Numeros  9, 1-14


La Pascua
Éx 12,1-13; 2 Cr 30

Al segundo año de salir los israelitas de Egipto, el mes primero, el Señor dijo a Moisés en el desierto del Sinaí: – Los israelitas celebrarán la Pascua en su fecha: el día catorce del primer mes, al atardecer, la celebrarán con todos sus ritos y ceremonias. Moisés mandó a los israelitas celebrar la Pascua, y ellos la celebraron el catorce del mes primero, al atardecer, en el desierto del Sinaí. Así cumplieron lo que el Señor había mandado a Moisés. Había unos que estaban contaminados por haber tocado un cadáver y no pudieron celebrar la Pascua en su día. Se presentaron el mismo día a Moisés y a Aarón, y les dijeron:
– Estamos contaminados por haber tocado un cadáver. ¿Por qué no nos dejas traer nuestra ofrenda al Señor el día señalado, con los demás israelitas? Respondió Moisés:
– Esperen hasta que conozca lo que dispone el Señor. El Señor habló a Moisés: – Di a los israelitas: Si uno de ustedes o de sus descendientes está contaminado por un cadáver o se encuentra de viaje, celebrará la Pascua del Señor el catorce del segundo mes, al atardecer. Comerá la víctima pascual con panes sin levadura y hierbas amargas; no dejará nada para el día siguiente ni le romperá ningún hueso. La celebrará según el ritual de la Pascua. Pero el que estando puro y no encontrándose de viaje deje de celebrarla, será excluido de su pueblo. Cargará con la culpa de no haber llevado al Señor la ofrenda en su día. El emigrante que resida entre ustedes celebrará la Pascua del Señor siguiendo el ritual y ceremonial. El mismo ritual vale para el nativo y para el emigrante.
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