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He combatido el buen combate, he realizado plenamente la carrera, he guardado la fe. (II Timoteo  4, 7) © La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 4

5. SERVICIO A LA VERDAD SIN DESMAYAR (4/01-08).

a) Primera exhortación a anunciar la palabra de Dios (4,14).

1 Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, y por su aparición y por su reino: 2 Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, increpa, exhorta, con toda comprensión y sin cejar en la enseñanza.

Cuanto más se va acercando la carta a su fin, tanto más apremiantes se hacen las exhortaciones del Apóstol. Se van sucediendo unas a otras en frase muy breves (4,2.5), lo que es señal de cómo le asedia la preocupación. Timoteo debe mostrarse hombre animoso, penetrado del deseo de cumplir fielmente su deber, a la altura de las tareas de la comunidad. San Pablo le conjura con los términos más solemnes, poniéndole ante los ojos todo el alcance de su responsabilidad (cf. 1Ti_5:21). Se sitúa juntamente con Timoteo ante el supremo juez de los últimos tiempos, que ha de decidir sobre toda acción humana, ante Dios y Jesucristo, el Señor exaltado a la gloria. El Señor aparecerá para celebrar el juicio final y así inaugurar su eterno señorío regio. El Apóstol recuerda a Timoteo el juicio imparcial, insobornable de Jesucristo, que ha de juzgar «a vivos y a muertos», a los hombres que todavía estén en vida en el momento de su segunda manifestación, como también a los que hayan dejado ya de existir y hayan de ser resucitados a una nueva vida 32. También sobre Timoteo y su comunidad pronunciará Jesucristo su sentencia definitiva. En presencia de los dos jueces supremos se exhorta ahora a Timoteo a proclamar la «palabra», la revelación divina, con ardor e intrepidez varonil. Ninguna consideración humana deberá nunca poner trabas a su proclamación, sin tener en cuenta si este anuncio de la buena nueva del Evangelio cae bien a los hombres o no, si son o no apropiadas el tiempo, la manera y las circunstancias de la predicación del Evangelio, si los hombres están o no dispuestos a abrirse a este mensaje y a inclinársele, o si, por el contrario, lo rechazan. Pablo mismo dice de sí: «Anunciar el Evangelio... es necesidad que pesa sobre mí. ¡Y ay de mí si no anuncio el Evangelio!» (/1Co/09/16). Según las circunstancias debe Timoteo enderezar y corregir a los hombres que yerran y faltan, y, para ello, recurrir a censuras, serios reproches y estimulantes exhortaciones. Pero al mismo tiempo debe mostrar paciencia y comprensión y esforzarse por lograr su fin con palabras bondadosas, no con impaciencias ni brusquedades. Para esto se requiere ese amor del que Pablo dice que es «paciente... benigno; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es indecoroso ni busca su interés; no se irrita ni lleva cuenta del mal; no se alegra de la injusticia, sino que se goza con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1Co_13:4-7).

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32. Cf. 1Th_4:16 s; 1Co_15:21 s. El autor emplea aquí una fórmula que tenía ya forma fija, tomada de algún símbolo de la fe de la Iglesia primitiva, que luego fue incluida en el símbolo de los apóstoles.

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3 Porque vendrá tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que, llevados del propio capricho, se rodearán de maestros para que les halaguen el oído, 4 y dejarán de escuchar la verdad, volviéndose de nuevo a los mitos.

Ahora es más necesaria que nunca tal fidelidad inquebrantable en la predicación de la palabra de Dios, porque se acercan tiempos difíciles (cf. 3,1). En realidad se están iniciando ya con la aparición de falsos maestros33, pues la «enseñanza sana» se ve rechazada por los hombres, que se descargan de ella como de un yugo insoportable, se hace intolerable la predicación seria sobre el pecado y el juicio, sobre la redención y la santificación, porque no responde o no se adapta al gusto natural de los hombres. Estos, guiados por el egoísmo y el capricho, buscarán la propia satisfacción intelectual, sólo querrán oír cosas ingeniosas, interesantes y sensacionales, e irán pasando de un maestro a otro, de una doctrina a otra. Se hallarán en gran número maestros que de esta manera cosquilleen y halaguen el oído.

¿Cuál será el resultado de tal comportamiento? Dejarán de escuchar la verdad, cambiarán la verdad de Dios por mitos y fábulas humanas sin fundamento y por vanas charlatanerías 34. En rudo contraste contrapone el Apóstol la verdad de la palabra revelada y las ideas humanas de los falsos maestros. ¡Qué peligro representa esto para la comunidad, con qué fidelidad en el cumplimiento del deber y con qué servicio incansable debe Timoteo anunciar la palabra de Dios! De ahí la apremiante preocupación del Apóstol.

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33.Cf. 3,1, 1Ti_1:4, 1Ti_1:4, 1Ti_1:7.

34.Cf.ITim 1,4; 4,7

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b) Plena dedicación al servicio de la verdad (4,5-8).

5 Pero tú conserva en todo la serenidad, soporta las contrariedades, cumple la tarea de evangelista, lleva a cabo tu servicio.

En vista de todas las fantasías y caprichos de los falsos maestros debe Timoteo conservar la serenidad y proceder con clara reflexión en la predicación del Evangelio. Cierto que el anuncio de la palabra de Dios va acompañado de sufrimientos y oprobios. él mismo lo sabe por la vida y las persecuciones del Apóstol (cf. 3,119. Como «verdadero hijo» (1Ti_1:2; cf. 2Ti_1:2) debe soportar con valor toda animosidad.

Como «evangelista», como pregonero del Evangelio, cuya influencia no está restringida a una determinada Iglesia local, sino que se extiende a la Iglesia universal, debe poner en juego todas sus energías para desempeñar este servicio plena y totalmente. Así debe mostrar su fidelidad como «administrador de los misterios de Dios» (1Co_4:1); en efecto, en los administradores se busca «que cada cual sea fiel» (1Co_4:2).

6 Porque yo estoy ya a punto de ser ofrecido en libación, y es inminente la hora de mi partida.

La peligrosa situación de la comunidad es para el Apóstol un motivo apremiante para exigir a Timoteo plena fidelidad y dedicación en el cumplimiento del quehacer que le impone su vocación. Pero también su situación personal le mueve a lo mismo. Por esto le escribe mirando fijamente a la muerte, porque sabe que ha llegado al término de su vida, que se halla seguramente en vísperas de morir. Con dos imágenes35 se habla del desenlace de su vida. Como en las libaciones paganas el devoto griego o romano derramaba parte del vino, como ofrenda sacrificial a la divinidad, sobre la mesa, sobre el hogar, sobre el altar o sobre el fuego del sacrificio, como en las libaciones judías se vertía el vino en el fuego del altar 36 así ahora que la sentencia de muerte puede pronunciarse cualquier día, su sangre es derramada en el martirio como oblación a Dios. Con estas palabras quiere expresar el Apóstol que su martirio tiene el valor de un sacrificio ofrecido a Dios (cf. Rev_6:9), que sus sufrimientos y su muerte aprovechan a los pecadores, que él, efectivamente, «todo lo sufre por amor a los elegidos» (2,10).

En la segunda imagen compara su muerte, que de todos modos es inminente, con su regreso a la casa del Señor, a la casa paterna (cf. Phi_1:23). A esto se refiere cuando habla de su «partida». Ambas imágenes expresan la pronta y gozosa disposición a morir del Apóstol. Es que sabe que con la muerte se pone en marcha «para estar con el Señor» (Phi_1:23) y sabe que «muere en el Señor» (Rom_14:8).

