Numeros  20, 1-13


Agua de la roca:
sentencia contra Moisés y Aarón
Éx 17,1-7

La comunidad entera de los israelitas llegó al desierto del Sin el mes primero, y el pueblo se instaló en Cades. Allí murió María y allí la enterraron. Faltó agua al pueblo y se amotinaron contra Moisés y Aarón. El pueblo se encaró con Moisés, diciendo:
–¡Ojalá hubiéramos muerto como nuestros hermanos, delante del Señor! ¿Por qué han traído a la comunidad del Señor a este desierto, para que muramos en él nosotros y nuestras bestias? ¿Por qué nos han sacado de Egipto para traernos a este sitio horrible, que no tiene grano, ni higueras, ni viñas, ni granados, ni agua para beber? Moisés y Aarón se apartaron de la comunidad y se dirigieron a la entrada de la tienda del encuentro, y delante de ella se echaron rostro en tierra. La Gloria del Señor se les apareció, y el Señor dijo a Moisés: – Agarra el bastón, reúne la asamblea tú con tu hermano Aarón, y en presencia de ellos ordenen a la roca que dé agua. Sacarás agua de la roca para darles de beber a ellos y a sus bestias. Moisés retiró la vara de la presencia del Señor, como se lo mandaba; Moisés y Aarón reunieron la asamblea delante de la roca, y les dijo:
– Escuchen, rebeldes: ¿creen que podemos hacer brotar agua de esta roca? Moisés alzó la mano y golpeó la roca dos veces con el bastón, y brotó agua tan abundante que bebió toda la gente y las bestias. El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
– Por no haberme creído, por no haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas, no harán entrar a esta comunidad en la tierra que les voy a dar. Éste es el manantial de Meribá, donde los israelitas promovieron una querella contra el Señor, y él les mostró su santidad.
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