Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Epilogo, 16:1-24.
La Colecta en Favor de los Fieles de Jerusalén, 16:1-4.
1
Cuanto a la colecta en favor de los santos, haréis según lo que dispuse en las iglesias de Galacia. 2
El día primero de la semana, cada uno ponga aparte en su casa lo que bien le pareciere, de modo que no se hagan las colectas cuando yo vaya. 3
Y cuando llegue yo, aquellos que tengáis a bien, los enviaré yo con cartas, para llevar vuestro obsequio a Jerusalén. 4
Y si pareciese bien que también vaya yo, irán conmigo. Como es habitual en sus cartas, San Pablo dedica este último capítulo a algunas cuestiones y noticias de índole más personal.
Comienza hablando a los corintios de la colecta en favor de los santos (v.1), y de cómo la deben organizar (v.2-4). Aunque habla sólo de colecta en favor de los santos y el término santos suele equivaler simplemente a cristianos (cf.
Hec_9:13), en este lugar está refiriéndose ciertamente a los fieles de Jerusalén (cf. v.3). De esta colecta volverá a hablar en 2 Cor 8-9, y de ella habla también en
Rom_15:25-28. No sólo la considera como una ayuda a los necesitados, sino, sobre todo y principalmente, como una muestra de unidad y comunión entre las iglesias fundadas por él y la iglesia madre de Jerusalén (cf.
Rom_15:27;
2Co_9:12-14;
Gal_2:10). Su modo de expresarse: cuanto a la colecta.,., da claramente a entender que los corintios estaban ya informados de esos planes del Apóstol, sea que les hubiese hablado de ello durante los dos años de predicación en su ciudad (cf.
Hec_18:1-18), sea que les hubiese escrito ya antes sobre el particular en alguna carta hoy perdida (cf. 5:9). Es posible que hubieran surgido dudas al respecto, e incluso que hubieran preguntado sobre ello al Apóstol, al igual que habían hecho sobre el matrimonio, idolotitos y carismas (cf. 7:1; 8:1; 12:1).
La respuesta del Apóstol abarca dos puntos. Primeramente, que cada domingo, según las posibilidades, pongan aparte para este fin algo de las ganancias de la semana (v.2). Era el domingo, como ya explicamos al comentar
Hec_20:7, el día destinado a las asambleas litúrgicas y celebración de los misterios eucarísticos. Era, pues, el día más a propósito. Parece claro, sin embargo, que el dinero no había de ser entregado en la iglesia, sino reservado por cada uno en su casa. Lo que el Apóstol quería es que se fuesen haciendo las cosas poco a poco, con lo que la colecta podía ser, luego más espléndida y con menos sacrificios. Lo segundo que les encarga es que vayan pensando en designar delegados para llevar esas colectas a Jerusalén, a los cuales entregará él cartas de recomendación para aquella iglesia, a no ser que crean oportuno que vaya él mismo a la cabeza de la delegación (v.3-4). ¡Es admirable esta delicadeza de San Pablo en cuestiones tocantes al dinero! Quiere evitar cualquier sospecha y no dar ocasión ni de lejos a que le calumnien en esto sus enemigos (cf.
2Co_8:18-20). De hecho, en su viaje a Jerusalén para llevar la colecta, le acompañarán varios de estos delegados de las iglesias (cf.
Hec_20:2-6;
Hec_24:17).
Planes de viaje,Hec_16:5-12.
5
Yo iré después de atravesar la Macedonia, pues tengo el propósito de pasar por Macedonia, 6
y podría ser que me detuviese entre vosotros, y aun que pasara ahí el invierno, para que luego me encaminéis a donde fuere. 7
No quiero ahora veros de paso; espero más bien permanecer algún tiempo entre vosotros, si el Señor lo permitiere. 8
Me quedaré en Efeso hasta Pentecostés, 9
porque se me ha abierto una puerta grande y prometedora, aunque hay muchos adversarios. 10
Si llega Timoteo ahí, mirad que no se sienta acobardado entre vosotros, porque trabaja en la obra del Señor, igual que yo. 11
Que nadie, pues, le tenga en poco, y encaminadle en paz para que venga a mí, pues le espero con los hermanos.12
Cuanto al hermano Apolo, mucho le encarecí que se llegara a vosotros con los hermanos; pero no quiso en modo alguno ir ahora; irá cuando tenga oportunidad. Estos versículos, en que el Apóstol ofrece datos tan concretos, son de gran importancia para determinar la fecha y circunstancias en que fue escrita la carta.
