos del reino de Dios.
Y nadie se atrevió a dirigirle más preguntas.

Sobre el Mesías y David
Mt 22,41-46; Lc 20,41-44

Cuando enseñaba en el templo, Jesús tomó la palabra y dijo:
–¿Por qué dicen los letrados que el Mesías es Hijo de David?
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