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35. Análogas imágenes en Phi_1:23; Phi_2:17.

36.Cf. Exo_29:40 s; Num_15:5.7; Num_28:7.

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7 He combatido el buen combate, he realizado plenamente la carrera, he guardado la fe. 8 Y ahora está ya preparada para mí la corona de justicia, con la que me retribuirá en aquel día el Señor, el juez justo, y no sólo a mí, sino también a todos los que hayan mirado con amor su aparición.

Tocando ya al término de su existencia, dirige una mirada retrospectiva a la pista que ha recorrido en su vida. Ha alcanzado la meta. Puede con tranquila conciencia mirar a su vida pasada, que ha sido un combate magnífico al servicio de la fe (cf. 1Ti_6:12). En todos sus trabajos, fatigas y sufrimientos ha guardado y conservado fielmente el último apoyo y sostén de su vida entera, su fe en Cristo, el Señor. En su vida fue realmente «servidor de Cristo y administrador de los misterios de Dios» (1Co_4:1). Ha realizado de hecho «lo que se busca en los administradores», a saber, «que cada cual sea fiel» (1Co_4:2). Así puede ahora, como un atleta que ha llegado victorioso a la meta, esperar con seguridad la corona de la victoria. Cristo, el Señor exaltado y el justo juez, «en aquel día», en el día de su manifestación gloriosa, otorgará a Pablo la corona de la victoria por una vida que tiene consistencia a los ojos de Dios. Es el remate de la salvación que como última gracia aguarda Pablo del «justo juez» (Gal_5:5). Pero Pablo sabe que no recibirá él solo esta corona de la victoria. Por eso añade, por lo menos para animar y consolar a su discípulo, que con él recibirán también este premio de la victoria todos los que con su vida se hayan preparado para la «aparición» del juez celestial y hayan suspirado por ella con amor. Pablo, penetrado de fuerte fe, se encamina impertérrito y lleno de confianza a la muerte. Para él, como para todo cristiano, ha perdido la muerte su horror, pues sólo es un tránsito, un retorno a la casa del Señor. Todo cristiano que al final de su vida pueda mirar atrás a una vida pasada en el servicio del Señor, podrá esperar con la misma seguridad la corona de victoria de manos del justo juez.

CONCLUSIÓN 4,9-22

El texto propiamente dicho de la carta ha terminado. Lo que todavía sigue son noticias sobre colaboradores del Apóstol (4,9-12), un encargo a Timoteo (4,13) y un aviso sobre Alejandro, el herrero (4,14-15). Una vez más se hace presente toda la gravedad de la situación del Apóstol (4,16-18), y se acaba con los últimos saludos (4,19-21). La carta del Apóstol termina con unas breves palabras de bendición (4,22), que no sin razón se designan como el testamento de san Pablo.

1. NOTICIAS SOBRE LOS COLABORADORES (4/09-12).

9 Haz lo posible por venir a verme cuanto antes; 10 pues Demas me abandonó por amor de este mundo, y se fue a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia. 11 Lucas es el único que está conmigo. Recoge de paso a Marcos y tráelo contigo, porque me es muy útil para el ministerio. 12 A Tíquico lo mandé a éfeso.

Pablo vive en la cárcel en Roma en gran aislamiento. Por eso llama a su querido discípulo, al que va frecuentemente su pensamiento, su nostalgia y su oración (1,3-4). Debe venir lo antes posible, antes de que sea ya tarde. De todos modos teme el Apóstol que si se retrasa, es posible que no lo halle ya entre los vivos. Quizá es también tanto más apremiante esta llamada por cuanto Pablo ha experimentado en su prisión amargos desengaños por parte de los hombres. Antes había escrito ya: «Han desertado de mi lado todos los de Asia, entre ellos Figelo y Hermógenes» (1,15). Ahora explicará: «En la primera vista de mi causa nadie se presentó a favor mío, sino que todos me abandonaron» (4,16).

Demas, colaborador del Apóstol, que había estado con él en la primera prisión 37, se ha dejado arrastrar completamente por los negocios de este mundo, por lo cual se ha retraído del Apóstol prisionero y se ha marchado al rico emporio comercial de Tesalónica. Quizá le abandonó también por cobardía y por miedo al sacrificio, puesto que conocía los peligros que le amenazaban por sus relaciones con el Apóstol y así se puso a tiempo en seguridad. Crescente, del que no tenemos otras noticias, fue probablemente a dedicarse a la predicación a «Galacia», que debe querer decir «las Galias», no la provincia de Asia Menor. El Apóstol de las gentes había, en efecto, con gran probabilidad anunciado el Evangelio en España. Así se comprende que ahora enviara todavía al Oeste a uno de sus colaboradores.

Tito, que dejando su quehacer en Creta, había entre tanto regresado a Roma cerca de Pablo (Tit_3:12), marchó a Dalmacia con un nuevo encargo del Apóstol (cf. Rom_15:19). Sólo Lucas, «el médico querido» (Col_4:14) y fiel compañero de Pablo en sus viajes apostólicos y durante su primera prisión romana38, se quedó con él y está ahora también a su lado.

Todavía cita Pablo a otro colaborador. Este es Marcos, que aunque en años anteriores había decepcionado al Apóstol 39, después había borrado completamente esta mala impresión y durante la primera prisión había perseverado fielmente juntamente con Lucas al lado de Pablo 40. Le es ahora necesario para el ministerio, sin duda para que se dedique a tareas apostólicas en Roma. Había sido enviado a Asia Menor (Col_4:10). Ahora debe llevarlo consigo Timoteo, caso que él mismo vaya a Roma.

De Tíquico, también colaborador del Apóstol, se informa que ahora ha sido enviado a éfeso, su patria (Act_20:4), seguramente para reemplazar a Timoteo durante su ausencia. Tíquico era, en efecto, un hombre de su especial confianza. Había acompañado a Pablo en su viaje de Grecia a Jerusalén (Act_20:4), se mantuvo fiel junto al Apóstol durante su primera prisión y por encargo suyo llevó a Efeso y a Colosos sus respectivas cartas (Eph_6:21 s; Col_4:7 s). Ahora lo echa de menos en su soledad.

Aquí se nos muestra con especial fuerza la gran personalidad humana del Apóstol de las gentes. Aun ahora, en vísperas de su muerte, se siente íntimamente unido en amor y fidelidad con sus colaboradores. Sufre por su ausencia, siente hondamente su infidelidad (Col_4:10) y los envía a predicar la buena nueva; porque a pesar de su prisión se va propagando la buena nueva del Evangelio, ya que «la palabra de Dios no está encadenada» (Col_2:9).

El gran amor que Pablo siente por Cristo no ha dejado enfriarse el amor a sus colaboradores, sino que lo ha ennoblecido y profundizado todavía más, elevándolo a un plano superior. Así el Apóstol, al final de su vida, nos aparece como un hombre grande y noble, como una personalidad fuerte y acabada, que hasta la muerte permanece estrechamente unido en amor y fidelidad con sus colaboradores.

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37Col_4:14; Phm_1:24.

38.Cf. Act_16:10; Act_20:5-7; Act_27:1; Phm_1:24.

39.Cf. Act_13:13, Act_13:1, Act_13:37-39.

40.Cf. Col_4:10; Phm_1:24.

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2. ENCARGO A TIMOTEO (4/13).