Habla primeramente de su proyectado viaje a Corinto, viaje que ya había anunciado anteriormente (cf. 4:19; 11:34), pero que ahora concreta más, señalando fecha y ruta que piensa seguir (? .6-8;
cf.
Hec_20:1-2). La frase no quiero
ahora veros de paso (?·7) ha sido muy discutida. Hay autores que en ese adverbio ahora ven latente una alusión a alguna breve visita anterior del Apóstol a Corinto, en el decurso de su prolongada estancia en Efeso; sin embargo, como ya explicamos en la introducción a esta carta, dicha visita parece que debe ser excluida. A la frase, pues, en cuestión no ha de dársele sentido relativo, sino sentido puramente afirmativo, de que piensa estar en Corinto largo tiempo.
En
cuanto al viaje de Timoteo (v.10-11), ya explicamos también en la introducción que probablemente se trata del mismo viaje a que se alude en
Hec_19:22, y que incluía no sólo Corinto, sino también ciudades de Macedonia. Aunque la expresión si
llega Timoteo ahí (??? ? ?? 3? .), de suyo podría indicar duda en el Apóstol de si Timoteo llegaría o no a Corinto, parece más bien que la duda afectaba a que no sabía cuándo llegaría, incluso si habría llegado ya, pues de que iría por allí lo da por supuesto en 4:17. Podríamos, pues, traducir:
cuando llegue Timoteo ahí. Tampoco es clara la frase le espero con los hermanos (v.11). Ese término hermanos puede unirse al complemento, es decir, Pablo espera a Timoteo y a otros cristianos de Efeso que habrían ido a Corinto y debían volver con él; o puede unirse al sujeto, y sería Pablo con los hermanos quienes esperan a Timoteo. En este último caso, esos hermanos serían o los fieles de Efeso en general o los hermanos mencionados en el v.12, que probablemente no son otros sino Estéfanas y sus dos compañeros, delegados de la iglesia de Corinto, a la sazón en Efeso (cf. v.17).
Lo que el Apóstol dice de Apolo (v.12) es prueba clara de la confianza que tenía en él. No teme que aumenten los disturbios con la ida de Apolo a Corinto. Probablemente es por eso, para no dar más auge al partido formado en torno a su nombre (cf. 1:12; 3-5; 4:6), por lo que Apolo no quiere ir entonces.
Exhortaciones y saludo final, 16:13-24.
13
Velad y estad firmes en la fe, obrando varonilmente y mostrándoos fuertes. 14
Que todas vuestras obras sean hechas en caridad. 15
Un ruego voy a haceros, hermanos: Vosotros conocéis la casa de Estéfanas, que es las primicias de Acaya y se ha consagrado al servicio de los santos. 16
Mostraos deferentes con ellos y con todos cuantos como ellos trabajan y se afanan. 17
Me alegré de la llegada de Estéfanas, Fortunato y Acaico, porque han suplido vuestra ausencia. 18
Han traído la tranquilidad a mi espíritu y al vuestro. Quedadles, pues, reconocidos. 19
Os saludan las iglesias de Asia. También os mandan muchos saludos en el Señor Aquila y Frisca, con su iglesia doméstica. 20
Os saludan todos los hermanos. Saludaos mutuamente con el ósculo santo. 21
El saludo de mi mano, de Pablo. 22
Si alguno no ama al Señor, sea anatema. Maran atha. 23
La gracia del Señor Jesús sea con todos vosotros. 24
Mi amor está con todos vosotros en Cristo Jesús. El Apóstol ha llegado al final de la carta, y su principal encargo a los corintios, a vista de la situación de aquella iglesia, es una ardiente llamada a la vigilancia y a la valentía en la fe, procurando que todo vaya informado por la caridad, sin divisiones ni partidismos (v.13-14). Les pide también que sean agradecidos y deferentes con Estéfanas, Fortunato y Acaico, los tres delegados de Corinto, cuya presencia en Efeso a él le ha consolado tanto, pues veía con-densada espiritualmente en ellos la entera comunidad (v. 15-18). De la casa de Estéfanas, ya nombrada en 1:16, dice que es las primicias de Acaya, lo que significa que debió ser la primera familia de Corinto convertida en bloque a la fe. Es probable que Fortunato y Acaico, de los que no conocemos más que el nombre, fueran también de esa misma familia.
