Sabiduría 13, 1-9


LA IDOLATRÍA
Fascinados por la hermosura del universo

Eran naturalmente faltos de inteligencia
todos los hombres que ignoraban a Dios,
y fueron incapaces de conocer al que es
partiendo de las cosas buenas que están a la vista,
y no reconocieron al artífice fijándose en sus obras, sino que tuvieron por dioses al fuego, al viento, al aire leve,
a las órbitas astrales, al agua impetuosa,
a las lumbreras celestes, regidoras del mundo. Si fascinados por su hermosura los creyeron dioses,
sepan cuánto los aventaja su Dueño,
pues los creó el autor de la belleza; y si los asombró su poder y actividad,
calculen cuánto más poderoso es quien los hizo; pues, partiendo de la grandeza y belleza de las criaturas,
se puede reflexionar y llegar a conocer al que les dio el ser. Con todo, a éstos poco se les puede echar en cara,
pues tal vez andan extraviados
buscando a Dios y queriéndolo encontrar; en efecto, dan vueltas a sus obras, las exploran,
y su apariencia los subyuga, porque es bello lo que ven. Pero ni siquiera éstos tienen excusa, porque si lograron saber tanto que fueron capaces de investigar el universo,
¿cómo no encontraron antes a su Dueño?
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