13 Cuando vengas, trae la capa que me dejé en Tróade en casa de Carpo, y los libros, sobre todo los pergaminos.

Pablo llama a Timoteo. Con esta ocasión puede también llevarle algunos objetos que en su último viaje a Tróade se había dejado Pablo en casa de un cristiano, llamado Carpo, que nos es desconocido. En efecto, en su viaje a Roma tiene Timoteo que pasar por Tróade para seguir desde allí por la vía Egnatia. Así puede satisfacer fácilmente el deseo del prisionero y puede llevarle la capa que se había dejado allí: un grueso manto de viaje que envolvía todo el cuerpo y que en aquel tiempo sólo lo llevaban las gentes pobres, pero que en el frío de la cárcel puede prestar buenos servicios a Pablo durante el próximo invierno (Col_4:21). Debe llevarle también los «libros», es decir, rollos de papiro, y los «pergaminos», o rollos de pergamino, que probablemente contenían escritos del Antiguo Testamento. Aparte la compañía de fieles amigos y colaboradores, en la soledad de la cárcel busca el apóstol consuelo y alivio en sus «libros», en la palabra de Dios de la Sagrada Escritura.

3. ALEJANDRO, EL HERRERO (4/14-15).

14 Alejandro, el herrero, me ha perjudicado mucho: el Señor le dará lo merecido por sus obras 41. 15 Tú también ten cuidado con él, porque se opone fuertemente a nuestra predicación.

En la memoria del Apóstol emergen dos tristes experiencias del pasado, que ahora comunica a Timoteo. Un herrero llamado Alejandro había causado sinsabores al Apóstol -cuándo y dónde es cosa que no podemos ya averiguar- con una encarnizada hostilidad y una oposición apasionada a la predicación del Evangelio. No resulta claro si se trata del mismo Alejandro al que había tenido que entregar a Satán (1Ti_1:20). Quizá habría participado también en forma decisiva en los sucesos que dieron lugar al encarcelamiento del Apóstol y quizá compareciera en Roma como acusador contra Pablo. De todos modos el daño que infligió a san Pablo debió de ser considerable, puesto que el Apóstol, usando una fórmula del Antiguo Testamento, lo entrega al juicio de Dios. El Apóstol no se deja llevar a excitación e irritación personal, y mucho menos de resentimiento y hostilidad: él mismo no pronuncia sentencia alguna. Sabe que Dios es justo juez en este asunto, él «le dará lo merecido por sus obras». él tiene la última palabra en el juicio final. Al mismo tiempo pone también a Timoteo muy en guardia contra él. Quizá él mismo lo conoce por su actividad en éfeso.

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41.Sal 28(27),4; 62(61),13.

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4. NOTICIAS DEL PROCESO (4/16-18).

16 En la primera vista de mi causa nadie se presentó a favor mío, sino que todos me abandonaron. ¡Que no se les tome en cuenta! 17 Pero el Señor me asistió y me dio fuerzas, de tal manera que, por medio de mí, la proclamación quedó plenamente realizada y llegó a oídos de todos los gentiles; y yo mismo fui rescatado de las fauces del león42. 18 El Señor me rescatará de todo mal y me salvará para su reino celestial. A él, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Un segundo recuerdo triste surge en la mente del Apóstol. Es la primera vista de la causa que ha tenido ya lugar en el tribunal romano. En ella sufrió Pablo un grande y amargo desengaño: Todos me abandonaron. Todos: los miembros de la comunidad cristiana de Roma, que hubieran podido favorecerle como testigos, sus colaboradores, que por temor de los peligros que a ellos mismos les amenazaban, «por amor de este mundo» (4,10), le habían abandonado. En aquella hora decisiva del peligro apareció tremendamente claro que ningún amigo valeroso estaba a su lado. Pero también este amargo desengaño presenta al Apóstol como auténtico discípulo de su Señor Jesucristo, que en presencia de la muerte perdona a sus enemigos (Luk_23:34). Tampoco él sabe hacer otra cosa que rogar por sus amigos infieles: «¡Que no se les tome en cuenta!»

Si los hombres fallaron en aquella hora decisiva para Pablo, no así el Señor, que cumplió la predicción de Jesús: «Y cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis de antemano de lo que habéis de decir, sino que aquello que se os dé en aquel momento, eso diréis. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu Santo» (Mar_13:11; cf. Mat_10:19-20). Dios, el Señor mismo, se constituyó en abogado defensor del Apóstol. Su defensa fue un triunfo. Y aun ahora en la prisión está tan penetrado y animado de su ministerio apostólico, que reduce su propia defensa de vida o muerte a un solo argumento: transmite el mensaje de Cristo. Así también él procede ahora conforme a lo que habla escrito una vez a la comunidad de Corinto: Porque «es necesidad que pesa sobre mí. Y ¡ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1Co_9:16). Esta defensa fue el remate de su actividad apostólica. Aquí tuvo ocasión de anunciar el Evangelio ante el tribunal pagano y ante numerosos testigos de todos los pueblos, y así pudo desempeñar su encargo divino literalmente hasta el fin de su vida. En efecto, una vez, cuando tuvo lugar la conversión de Pablo, había dicho el Señor por boca de Ananías: «Porque éste es mi instrumento escogido, para ser portador de mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuántas cosas deberá padecer por mi nombre» (Act_9:15 s). Con la asistencia divina fue liberado una vez más de las «fauces del león», de la situación más apurada con peligro de la vida. Pero el Apóstol sabe demasiado bien que esta liberación de la sentencia de muerte no es sino una dilación. Aguarda todavía una segunda vista y no tiene la menor duda sobre el resultado del proceso. Ya no cuenta con una sentencia absolutoria. Pero al mismo tiempo está convencido de que es inminente una mayor liberación, más espléndida que la preservación de la pena de muerte. Dios lo liberará y rescatará «de todo mal» y, librándolo de la miseria de la tierra, lo trasladará al reino del cielo. Así su martirio le abrirá las puertas del reino de Dios y así verá satisfecho su gran anhelo, que una vez había expresado escribiendo a la comunidad de Filipos: «Aspiro a irme y estar con Cristo, lo que, sin duda, sería lo mejor» (Phi_1:23). La mención del poder y de la gracia de Dios remata en el Apóstol, como en los piadosos israelitas, en un canto de alabanza a Dios 43. Los lectores deben asociarse a esta oración con el «amén». Al igual que en 3,6-8, nos aparece el Apóstol con los ojos fijos en la muerte que le aguarda de un momento a otro.

Penetrado como está de profunda fe y de la convicción de su íntima unión con su Señor Jesucristo exaltado, la muerte no es para él sino un tránsito a los gozos eternos, la entrada en la gloria junto al Padre.

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42.Sal 22,22; Dan_6:21.28.

43.Cf. Rom_9:5; Rom_11:35-36; Gal_1:5; Phi_4:20; Eph_3:21; 1Ti_1:17.

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5. SALUDOS FINALES (4/19-21).

19 Saludos a Prisca y a Aquila, y a la casa de Onesíforo. 20 Erasto se quedó en Corinto; a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto. 21 Haz lo posible por venir antes del invierno. Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.

Como en casi todas las cartas de Pablo 44, siguen ahora los saludos: primeramente a Prisca y Aquila, fieles colaboradores del Apóstol en su actividad misionera 45, que una vez salvaron a Pablo con peligro de la propia vida (Rom_16:13 s). Como antes (Rom_1:16-18), se menciona la «casa», la familia del fiel Onesíforo, pues éste no cuenta ya seguramente entre los vivos. No parece claro si a la sazón en que Pablo escribía esta carta se hallaban todavía en éfeso Timoteo y las demás personas mencionadas (cf. 4,12).