Vienen luego (v.19) los saludos de parte de las iglesias de Asia, es decir, las comunidades cristianas de la provincia romana de Asia que habían ido surgiendo durante la prolongada estancia de Pablo en Efeso, la capital (cf.
Hec_19:10). Igualmente los saludos de Aquila y Frisca, bien conocidos en Corinto, en cuya casa se había hospedado Pablo cuando llegó por primera vez a esa ciudad (cf.
Hec_18:2-3). Por fin (v.20), los saludos de todos los hermanos de Efeso y la invitación a que ellos mismos se saluden mutuamente con el ósculo santo. 195
Lo que sigue (v.21-24) es el propio saludo
autógrafo de Pablo, que era como la firma o señal de autenticidad de sus cartas (cf.
Gal_6:11;
2Te_3:17). En él suele expresar algún pensamiento que sea como resumen o quintaesencia de toda la carta; en este caso, la caridad. La expresión
Maran atha es una frase aramea, que significa nuestro Señor viene, y que seguramente había pasado sin traducir de la comunidad de Palestina al uso litúrgico de las otras iglesias, igual que las palabras amén y aleluya. Algunos autores modernos prefieren leer
Maraña that en imperativo, cuya traducción sería: ¡Señor nuestro, ven! No es fácil decidir cuál de las dos lecciones debe preferirse. Ambas ofrecen buen sentido. De preferir la primera, sería un recordar la
parusía o venida del Señor, como diciendo que El ratificará ese anatema o maldición (cf. 12:3) y que no escaparemos del juicio; si elegimos la segunda, sería una invocación al Señor, manifestándole nuestras ansias de que venga pronto (cf.
Rev_22:20). Pablo termina deseando a todos la gracia del Señor, es decir, su benevolencia y los bienes que esa benevolencia trae consigo (cf.
Rom_16:20;
2Co_13:13;
Gal_6:18); al mismo tiempo les asegura del amor que a todos, amigos y enemigos, les tiene en Cristo.
162 La expresión no tocar mujer se refiere normalmente al uso del matrimonio (cf.
Gen_20:6); pero aquí San Pablo parece que la toma en sentido más general, aplicándola no sólo bajo ese aspecto (v.3-s), sino también al hecho ya de contraer matrimonio
(v.2). Al decir que es bueno no tocar mujer, no habla en sentido utilitario, de evitación de molestias, sino en sentido moral (cf.
Rom_14:21), y con
fuerza más bien de comparativo (= mejor;cf.
Mar_14:21), como se deduce de todo el contexto (cf. v.8.26). 163 Sobre cuál sea el fin principal del matrimonio, y discusiones habidas a propósito de la Encíclica
Humanae vitae (1968), cf. A. Peinador,
La encíclica Humanae vitae sobre la honesta propagación de la vida dentro del matrimonio: Salmant. 16 (1969) 3-66. 164 Está claro que no se trata de santidad
interior del alma, sino de cierta santidad
extrínseca o legal, que deriva de la relación o contacto con las cosas santas, por el hecho de su unión a un miembro del pueblo santo, el cónyuge infiel queda vinculado en cierto modo al verdadero Dios y a su Iglesia. Esta concepción de la santidad es frecuente en el Antiguo Testamento; y los mismos corintios la admitían, como se lo hace notar San Pablo (v.14), en el hecho de que no consideraban a sus hijos, todavía no bautizados y nacidos muchos sin duda antes que ellos se hubiesen convertido, como algo inmundo que contaminase con su contacto, sino viceversa, como algo que formaba ya parte en cierto sentido de la comunidad :nstiana o de los santos (cf. 1:2; 6:1; 16:1). Es probable, además, que el Apóstol, al afirmar que el cónyuge fiel santifica al infiel, incluya en ese santifica no sólo la santidad
extrínseca 0 legal, sino también cierta esperanza de santidad
interior, como parece deducirse de lo que, aludiendo a la segunda hipótesis, dice en el v.16. 165 Hay autores que dan a la frase aprovéchate más bien (?????? ?????? ) un sentido totalmente diferente, y traducen: pero si también puedes hacerte libre, aprovéchate de esa posibilidad. Se trataría, pues, de una excepción a la regla enunciada en los v. 17.20.24. Sin embargo, aparte de que la construcción ?? ??? tiene siempre sentido
concesivo, el contexto
parece exigir claramente la otra interpretación, que es, además, la tradicional en los Padres y exegetas. Es cierto que San Pablo admite de buen grado la emancipación de los esclavos, como-vemos por la carta a Filemón; y es cierto también que la doctrina cristiana lleva en su misma esencia la abolición de la esclavitud. Sin embargo, respecto de esa grave cuestión social era necesario proceder con suma prudencia, y San Pablo aquí se contenta con insistir en una verdad fundamental, y es que Jesucristo nos redimió a todos, siervos y libres, sin hacer ninguna distinción; ni tienen importancia alguna, en orden a conseguir la salud, esas condiciones externas. La abolición de la esclavitud, si es que el mundo se hacía cristiano, ya vendría por su peso, sin revoluciones ni cataclismos. 166 La primera de esas expresiones, instante necesidad (v.26), la explican algunos en sentido escatológico, con referencia a las tribulaciones y angustias que tendrán lugar en la paru-sía (cf.
