Romanos  5, 2-5

También por él – por la fe– hemos alcanzado la gracia en la que nos encontramos, y podemos estar orgullosos esperando la gloria de Dios. No sólo eso, sino que además nos gloriamos de nuestras tribulaciones; porque sabemos que la tribulación produce la paciencia, de la paciencia sale la fe firme y de la fe firme brota la esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por el don del Espíritu Santo.
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