Completando una noticia que antes ha dado (4,912), añade todavía Pablo noticias sobre dos de sus colaboradores. Erasto -probablemente el tesorero de Corinto mencionado en Rom 16,23- se quedó en su ciudad natal, Corinto. Una vez había sido enviado por Pablo a Macedonia juntamente con Timoteo (Act_19:22). Otro colaborador del Apóstol, Trófimo, originario de éfeso (Act_21:29), había acompañado al Apóstol en su viaje de Grecia a Jerusalén (Act_20:4). En este su último viaje antes de su arresto, en el que se había dirigido a Mileto pasando por Tróade (Act_4:13), había dejado enfermo en aquella ciudad a su fiel camarada.

Por segunda vez ruega a Timoteo que vaya cuanto antes a Roma (cf. 4,9). Corre prisa, porque en el invierno que se aproxima queda suspendida la navegación, y además la sentencia de muerte puede pronunciarse el día menos pensado. De ahí la insistencia en que emprenda el viaje lo antes posible para que el discípulo pueda todavía hallar en vida a su maestro.

Siguen saludos de la comunidad de Roma, que es donde Pablo está prisionero. De los cuatro cristianos mencionados nominalmente, que sin duda son conocidos de Timoteo, Lino es probablemente el mismo que más tarde fue obispo de Roma, primer sucesor del apóstol Pedro. De los demás no sabemos nada cierto.

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44.Cf. Rom_16:1-16; 1Co_16:19-21; 2Co_13:12; Eph_6:23; Phi_4:21 s, Col_4:10-15; 1Th_5:26, Tit_3:15; Phm_1:23 s.

45.Cf. Act 18,2s.18.26; 1Co_6:19.

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6. BENDICIÓN (4/22).

22 El Señor esté con tu espíritu. La gracia esté con vosotros.

La carta se cierra con esta bendición dirigida a su querido discípulo Timoteo46, como también a la entera comunidad47 en que éste despliega su actividad y en la que Pablo piensa incesantemente. El Apóstol les desea lo mejor que pueden desearse los cristianos, «la gracia», la benignidad de Dios, por la que somos salvados (Eph_2:5.8). Ahora está todavía oculta, pero en los «siglos venideros» (Eph_2:7) se manifestará en toda su riqueza y amplitud.

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46. Una bendición semejante en Gal_6:18; Phi_4:26; Phm_1:25.

47. Cf. la misma bendición en 1Ti_6:21.



Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Solemne exhortación final a Timoteo, 4:1-8.
1 Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, por su aparición y por su reino: 2 Predica la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, enseña, exhorta con toda longanimidad y doctrina; 3 pues vendrá un tiempo en que no sufrirán la sana doctrina, antes, deseosos de novedades, se rodearán de maestros conforme a sus pasiones, 4 y apartarán los oídos de la verdad para volverlos a las fábulas. 5 Pero tú vela en todo, soporta los trabajos, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. 6 Cuanto a mí, a punto estoy de derramarme en libación, siendo ya inminente el tiempo de mi partida. 7 He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado la fe. 8 Ya me está preparada la corona de la justicia, que me otorgará aquel día el Señor, justo Juez, y no sólo a mí, sino a todos los que aman su venida.

Este final de la carta es de lo más dramático y solemne que salió de la pluma del Apóstol. Pablo, que prevé próximo su fin, insiste con redoblada energía sobre su predilecto discípulo Timoteo para que cumpla con valentía y decisión su deber de ministro de Cristo. Es como su testamento.
Primeramente le pone ante la vista el gran día del juicio final, cuando aparecerá Cristo para juzgar a vivos y muertos e inaugurar su reino (v.1; cf. Hec_10:42; 1Co_15:24; 2Co_5:10; 1Ti_6:14). La expresión vivos y muertos, que ha entrado en nuestros símbolos de fe, refleja la doctrina expuesta en varios lugares por San Pablo de que los que se hallen con vida en el momento de la parusía no pasarán por la muerte (cf. 1Co_15:51; 2Co_5:3; 1Te_4:17).
Después de esta como introducción, con cinco vibrantes imperativos (v.2), seguidos luego de otros cuatro (v.5), Pablo conjura a Timoteo a que se entregue de lleno a su ministerio, pues se acercan tiempos difíciles y adversarios muchos (v.3-4; cf. 3:1; 1Ti_4:1-2).
Cerrando la exhortación, presenta el cuadro o balance de su vida, a punto de derramarse en libación (v.6-8). Evidentemente, Pablo prevé ya casi como seguro un resultado adverso en su proceso. El lenguaje es muy distinto del empleado cuando la primera cautividad romana, no obstante aludir también entonces a posible libación (cf. Flp_2:17). La imagen de libación es muy significativa. Pablo no quiere decir solamente que ha llegado al término de su vida, sino que deja entender, además, que su muerte es en cierto modo una ofrenda sacrificial, unida a la de Cristo (cf. Col_1:24; Rom_12:1).
Las imágenes de combate y carrera, tomadas de las competiciones atléticas, nos son ya conocidas (cf. 2:5; 1Ti_4:7-8). Feliz el apóstol del Evangelio que al final de sus años de apostolado pueda exclamar con San Pablo: He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado la fe (v.7), esa fe (?????? ) que, en este contexto, parece estar equivaliendo a fidelidad a la fe, no omitiendo ninguna de sus exigencias, como no debe omitir las suyas el atleta en el combate, si quiere recibir la corona de la victoria (cf. 2:5; Tit 2, i o; 2Te_1:4).

Noticias personales,2Te_4:9-18.
9 Date prisa a venir a mí, 10 porque Demás me ha abandonado por amor de este siglo, y se marchó a Tesalónica; Crescente a Galacia y Tito a Dalmacia. 11 Sólo Lucas está conmigo. A Marcos tómale y tráele contigo, que me es muy útil para el ministerio. 12 A Tíquico lo mandé a Efeso. 13 El capote que dejé en Tróade, en casa de Carpió, tráelo al venir, y asimismo los libros, sobre todo los pergaminos. 14 Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho mal. El Señor le dará la paga según sus obras. 15 Tú guárdate de él, porque ha mostrado gran resistencia a nuestras palabras. 16 En primera defensa nadie me asistió, antes me desampararon todos. No les sea tomado en cuenta. 17 El Señor me asistió y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación y todas las naciones la oigan. Así fui librado de la boca del león. 18 El Señor me librará de todo mal y me guardará para su reino celestial. A El sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