2Te_2:3;
Mat_24:22). De hecho el Apóstol, en los V.29-31, apela a esta motivación de lo transitorio del mundo. Sin embargo, sin negar cierta probabilidad a esa interpretación, parece más en consonancia con todo el contexto tomarla en el mismo sentido que tribulación de la carne y preocupación por las cosas del mundo, de que habla luego. 167 Actualmente hay bastantes autores que dan otra interpretación a todo este pasaje (v-36-38). La nueva orientación comenzó hace ya años, cuando críticos alemanes, como Ju-licher, Bousset y Lietzmann, trataron de explicar esta perícopa en función de la costumbre de las virgines subintroductae, contra cuya práctica hablan frecuentemente algunos Santos Padres (cf. F. Vizmanos, Las
vírgenes cristianas de la Iglesia primitiva [Madrid 1949] p.Qi. 116.146.464). Era una costumbre en virtud de la cual algunas vírgenes cristianas se acogían a la protección de algún varón de confianza, sacerdote o laico, viviendo juntamente como hermanos. Una especie de matrimonio espiritual. El principal defensor de la aplicación de esta idea al texto de San Pablo ha sido H. Achelis, en su obra Virgines
subintroductae (Leip-' zig 1902). Hoy, matizándola un poco cada uno a su manera, defienden esta opinión Héring, Küm-mel, Kruse, Leal, González Ruiz y otros. En el texto paulino no se trataría del padre respecto de su hija, sino de hombre y mujer que mutuamente se habían comprometido más o menos al celibato. Creemos, sin embargo, que para llegar a esta interpretación hay que violentar mucho el texto bíblico, particularmente las palabras ????????? (=
sobre la flor de la edad, v.36), a la que se da el sentido de excesivamente ardiente o en la cumbre del enamoramiento, y ?????? (= casar o
dar en matrimonio, ? .?? ) que tienen que traducir por se casa. Además, no hay el menor indicio de que existiera tal práctica en Corinto, ni parece concebible que los autores antiguos, mucho más cerca de los hechos que nosotros, no aludieran nunca a esto al comentar este texto paulino. Las primeras alusiones a las
virgines subintroductae no aparecen hasta el siglo nr. 168 Esta conclusión no la pone San Pablo explícitamente, pero es transparente. Por lo que se refiere a las expresiones no hay más que un Dios, el Padre y un solo Señor, Jesucristo (y.6), no quiere decir el Apóstol que Jesucristo no sea Dios o que el Padre no sea Señor, sino que, como es habitual en la tradición evangélica, reserva para el Padre, de quien todo procede (cf.
Rom_11:36), el nombre de Dios, y para Jesucristo, a quien el Padre concede el dominio sobre todas las cosas (cf. 15:24-25;
Flp_2:9-11;
Mat_28:28), el de Señor (cf. 12:3-6;
Rom_10:9;
Rom_15:6;
Efe_4:5-6;
Hec_2:36). No es claro que entienda el Apóstol por dioses en el cielo y dioses en la tierra (v.s). Probablemente, bajo la primera expresión incluye los astros, a los que muchos pueblos daban culto, y los dioses del Olimpo, como Júpiter, Marte, Venus, etc.; bajo la segunda es probable que aluda a los hombres divinizados, como solía hacerse con los emperadores romanos y con muchos monarcas helenísticos. El título de Señor (?????? ) era usual para designar a los monarcas en Oriente, y, a partir de Augusto, también para los emperadores romanos (cf.
