Proverbios 28, 1-10

El malvado huye sin que lo persigan,
el honrado va seguro como un león. Por los crímenes de un país se multiplican sus jefes;
con un hombre prudente y experto se mantiene el orden. Pobre que explota a los pobres
es lluvia torrencial que no da pan. Los que abandonan la ley alaban al malvado,
los que cumplen la ley rompen con ellos. Los malvados no entienden la justicia,
el que consulta al Señor lo entiende todo. Más vale pobre y honrado
que rico malintencionado. El que cumple la ley es prudente,
el que se junta con depravados avergüenza a su padre. El que aumenta sus riquezas prestando a usura
acumula para el que se compadece de los pobres. Si uno aparta sus oídos de la ley,
también su oración será aborrecida. El que extravía a los rectos por el mal camino
caerá en su propia trampa.
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