En la rigurosa cárcel de Roma, Pablo se encuentra aislado. De los que le acompañaban, unos, como Crescente y Tito, han tenido que partir para diversas misiones (v.10b); otros, como Demás, le han abandonado por amor de este siglo (v.10a). Sólo Lucas está con él (v.11). Por eso, encarga a su fiel y querido Timoteo que se dé prisa a ir a él (v.9), y que lleve también a Marcos (v.11). Para sustituirle mientras tanto en Efeso, le envía a Tíquico (v.12). De estos nombres, la mayoría nos son ya conocidos (cf. Gal_2:1; Col_4:7.10.14); únicamente de Crescente no tenemos ningún otro dato.
Pablo encarga también a Timoteo que le lleve el capote (?? -????? ) que dejó en Tróade, en casa de Carpió, así como los libros (escritos en papiro) y los pergaminos (v.13). Este dato, desde el punto de vista histórico, creemos que reviste gran importancia. En efecto, esa precipitada salida de una casa amiga, como la de Carpió, hasta el punto de no recoger siquiera el capote y los libros, permite conjeturar que Pablo fuera arrestado precisamente ahí por las autoridades romanas, siendo luego conducido a Efeso, al tribunal del procónsul de la provincia, y, finalmente, a Roma, por su condición de ciudadano romano. El Alejandro tan duramente aludido en los v.14-15 es probable que sea uno de los testigos que depusieron contra Pablo, sea en Efeso, sea también en Roma, adonde habría acudido prosiguiendo su tarea de acusador.
La primera defensa (?? ????? ??? ???????? ) a que el Apóstol alude (v.15) parece que se refiere a la comparecencia o prima ac-tio ante el tribunal romano. Dice que todos le abandonaron, sin que se presentase nadie como testigo en su ayuda. Pero el Señor le dio fuerzas, y en su autodefensa, que ya en tiempos anteriores había tenido que hacer varias veces (cf. Hec_23:1-10; Hec_24:10-23; Hec_25:8-12; Hec_26:1-32), aprovechó la ocasión para dar a conocer el Evangelio (v.17a). No obstante las circunstancias adversas, esa primera defensa resultó bien, y de momento no tuvo lugar la condena. Eso parece significar la expresión fui librado de la boca del león (v.17b; cf. Sal_22:22). Seguramente el tribunal terminó su sesión con el ritual non liquet, pidiendo más información (amplius), y dejando la resolución definitiva para la secunda actio.
La situación no tardaría en cambiar, cosa que a Pablo no cogía de sorpresa (cf. v.6). Lo importante no era la vida material, sino la consecución del reino celeste (v.18).

Saludos y bendición final,Sal_4:19-22.
19 Saluda a Frisca y a Aquila y a la casa de Onesiforo. 20 Erasto quedó en Corinto. A Trófimo le dejé enfermo en Mileto. 21 Date prisa a venir antes del invierno. Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. 22 El Señor sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.

Tampoco en esta carta se olvida Pablo de mandar saludos para personas conocidas y dar noticias sobre otras.
Frisca y Aquila (v.16) es un matrimonio, muy viajero, que ya nos es conocido (cf. Hec_18:2.18; Rom_16:3; 1Co_16:19). También nos es conocido Onesiforo (v.19; cf. 1:16-18). Erasto (v.20) probablemente es el mismo mencionado en Rom_16:23; Y quizá se haya de identificar con el de Hec_19:22. De ??????? (? .20) se ha hablado ya en Hec_20:4 y 21:29. En cuanto a Eubulo, Pudente, Lino y Claudia (v.21) no hay nada seguro. Según San Ireneo y Eusebio, este Lino habría sido obispo en Roma. Es de notar la insistencia de Pablo en que Timoteo se dé prisa a ir a él (v.21; cf. v.9), diciéndole que vaya antes del invierno, cuando la navegación era peligrosa y casi imposible (cf. Hec_27:9). Probablemente teme que, si no se pone pronto en camino, llegue demasiado tarde, dado como se iban presentando las cosas de su proceso.
La bendición final (v.22) es semejante a la de otras cartas (cf. Gal_6:18; Flp_4:23), y va dirigida a Timoteo y a todos los demás de la comunidad de Efeso.

339 Cf. Hist. eccl 3:4. 340 L. gerfaux, art. gnose: Dict. Bibl.-SuppL, col. 659-701. 341 Cf. J. daniélou, La communauté de Qumran et l'organization de l'église ancienne: La Bible et l'Orient (París 1955) p.noss; J. colson, Les fonctions ecclésiales aux deux pre-miers siecles (París 1956); P. benoit, Les origines de l'épiscopat dans le N.T.: Exégese et théologie, II, (París 1961) p.23? 46; J. dauvil ier, Les temps apostoliques. i.er siécle: Hist. du Droit et des Institutions de l'église en Occident, II (París 1970); A. lemaire, Les minis-téres aux orí gines de l'église (París 1971); A. descamps, Aux origines du ministére. La pen-sée de Jesús: Rev. theol. de Louv. 2 (1971) 3-45 y (1972) 121-159. 342 Sobre el uso de estos títulos: apóstoles-profetas-doctores-evangelistas, cf. L. turrado, Carisma y ministerio en San Pablo: Salmant. 19 (1972) 336-340. Es de notar que en las Pastorales no aparecen estos títulos, sino de modo muy indirecto (cf. 1Ti_1:3; 1Ti_2:7; 2 Tim ifii; 1Ti_4:5); quizás se deba a que esas categorías ministeriales comenzaban ya a desaparecer. Además, tengamos en cuenta que en gran parte esas funciones son las asignadas a Tito y Timoteo, posiblemente incluidas terminológicamente en alguna o varias de dichas categorías. 343 Cf. ign. ant., Eph. 6:1; Magn. 2; 6:1; Trall 1:1; Philard. 4. 344 Cf. A. javierre, Orientación en la doctrina clasica sobre la sucesión apostólica: Concil. (1968), II, p.ig-30. 345 Gf. vatic. II, Const. Lumen gentium, n.° 20. 346 Creemos muy acertado lo que escribe S. Dix: Es evidente que el episcopado, tal como es conocido en el siglo n, es un ministerio de origen complejo, cuyas funciones derivan de más de una fuente del primer siglo, y el apostolado es una de ellas. Tito en Creta y Timoteo en Asia Menor, llámense apóstoles ? no, realizan ciertas funciones específicamente apostólicas. Su autoridad cuasi-monárquica, lo mismo que el territorio delimitado en el cual ellos la ejercen, anuncian ya al obispo del siglo u (G. Dix, Le ministére dans l'Eglise ancienne [París 1955] p.20 y 73). 347 Si Pablo habla de reyes en plural, ello no significa que suponga reinando entonces en Roma varios emperadores asociados; pues, más que de personas concretas, habla de categorías. Además, el término reyes puede también designar otros personajes fuera del emperador; v.gr., todos aquellos monarcas que, estando sujetos al emperador, ejercían un poder real en las provincias. 348 .Cf. J. murphy O'CoNNOR, La verité chez S. Paul et Qumran: Rev. Bibl. 72 (1965) 29-76. 349 La frase paulina Dios quiere que todos los hombres se salven (v.4) es el texto, como con razón se ha escrito, más claramente anticalvinista de todo el Nuevo Testamento. A nadie absolutamente se excluye, sin que haya lugar para esa predestinación al infierno, anteriormente a la previsión de los deméritos, de que hablaba Calvino. 350 El término que hemos traducido por rescate es en griego ?????????? , y sólo se encuentra en este pasaje del Nuevo Testamento. La idea es prácticamente la misma que la de redención (??????????? ), y ya la explicamos ampliamente al comentar Rom_3:24. 351 Cf. tertul., De orat. 14 y 17. 352 Comentando este pasaje, dice San Juan Crisóstomo: Ella (la mujer) enseñó una vez al hombre, y todo se perdió. Por esto Dios la sujetó, porque había usado mal de su autoridad, o por mejor decir, de su igualdad (Hom. 9:1: PG 62:542). 353 El texto griego no tiene permaneciere, en singular (v. 15), sino permanecieren (??? -????? ), por lo que algunos autores ponen como sujeto a los hijos, de cuya conducta dependería la salvación de la madre. Sin embargo, no parece probable esa interpretación, condicionando la salvación de la madre a la perseverancia de los hijos. Lo más sencillo es considerar como colectivo el nombre mujer, con lo que no ofrece ya dificultad alguna el verbo en plural, 353* Hay autores, como C. Lattey y S. Lyonnet, que interpretan de modo distinto la frase marido de una sola mujer. Pablo no estaría refiriéndose a las segundas nupcias, sino más bien a que el obispo, y lo mismo los diáconos, deben vivir castamente en el matrimonio, evitando todo lo que pueda manchar la vida conyugal. De hecho, las otras cualidades exigidas por Pablo al obispo no sobrepasan el nivel medio de la moral común, ¿a qué vendría, pues, esa condición que no exige al resto de los fieles? La interpretación tradicional, más que tener en cuenta las condiciones de vida de las comunidades cristianas del siglo i, estaría influenciada por la legislación eclesiástica posterior. Así piensa Lyonnet (cf. S. lyonnet, Uniux uxoris vir: Verb. Dom. 45, 1967, p.3-10). Sin embargo, sigo creyendo más fundada la interpretación tradicional. Si a lo que en realidad apuntaba Pablo era a la infidelidad conyugal o al divorcio ¿por qué no emplea pa labras más claras, como vemos que hace en otras ocasiones al tocar estos temas? Y en cuanto a la legislación eclesiástica, ¿no será más bien al revés, es decir, que la legislación eclesiástica está influenciada por los textos y pensamiento de Pablo? 354 Seguimos aquí la interpretación más generalizada entre los exegetas. Hay algunos autores, capitaneados por el P. Galtier, que interpretan esa imposición de manos del v.22, no con referencia a la ordenación de presbíteros, sino con referencia a la reconciliación de pecadores arrepentidos. A estos pecadores en general, no ya precisamente a los presbíteros', aludiría San Pablo a partir ya del v.20. Creemos, sin embargo, que está más en conformidad con todo el contexto la interpretación tradicional, pedida también por el paralelismo con 3:10 y 5:9. Además, en el resto de las pastorales, el rito de la imposición de manos, que ciertamente puede tener otros sentidos (cf. Mat_19:15; Hec_8:17; Hec_13:3), va siempre ligado al sacramento del orden (cf. 1Ti_4:14; 2Ti_1:6). 355 Cf. hipocr., Vet. medie. 13. 357 Los nombres de Jannes y Mambres (v.8), a los que Pablo compara esos hombres perversos que se oponen al Evangelio, son desconocidos de la Biblia, que simplemente habla de magos (cf. Exo_7:11.22). Sin embargo, así son nombrados en multitud de escritos rabí-nicos. Probablemente Pablo no depende de ningún determinado texto rabínico, sino de la tradición judía oral, aprendida por él en la escuela de Gamaliel (cf. Hec_22:3). Tenemos aquí un caso parecido a otras muchas alusiones, relacionadas con el judaismo tardío: ley dada por ángeles (Gal_3:10), piedra que acompañaba a los israelitas (1Co_10:4) disputa sobre el cuerpo de Moisés (Jud_1:9).