Hec_25:26), valiendo prácticamente en muchas ocasiones como epíteto divino. 169 Ha habido autores, particularmente entre los acatólicos, que en esta descripción que San Pablo hace aquí de la ?????? le suponen influenciado por el ambiente cultural helenístico de entonces, dando al término ?????? no el significado simplemente de conocimiento intelectual o especulativo, como en la lengua griega clásica, sino el de contemplación, experiencia, con sentido místico-religioso, cuyo máximo exponente hallamos en las religiones de losjnis-terios y en los diversos sistemas gnósticos, donde el conocimiento-contemplación (?????? ) de Dios era la principal aspiración de los iniciados. De esa ?????? sería de la que se gloriaban los corintios y en la que fundaban su libertad para no tener reparo en comer toda clase de carnes. Sin embargo, no hay razones para suponer este influjo del ambiente cultural helenístico en San Pablo por lo que respecta a la idea de ????? . Si él quiere una yvcoais. práctica y no meramente especulativa, ello se halla ya muy en armonía con el modo de pensar de los judíos, para quienes conocer a Dios, más que un conocimiento especulativo, implicaba una actitud religiosa de adhesión a su Ley. Es el sentido que encontramos en algunos pasajes de las cartas de San Pablo (cf.
Flp_3:8). Por lo demás, no consta que esa corriente místico-religiosa, dando a la palabra yvcoais un valor de conocimiento contemplativo y experimental, se extendiese por el mundo helenístico antes del siglo II (cf. J. Dupont, Gnosis.
La con-naissance religieuse dans les épüres de S. Paul, París 1949)' 170 Ciertamente, el término mujer (???? ) puede tener ambos sentidos (cf. 7.33-34) y únicamente el contexto ha de ser el que lo aclare. Pues bien, nada en el contexto nos induce a suponer que todos los aludidos:
apóstoles, hermanos del Señor y Cefas, estuviesen casados, aunque es lógico que algunos lo estuviesen; en cuyo caso, es lógico también que esa mujer hermana no fuera otra que la esposa. Pero ¿y los otros? Lo que parece más probable, en este contexto, es que se está apuntando a una mujer hermana que les sirva, como en el caso de Cristo (cf.
Lev_8:2-3), sea o no esposa, cosa que aquí no se considera. Pablo renuncia a ese derecho, y él mismo cuidará de procurarse lo necesario para el sustento, con lo que, ni por razón de su persona ni por razón de las personas que lleva consigo, se convertirá en una carga para la comunidad (cf. v.1a). Lo de mujer hermana alude claramente a que se trata de mujer cristiana. 171 Cf. G. Didier, Désintéressement du Chrétien: la retribution dans la morale de S. Paul: Rech. Scien. Relig. (1955) 228-251. 172 En el v.22, la Vulgata, con algunos códices griegos, tiene: para salvarlos ? todos. Es críticamente preferible la lección que damos en el texto, a la que se inclinan hoy prácticamente todos los autores. Ni con ello surge dificultad alguna contra la tesis de la voluntad salvífica universal de Dios (cf.
1Ti_2:4), aspecto que aquí no se considera (cf. v.1q). El Apóstol se refiere simplemente a los sacrificios y renuncias que ha hecho y quiere seguir haciendo, a fin de no poner trabas a la difusión del Evangelio y salvar cuantos más hombres pueda, al menos algunos, pues a todos bien sabe que no podrá llegar, y ni siquiera aquellos a los que llegue aceptarán todos su evangelio. 173 San Pablo los designa con la expresión nuestros padres (v.1), en conformidad con la idea, para él tan querida, de que los verdaderos hijos de Abraham y herederos de las promesas somos los cristianos (cf.
Rom_4:11;
Rom_9:7;
Gal_3:7;
Gal_6:16). 174 Cf. J. Daniélou, Traversée de la Mér Rouge et Baptéme aux premiers siécles: Rech. Se. Relg. 33 (1946) 402SS. 175 La segunda parte del v.4: pues bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo, constituye una especie de paréntesis, con que el Apóstol trata de hacer resaltar que es de Cristo de donde proceden todas las gracias (cf.
