Mateo 26, 6-13


Unción en Betania
Mc 14,3-9; cfr. Lc 7,36-50; Jn 12,1-8

Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el Leproso, se le acercó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume de mirra carísimo y se lo derramó en la cabeza mientras estaba a la mesa. Al verlo, los discípulos dijeron indignados:
–¿Por qué este derroche? Se podía haber vendido bien caro para dar el producto a los pobres. Jesús se dio cuenta y les dijo:
–¿Por qué molestan a esta mujer? Ha hecho una obra buena conmigo. A los pobres los tendrán siempre cerca, a mí no siempre me tendrán. Al derramar el perfume sobre mi cuerpo, estaba preparando mi sepultura. Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se proclame la Buena Noticia, se mencionará lo que ha hecho ella.
Ver contexto