Comentario de Santo Toms de Aquino


Lección 2: 2 Timoteo 4,6-8
Predícele que se acerca el tiempo de su muerte y dícele que tiene segura la celestial corona.6. Ego enira iam delibor, et tempus resolutionis meae instat.7. Bonum certamen certavi, cursum consummavi, fidem servavi.8. 1n reliquio reposita est mihi corona iustitiae, quam reddet mihi Dominus in illa die, iustus iudex. Non solum autem mihi, sed et his qui diligunt adventum eius.Arriba lo exhortó a que se entregase de lleno a la predicación y a la doctrina, y esto por el auditorio y por el mismo Timoteo; aquí introduce la tercera necesidad, a saber, por parte del Apóstol, porque pronto había de partir de este mundo. Predícele la inminencia de su tránsito y le manda que lo visite: date prisa. Cuanto a lo primero señálale la instancia de su muerte y la seguridad con que muere: he combatido el buen combate; y, júnto con la muerte que ya esperaba, las vejaciones que padecía; porque "yo ya estoy a punto de ser 1nmolado y el tiempo de mi muerte se avecina". La pasión de los santos dícese inmolación (Fil 2; Salmo i 15). En los sacrificios, que se hacían antiguamente, y se ofrecían de cosas líquidas, pregustábase el vino u otro licor, y estas pregustaciones se llamaban libaciones (Rm XI). Por eso denomina su martirio inminente libación; y aunque de tiempo atrás viene pregustando esos sinsabores y hieles, "ya el tiempo de romper mis ataduras apremia". Y hay doble resolución o desaladura: una del lazo del cuerpo con el alma (Eccles. 12), y otra del cuerpo que torna al polvo de donde salió (Sen. 3).Luego cuando dice: bueno, muestra qué seguridad tiene en la muerte; porque hay diferencia entre la muerte del justo y la del pecador. De éste último se dice: "muerto el impío, no le queda ya esperanza", que la había puesto en estas cosas transitorias y, por tanto, no la tiene ya en las eternas. El justo, por el contrario, la tiene en las eternas, y no en las terrenas. Pone pues el mérito de su seguridad y la seguridad de su premio: "nada me resta sino aguardar la corona". El mérito de esta vida estriba en 3 cosas: en resistir a lo malo, aprovechar en lo bueno y hacer buen uso de los dones de Dios. Lo primero llámase una pelea; de donde dice: he combatido el buen combate; que se dirá bueno si es por cosas buenas, como el del Aposto!, por la fe y la justicia, "por la justicia pugna hasta el último aliento para bien de tu alma, combate por la justicia hasta la muerte" (Sir 4,33). También por la calidad de la pelea, si es con todo empeño y con todas las de la ley. "No será coronado sino quien lidiare según las leyes" (2Tm 2,5). "Así que yo peleo, no como quien tira golpes al aire, sino que castigo mi cuerpo y lo esclavizo" (1Co 110,26). Asimismo por la dificultad de la batalla. "Hízole salir vencedor en la gran lucha" (Sg 10,12).Lo segundo, que es el aprovechamiento en lo bueno, llámase carrera, que es lo que sigue: "he concluido la carrera", "corred de tal manera que ganéis el premio"(1Co 110,24). Y llámase carrera el aprovechamiento de los santos, porque corren con carrera veloz, para llegar a la meta, con crecidos aumentos, aguijoneados por el estímulo de la caridad. "Esforcémonos, pues, a entrar en aquel descanso" (He 4,2). "Corrí por el camino de tus mandamientos" (S. 1 1 8).Mas puede objetarse que le restaba todavía el certamen y la carrera de la muerte. A esto se responde que es obra perfecta y acabada la del hombre que a buen comienzo buen término suma en su intención, como el Apóstol, que lo empezado pretendía llevar a feliz término.El buen uso de los dones de Dios es doble: a saber, la conservación de la fe, y por eso dice: "he guardado la fe", que hace el que se sirve de los dones de Dios para gloria y salvación de los prójimos (Mateo 24; 1Tm 1); o he conservado en mí la virtud de la fe (Rm 14). Por lo cual "sed prudentes como las serpientes", esto es, guardad y defended la fe, como cabeza y fundamento de las virtudes.-"Nada me resta sino aguardar la corona de justicia". Pónese la esperanza del premio, que coloca en primer lugar, luego al dador "que se la dará", y en tercero a los partícipes del premio: "ios que desean su venida". Dice pues: ya que combatido he con valor y concluido la carrera, ¿qué resta ya sino aguardar la corona? Llámase corona de justicia, porque de su justicia la dará Dios. Pero, al contrario, sabernos que la vida eterna de su bella gracia Dios la da (Rm 6 y 8) luego no de justicia. Respondo: está ahí la gracia cuanto a la raíz del mérito; la justicia cuanto al acto, que procede de la voluntad; o dígase corona de justicia la que se da de justicia, porque dase a los justos como corresponde a sus obras justas. "Dad al varón justo ia enhorabuena, porque él comerá del fruto de sus buenas obras" (Is 3,10). Esta corona es doble: una principal y otra secundaria. La primera es el premio esencial, que no es otra cosa que el gozo fruitivo de la verdad. "En aquel día el Señor de los ejércitos será corona de gloria y guirnalda de regocijo para las reliquias de su pueblo" (Is 28,5). Así pues, Dios es nuestra corona. La segunda es la que se debe a obras calificadas y de muy buena estofa, la aureola, una de las cuales se debe a los mártires. "No será coronado sino quien combatiere con todas las de la ¡ey"; y a esto alude lo que dice: "he combatido el buen combate". Otra se debe a las vírgenes: "coronada triunfa eternamente, ganando el premio en los combates incontaminados por la castidad" (Sg 4,2). Y a esto se refiere lo que dice: he concluido la carrera. Las vírgenes siguen al Cordero a dondequiera que va (Ap 14). La tercera la de los doctores: "añadirá adornos graciosos a tu cabeza, y ceñirá tus sienes con esclarecida diadema" (Pr 4,9). Y cuanto a esto dice: "he guardado la fe".Y dice: "me está reservada", esto es, según la eterna predestinación (2Tm 1,12). El dador es Dios; por eso dice: "que me dará el Señor", por su justicia, "en aquel día"; porque ésta es la corona de la gloria, y es doble: la del alma, que se da a los santos el día de su muerte (2Co 5); la del cuerpo, que se dará el día del juicio (1Co XV). Los partícipes de esta gloria son todos los santos; de donde dice: "no sólo a mí" está reservada (Ap 22; Cant. 5). Los que no aman a Dios no tienen por qué desear su venida. Más bien "¡ay de aquellos que por mofa desean el día del Señor!" (Amos 5,18); porque la corona sólo se debe al amor (Jn 14).