Rom_5:17;
1Co_1:13;
Gal_2:16;
Efe_1:5-10;
Col_1:20); de ahí que incluso en la roca del desierto, de la que por virtud divina brotan aguas para los israelitas, ve prefigurado a Cristo. La ilación era tanto más sencilla cuanto que ya los doctores judíos, apoyados en la Biblia (cf.
Exo_17:6), tendían a identificar esa roca con Yahvé, llamado con frecuencia roca o defensa de Israel (cf.
Deu_32:4;
Sal_18:3;
Sal_95:1;
Isa_44:8), y San Pablo no tiene sino atribuir a Cristo las prerrogativas de Yahvé, cosa que hace con frecuencia (cf.
Rom_9:33;
Rom_10:13;
Efe_4:8). Según una leyenda rabínica, esa roca de la que Moisés hizo brotar las aguas acompañó a los israelitas en su peregrinación por el desierto, yendo detrás de ellos y suministrándoles el agua necesaria. Parece que San Pablo se valió de esta leyenda para expresar una realidad superior espiritual, la de presentar a Cristo en su preexistencia divina manifestando ya su poder salutífero en la marcha de los israelitas por el desierto, acompañándoles con su protección. 176 En lugar de veintitrés mil (v.8), el libro de los Números tiene veinticuatro mil (
Num_25:1-9). Es probable que se trate de error de algún copista de códices, que, en vez de la abreviatura ??? (= ???????? ), leyó ????? . Pero es simple conjetura. 177 Referente a este ? . 16 queremos hacer algunas observaciones de detalle. La denominación cáliz de bendición, para designar el cáliz eucarístico (cf. 11:25;
Mat_26:27;
Mar_14:23;
Luc_22:20), es posible que se deba simplemente a las preces que acompañan la consagración, aunque en ese caso no se ve qué diferencia haya de ponerse con la frase siguiente: que bendecimos. Más probable parece que se denomine así por referencia a la bendición
histórica que sobre él pronunció el Señor en la última cena, y que nos mandó repetir (cf. 11:24). Incluso es posible que este nombre sea indicio de que Jesús en la última cena consagró precisamente la copa de vino denominada por los judíos el cáliz de bendición, tercera de la cena pascual judía, sobre la que el padre de familia pronunciaba oraciones especiales. El añadido que bendecimos, en paralelismo con que partimos, aludiría a las palabras de la consagración, sin excluir otras anteriores y posteriores a las de la estricta consagración. Cuando el Apóstol habla después del cáliz de los demonios (v.21), en contraposición con el cáliz del Señor, se refiere a la copa en que los sacerdotes gentiles hacían las libaciones en honor de los ídolos. La expresión que partimos alude al rito concreto de la
fracción del pan eucarístico. El uso del plural bendecimos-partimos está como dando a entender que el que preside habla en nombre de la comunidad. En cuanto a la palabra comunión (???????? ), no se trata de simple vinculación moral a Cristo, sino de un entrar físicamente en comunión con el
cuerpo y
la sangre de Cristo. El hecho de que San Pablo mencione expresamente y por separado el cuerpo y la sangre de Cristo hace pensar necesariamente, no sólo en Cristo, sino en su sacrificio. Jesús volvía a hacerse presente en la hora solemne en que había entregado su cuerpo y derramado su sangre por la salvación de los hombres. La comida era, por tanto, una comida
sacrificial; cosa que, además, lo está exigiendo el paralelismo con los sacrificios judíos y paganos. Y aún podemos añadir que se trataba de una doctrina por todos conocida, y que da por supuesta, como se deduce de la forma en que la presenta con esas interrogaciones. 178 Damos a este versículo la interpretación hoy más corrientemente admitida, y que juzgamos más probable. En la antigüedad, con doctores tan eximios como San Agustín y Santo Tomás, fue corriente otra interpretación. Consideraban los términos pan (v.17: primer inciso) y cuerpo como dos sustantivos continuados, que formaban el predicado de un mismo sujeto y daban al texto paulino el siguiente sentido: Somos un
solo pan (místico), un solo cuerpo (místico) los que considerados individualmente somos muchos; y la razón es porque todos participamos del
pan eucarístico, que es Cristo. Sustancialmente es la misma idea que en la interpretación moderna; pero, mientras que los modernos conservan para el término pan, las dos veces, el sentido de pan eucarístico (Cristo), igual que en el v.16, los antiguos tomaban una vez el término pan como equivalente de cuerpo (místico), con alusión al conjunto de los fieles. Aplicaban aquí la imagen de muchos granos formando un pan, imagen que en la interpretación moderna no tiene aplicación. Sobre esta frecuente recomendación de Pablo, cf. D. M. Stanley,
Become Imitation of me: The Pauline Conception of Apostolic Tradition: Bibl. 40 11959) 859-877. 179 Nada decimos del v.1, pues éste, aunque agregado a este capítulo, pertenece más bien al anterior. Así resume Pablo todas las exhortaciones que ha venido haciendo a los corintios. Es la misma idea que repite también en otros lugares (cf. 4:16;
Flp_3:17;
2Te_3:7). 180 Cf. J. A. Fitzmyer, A
Feature of Qumran Angelology and the Angels in 1 Cor. ?
