Romanos  3, 9-20


Todos son pecadores

En conclusión, ¿llevamos ventaja los judíos? No en todo. Acabamos de demostrar que todos, judíos y griegos, están sometidos al pecado. Como está escrito:
No hay uno honrado ni uno sensato que busque a Dios,
no hay uno que busque el bien. Todos se han extraviado y pervertido,
no hay quien haga el bien, ni uno solo. Su garganta es una tumba abierta:
mienten con sus lenguas,
sus labios esconden veneno de víboras, su boca está llena de maldiciones hirientes. Sus pies corren para derramar sangre, sus caminos están sembrados de ruina y destrucción. No conocen la ruta de la paz ni tienen el temor de Dios. Ahora bien, las exigencias de la ley se dirigen a los súbditos de la ley; y así a todos se les tapa la boca y el mundo entero queda sometido al juicio de Dios. Por eso nadie será justificado ante Dios por haber cumplido la ley, ya que la ley se limita a hacernos conocer el pecado.
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