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)


53 (C) Exhortación conclusiva (4,1-8). 1. te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús: Una repetición de los términos de 2,14 cierra la unidad de pensamiento, su manifestación: Véa(-)se Tit. 2,11.13. 2. a tiempo y a destiempo: Se tra(-)ta de un consejo inusitado, dado que común(-)mente los antiguos sólo recomendaban hablar «a tiempo». Pero los «tiempos» están en las ma(-)nos de Dios (véanse Tit. 1,3; 1 Tim 2,6; 6,15) y, por tanto, quien habla puede dejarle a él la «oportunidad» (véase A. Malherbe, JBL 103.[1984] 235-43). 3-4. vendrá un tiempo: cf. 3,15. Este «tiempo» es en realidad parte de la expe(-)riencia presente de la comunidad, doctrina sa(-)na: Véanse Tit. 1,13; 2,1. 4. fábulas: Véase Tit. 1,14. 5. pórtate en todo con prudencia: El len(-)guaje recuerda 3,14. Los vv. 3-5 siguen con la modalidad de exhortación por antítesis, carac(-)terística de 2 Tim. soporta los sufrimientos, rea(-)liza la función de evangelizador: En 2,9 Pablo habla de «mi evangelio, por el cual estoy su(-)friendo hasta llevar cadenas». En 1,8 Timoteo era invitado a «soportar [con Pablo] los sufri(-)mientos por el evangelio». La responsabilidad respecto al mensaje cristiano se transfiere de Pablo a la generación siguiente de dirigentes eclesiales. tu ministerio: Anteriormente era el «ministerio» de Pablo (1 Tim. 1,12). 6-8. La muerte de Pablo se presenta como inminente, de ahí que éste transmita su legado a Timoteo y a otros futuros dirigentes. Las imágenes se en(-)cuentran en las propias cartas de Pablo: liba(-)ción (Flp 2,17), competición y corona (1 Cor. 9,25) , carrera (1 Cor 9,24; Flp 3,12).
54 (V) Situación y necesidades de Pa(-)blo (4,9-21). Ésta es una de las secciones con(-)clusivas más largas del corpus paulino (? Car(-)tas del NT, 45:8D). Dado que Pablo no escribió las pastorales, la mejor manera de interpretar esta sección probablemente sea entenderla co(-)mo una serie de estampas de Pablo ofrecidas como modelos dignos de imitación. Sobre el marco geográfico y el curso propuesto de los acontecimientos, ? 5 supra.
(A) Timoteo ha de reunirse con Pablo (4,9-13). 10. Demas: En Flm. 24; Col. 4,14, se(-)guidor fiel de Pablo; pero véase el comentario a 2,18. Crescente: Desconocido en las demás fuen(-)tes. Galacia: Región de Asia Menor. Algunos mss. leen Gallia, «Galia». 11. Lucas: Véanse Flm. 24; Col. 4,14 («Lucas el médico»). A medida que la muerte se acerca, Pablo padece el abandono de casi todos, igual que le pasó a Jesús (Mt. 26,56; Mc. 14,50). Marcos: Probablemente el Marcos de Flm. 24; Col. 4,10, «primo de Berna(-)bé». Juan Marcos, compañero de Bernabé (Hch. 12,12.25; 15,37-39), probablemente es la misma persona, aunque de él se dice que abandonó a Pablo en un determinado momento (Hch. 13,13; 15,38). 12. Tíquico: Véase Tit. 3,12. 13. Este ver(-)sículo pone de manifiesto el modo personal en que Pablo ejercitaba la virtud filosófica de la au(-)tosuficiencia (véase 1 Tim 6,6-8 y compárese, p.ej., Epicteto, Diss. 3.22.47-48) y su interés por las cosas de la mente y el espíritu más que por las del cuerpo. Lo único material que Pablo ne(-)cesita es su basta capa de invierno; fuera de eso sólo pide sus libros y pergaminos. Carpo: Des(-)conocido en las demás fuentes.
55 (B) Situación legal de Pablo (4,14-18). 14-15. La relación entre la hostilidad de Alejandro y la inicial defensa legal de Pablo (v. 16) es incierta, pero el vb. enedeixato, «mostró, ofreció como prueba», puede tener un sentido legal. Si esto es correcto, el v. 15b se debiera traducir: «pues se opuso muy tenazmente a nuestros argumentos». Alejandro, el herrero: ¿El mismo mencionado en 1 Tim. 1,20?. En HchPyT.1, Hermógenes «el herrero» se opone a Pablo (?13 supra). le retribuirá según sus obras: cf. Prov. 24,12; Sal. 62,12. 16-18. En este momento se imagina a Pablo escribiendo 2 Tim. en el in(-)tervalo entre su primer y su segundo juicio. Aunque abandonado por «todos» (véase el co(-)mentario a 4,11), no es abandonado por su Se(-)ñor. Sin embargo, su vida sigue en peligro (véa(-)se 4,6-8). de la boca del león: Véase Sal 22,22. El Sal 22 cuenta cómo Dios vindica al justo que sufre persecución, me librará: Véase 3,11. ¡Tal «liberación» no excluía la posibilidad de la muerte física de Pablo!
56 (C) Saludos y cuestiones varias (4,19-
21). 19-20. Prisca y Aquila: Matrimonio que co(-)laboraba estrechamente con Pablo (véanse Rom. 16,3; 1 Cor. 16,19; Hch 18,2.18.26). Erasto: Véanse Rom. 16,23; Hch. 19,22. Trófimo: Proba(-)blemente Trófimo de Éfeso (Hch. 20,4; 21,29). Mileto está bastante cerca de Éfeso. 21. Los cuatro individuos mencionados son desconoci(-)dos en las demás fuentes.
(VI) Bendiciones conclusivas a Timoteo y a los lectores (4,22). con tu espíritu: En 2a pers. sg. la gracia con vosotros: Véanse Tit. 3,15; 1 Tim. 6,21; en 2a pers. pl.
[Traducido por José Pedro Tosaus Abadía]

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter IIII.