2Te_1:1? : New Test. Stud. 4 (1957-58) 48-59. 181 Es claro que esta disposición paulina, meramente disciplinar, puede cambiar con las circunstancias. No obstante la igualdad fundamental de los dos sexos, el Apóstol insiste en la diversidad de funciones entre el hombre y la mujer y en la subordinación de ésta al hombre en ese terreno. Es esa subordinación la que va simbolizada en el velo que deben llevar las mujeres en las asambleas litúrgicas. 182 Sobre el sentido de la palabra anatema, cf.
Rom_9:3. Denuncia así el peligro fundamental a que está expuesto el uso de los
carismas, perdiendo el dominio de sí mismo, como a veces los paganos en sus trances extáticos, llegando incluso a proferir blasfemias. En el cristianismo el hombre no es un alienado, entregado a poderes invisibles, sino que sigue siendo dueño de sí mismo. 183 Cf. C. Spicq,
L'ágape de 1 Cor. XIII: Eph. Theol. Lov. (1955) 3S7-7O. 184 Los rabinos, con quienes Pablo se había educado (cf.
Hec_22:3), decían que las lenguas de los hombres eran 70, porque otras tantas eran las naciones del mundo (cf.
Gen_10:1-32). El ángel Gabriel conocía todas esas lenguas y las enseñó a José en Egipto, pero los demás ángeles sólo conocen el hebreo, y por eso transportan ante el trono de Dios solamente las plegarias hechas en hebreo. Sin embargo, no creemos que Pablo, con la expresión lenguas de ángeles, este aludiendo a esas vacías elucubraciones rabínicas. 185 Cf. Cicerón, Tuse. 22:2; Dión Cassio, Hisí.
rom. 54:9. 186 En la sociedad greco-romana era llamado bárbaro el que no hablaba griego o latín (cf.
Hec_28:2). Pero a veces se usaba ese término en sentido más general, para designar los que hablaban una lengua para nosotros desconocida, fuese cuál fuese. Y así decía Ovidio, desterrado en el Ponto: barbarus hic ego sum, quia non intelligor ulli
(Trist. 5:10). 187 Cf. J. Kremer, Das dlteste Zeugnis von der Auferstehung Christi (Stuttgart 1966); B. Klapper, Zur Frage des semitischen oder griechischen Urtextes von I Kor. 15:3-5: New Test. Stud. 13 (1967) 168-173- 188 Cf. L. Cerfaux, Jesucristo en S. Pablo (Madrid 1963) p.24-31; P. E. Longevin, Jesús Seigneur et l'eschatologie. Exégése de textes prepauliniens (Bruges 1967) p.31-35. 189 Para estos críticos, la expresión habría nacido, no partiendo de un hecho histórico, sino para señalar simplemente que la estancia de Cristo en el sepulcro fue provisional y pasajera, sin dar lugar a la descomposición, dado que para la mentalidad semita ésta comenzaba a partir del tercer día, como muy bien deja entender el texto de
Jua_11:39 : ya hiede, pues lleva cuatro días. No creemos que haya base, dado como se presenta la expresión en el conjunto de los textos neotestamentarios, para buscar por ahí el origen de la expresión. (Cf. J. Dupont, Ressuscité íe
troisiéme jour;) Bibl. 40, (1959) 742-761). 190 La del Salmo no (v.25) no ofrece dificultad especial, pues es un salmo directamente mesiánico; en cambio, por lo que toca a la del salmo 8, debemos notar que las palabras del salmo se refieren en su sentido literal al hombre en general, creado a imagen de Dios y a cuyo 191 Cf. Tert. ,
Contra Marc. 5:10; San Epifanio,
Adv. Haer. i ,28; San Juan Crisóstomo, Hom. 40 192 Hace algunos años, el P. B. M. Foschini
