Mateo 22, 23-33


Sobre la resurrección
Mc 12,18-27; Lc 20,27-40

En aquella ocasión se acercaron unos saduceos – que niegan la resurrección– y le dijeron: – Maestro, Moisés mandó que, cuando uno muera sin hijos, su hermano se case con la viuda para dar descendencia al hermano difunto. Pues bien, había en nuestra comunidad siete hermanos. El primero se casó, murió sin tener hijos y dejó la mujer a su hermano. Lo mismo pasó con el segundo y el tercero, hasta el séptimo. Después de todos murió la mujer. Cuando resuciten, ¿de cuál de los siete será mujer? Pues todos fueron maridos suyos. Les contestó Jesús:
– Están equivocados por no conocer la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, no se casarán ni los hombres ni las mujeres, sino que serán como ángeles en el cielo. Y a propósito de la resurrección, ¿no han leído lo que les dice Dios: Yo soy el Dios de Abrahán,
el Dios de Isaac,
el Dios de Jacob.
No es Dios de muertos, sino de vivos? La multitud al oírlo estaba asombrada de su enseñanza.
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