1 Hee exhorteth him to doe his duety with all care and diligence, 6 certifieth him of the neerenesse of his death, 9 willeth him to come speedily vnto him, and to bring Marcus with him, and certaine other things which he wrote for, 14 warneth him to beware of Alexander the smith, 16 informeth him what had befallen him at his first answering, 19 and soone after hee concludeth.
1 I charge thee therefore before God, and the Lord Iesus Christ, who shall iudge the quicke and the dead at his appearing, and his kingdome:
2 Preach the word, be instant in season, out of season, reprooue, rebuke, exhort with all long suffering & doctrine.
3 For the time wil come when they will not endure sound doctrine, but after their owne lusts shall they heape to themselues teachers, hauing itching eares:
4 And they shall turne away their eares from the trueth, and shall be turned vnto fables.
5 But watch thou in all things, indure afflictions, doe the worke of an Euangelist, [ Or, fulfill.] make full proofe of thy ministery.
6 For I am now readie to bee offered, and the time of my departure is at hand.
7 I haue fought a good fight, I haue finished my course, I haue kept the faith.
8 Hencefoorth there is layde vp for me a crowne of righteousnesse, which the Lord the righteous iudge shall giue me at that day: and not to me only, but vnto them also that loue his appearing.
9 Doe thy diligence to come shortly vnto me:
10 For Demas hath forsaken me, hauing loued this present world, and is departed vnto Thessalonica: Crescens to Galatia, Titus vnto Dalmatia.
11 Onely Luke is with me. Take Marke and bring him with thee: for he is profitable to me for the ministerie.
12 And Tychicus haue I sent to Ephesus.
13 The cloke that I left at Troas

[Pauls charitie.]

with Carpus, when thou commest, bring with thee, but especially the parchments.
14 Alexander the Coppersmith did mee much euill, the Lord reward him according to his works.
15 Of whom bee thou ware also, for he hath greatly withstood [ Or, our preachings.] our words.
16 At my first answere no man stood with mee, but all men forsooke mee: I pray God that it may not bee laid to their charge.
17 Notwithstanding the Lord stood with me, and strengthened me, that by me the preaching might be fully knowen, and that all the Gentiles might heare: and I was deliuered out of the mouth of the Lyon.
18 And the Lord shall deliuer mee from euery euill worke, and will preserue me vnto his heauenly kingdome to whom bee glory for euer, and euer. Amen.
19 Salute Prisca and Aquila, and the houshold of Onesiphorus.
20 Erastus abode at Corinth: but Trophimus haue I left at Miletum sicke.
21 Doe thy diligence to come before winter. Eubulus greeteth thee, and Pudens, and Linus, and Claudia, and all the brethren.
22 The Lord Iesus Christ bee with thy spirit. Grace be with you. Amen.
The second Epistle vnto Timotheus, ordeined the first Bishop of the Church of the Ephesians, was written from Rome, when Paul was brought before Nero the second time.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Un testimonio personal

Esta sección se enlaza con la anterior, tal como lo evidencia el uso de la palabra porque. Lo que Pablo está por decir tiene el propósito de ser un ejemplo pa ra Timoteo. Usa la misma metáfora de que está a punto de ser ofrecido en sacrificio, como ya lo había hecho en Fil. 2:17. Es la imagen viva del Apóstol que está a punto de derramar su sangre por cau sa de Cristo. Siente que el fin está cerca. Rápidamente cambia la metáfora del sacrificio a las del conflicto y del correr en la pista (v. 7). En ambos casos percibe que las tareas están cerca de su fin, pero hay una gran confianza aquí. De ninguna manera Pablo está avergonzado de lo que ha hecho. La expresión he guardado la fe está en paralelo con otras dos afirmaciones que sugieren que la fe aquí es el depósito de la enseñanza cristiana que le ha confiado a Timoteo. Quizá querría significar también que había sido leal a la misión que le fue confiada.

El v. 8 exhibe un nota triunfante. Pablo no tiene dudas acerca de su corona. Probablemente estaba pensando en la corona de laureles ganada por los que competían en carreras atléticas. La descripción de la misma como una corona de justicia, sin embargo, muestra la naturaleza espiritual del premio con que será recompensado. La justicia no es algo alcanzado por Pablo mismo, sino que es algo dado. Por razón de ser Dios un Juez justo Pablo no puede esperar otra cosa que no sea justicia. El día aquí es el día final del regreso de Cristo. Esto es lo que quiere decir Pablo en otras ocasiones con el tribu nal de Cristo. Considera que ese día futuro es aplicable a todos los cristianos, quienes él asume anhelarán ese glorioso evento.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Recomendaciones y saludos finales. Al concluir su testamento, Pablo se ve a sí mismo justamente como un servidor de la Palabra que se enfrenta con la inminencia de la partida definitiva. La muerte próxima y violenta del Apóstol, al igual que toda su vida apostólica al servicio del Evangelio, tiene un carácter de sacrificio litúrgico, una libación (6). La partida será un levar anclas. Es un atleta que ha competido hasta el final y ahora se dispone a recibir la corona del premio (1Co_9:25). Sólo que en esta competición no es coronado uno solo, sino cuantos corren con esperanza invencible. El «justo juez» es el árbitro de la competición y él «me salvará en su reino celeste» (18). El prisionero siente la soledad por el abandono o desvío de algunos colaboradores y la hostilidad de un conocido. En esa mezcla de nombres, algunos conocidos -cuatro figuran en la carta a los Colosenses- y en los datos sobre el proceso no sabemos cuánto es reflejo de hechos que conocía el autor de la carta y cuánto es aportación suya. Con un «gracia a todos ustedes» (22) termina Pablo su testamento.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



6. Ver nota Flp_2:17.

11. Los evangelistas "Lucas" y "Marcos" ya habían estado junto a Pablo cuando estuvo prisionero en Roma.

14. Pro_24:12; Sal_28:4; Sal_62:13.

17. Sal_22:22; Dan_6:17.

19. "Prisca" y "Aquila": ver nota Hec_18:2.

Nuevo Testamento México (Centro Bíblico Hispano Americano, 1992)

San Pablo ve acercarse el día de su muerte. Piensa en lo mucho que ha trabajado por Cristo, y en la corona que espera como premio.

 

 

He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, que me dará el Señor en aquel día, el Justo Juez, no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida (1Ti 4:7-8).

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co_9:24; Hch_20:24; Gál_5:7+

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co_9:24; Hch_20:24; Gál_5:7+

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

Al considerar la proximidad del final de su vida, Pablo manifiesta que la muerte es una ofrenda a Dios, semejante a las libaciones de aceite que se hacían sobre el altar de los sacrificios. Presenta la existencia cristiana como un deporte sobrenatural, como una competición contemplada y juzgada por Dios mismo.


Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

καλὸν ἀγῶνα WH Treg NA28 ] ἀγῶνα τὸν καλὸν RP

Torres Amat (1825)



[2] Se puede traducirenseñando con toda paciencia: o sin cansarte jamás de sufrir y de dar instrucciones.

[17] De los peligros de muerte o de Nerón, el emperador.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Hch 20:24

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



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