(Those who are baptisel for tbe Dtad 1 Cor. 15:29, Worcester 1951) propuso una interpretación que cortaría de raíz toda dificultad. Basta simplemente con cambiar la puntuación, dividiendo en dos la frase bautizarse por les muertos. Lee así: Si fuese de otro modo, ¿qué sacarán los que se bautizan? ¿[Se bautizan] por los muertos? Si en ninguna manera resucitan los muertos, ¿por qué se bautizan? ¿[Se bautizan] por ellos? No se trataría, pues, de bautismo alguno por los muertos, sino de que, si no hubiera resurrección de muertos, ¿a qué bautizarse? ¿Para unirnos luego a los muertos? ¡Bonito negocio el de los cristianos! Es la misma idea del v.19 y luego el v.32. Desde luego, la explicación es seductora. Sin embargo, resulta un poco extraño que, si ésa hubiera sido la lectura primitiva, no hallemos vestigios de ello en los antiguos expositores. Además, ¿es lícito dar a la preposición por (???? ) ese sentido de movimiento hacia una cosa (= ??? ), que pide la nueva interpretación? Creemos que no. 193 La Vulgata latina (v.49) y no pocos códices griegos, en vez de llevaremos (????????? ), leen llevemos (????????? ) en subjuntivo. No es fácil demostrar cuál de las dos lecturas debe preferirse, y los críticos andan divididos. En caso de llevaremos, en futuro, San Pablo no hace sino anunciar a los cristianos su futura condición gloriosa en la resurrección; en caso de llevemos, en subjuntivo, no sólo les anuncia esa condición gloriosa, sino que les dice que es necesario ganarla, procurando conformarnos más y más cada día a la imagen de Cristo, que ya llevamos desde el bautismo (cf.
Rom_6:3-11), pero que sólo será perfecta después de la resurrección (cf.
Rom_8:23;
Flp_3:21). 194 Es de advertir que, en lugar de no todos dormiremos, pero todos seremos transformados (v.51), la Vulgata latina y algunos otros códices tienen: todos resucitaremos, pero no todos seremos transformados, trasladando la negación del primer inciso al segundo. El sentido cambia totalmente, pues se aludiría a la resurrección universal de buenos y malos y a que habrá reprobos además de los elegidos. En sustancia, esta lección de la Vulgata coincide con la de otra serie de códices (S G F G), que leen: todos moriremos, pero no todos seremos transformados. Sin embargo, actualmente la totalidad de las ediciones críticas se inclinan por la lección que hemos dado en el texto. Es la que tiene la gran mayoría de los códices antiguos y la que se halla en todos los Padres griegos. Además, es la que pide el contexto; pues las otras lecciones introducen la idea de resurrección de buenos y malos, mientras que San Pablo ha venido hablando sólo de la resurrección de los justos. Como ya hemos dicho, entre estas dos últimas lecciones existe poca diferencia de fondo, pues ambas señalan: de una parte, muerte -
resurrección universal; y de otra, no
transformación para todos. La única diferencia está en que la primera alude directamente a la
resurrección de todos (suponiendo la muerte), y la segunda alude directamente a la
muerte de todos (suponiendo la resurrección). Probablemente estas lecciones, dando por supuesto que la muerte afecta a todos, surgieron por escrúpulos doctrinales, para no dar lugar a que nadie creyese que también los pecadores serán transformados en gloria. 195
Esta frase: saludaos con el ósculo santo, la encontramos también en otros lugares (cf.
Rom_16:16;
2Co_13:12;
1Te_5:26;
1Te_5:11Pe_5:14). Es señal de la paz y unión por la caridad. La costumbre del beso como saludo era corriente entre los judíos (cf.
Mat_26:48;
Lev_7:45), de donde pasó a las comunidades cristianas y luego a la liturgia. El adjetivo santo da elevación sobrenatural al saludo, cual la deben tener todos los actos del cristiano.