Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Capitulo 2.
La visita de los Magos, 2:1-12.
1
Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey He-rodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos, 2
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que nació? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarle. 3
Al oír esto el rey Heredes, se turbó, y con él toda Jerusalén, 4
y, reuniendo a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Mesías. 5
Ellos contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el profeta: 6
Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ciertamente la más pequeña entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un jefe que apacentará a mi pueblo Israel. 7
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, les interrogó cuidadosamente sobre el tiempo de la aparición de la estrella, 8
y, enviándolos a Belén, les dijo: Id a informaros sobre ese niño, y cuando le halléis, comunicádmelo, para que vaya también yo a adorarle. 9
Después de oír al rey, se fueron, y la estrella que habían visto en Oriente les precedía, hasta que, llegada encima del lugar en que estaba el niño, se detuvo. 10
Al ver la estrella, sintieron grandísimo gozo, 11
y, entrados en la casa, vieron al niño con María, su madre, y de hinojos le adoraron, y, abriendo sus cofres le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. 12
Advertidos en sueños de no volver a Herodes, se tornaron a su tierra por otro camino. El evangelista precisa que el nacimiento de Cristo fue en Belén de Judá para diferenciarlo de otro Belén situado en la tribu de Zabulón (
Jos_19:15). La escena es introducida bajo una indicación cronológica amplia: sucede en los días del rey Herodes. Se refiere a Herodes el Grande, que reinó del 37 al 4 antes de Cristo, ya que la cronología sobre el nacimiento de Cristo está mal fijada. En esta época narra la venida de unos magos de Oriente a Jerusalén.
De las investigaciones hechas por G. Messina 1
ex profeso sobre este tema, la palabra mago parece derivarse de la forma persa maga, don, que es la revelación del Sabio del Señor, anunciada primeramente a Zoroastro. Aparecen en su primera época como una casta sacerdotal de Media y Persia. Es trabón dice de ellos que eran celosos observadores de la justicia y de la virtud. 2 Y Cicerón añade que son la clase de sabios y doctores en Persia. 3 En una segunda época tardía, después de la conquista de Babilonia, degeneraron y pasaron a ser nigromantes y astrólogos en el sentido peyorativo. San Jerónimo dice: La costumbre y lenguaje popular toma los magos por gente maléfica. 4 Los magos que aquí presenta el evangelio aparecen como personajes importantes y hombres dedicados al estudio, principalmente de los astros.
No eran, por tanto, reyes. Ni por su nombre, ni por su origen, ni por el modo como Herodes los recibe y marchan a Belén. El llamarles así nace por influencia del salmo 72, en que se dice que los reyes de Tarsis y de las islas le ofrecían dones (al Mesías). El primero que lo afirma es San Cesáreo de Arles, en el siglo V, en un sermón falsamente atribuido a San Agustín 5. El arte los representa como tales desde el siglo VIII 6. En las pinturas de las catacumbas de Santa Priscila, de comienzos del siglo II, se los representa como nobles persas.
Sobre su número y nombre no hay nada cierto. Las pinturas de las catacumbas y antiguos monumentos los representan a veces en número de dos (siglo III), cuatro en las catacumbas de Domitila (siglo IV) y llegan a veces al número de seis y hasta doce en algunas representaciones sirias y armenias 7. Los nombres son legendarios y les son dados en el siglo VII o principios del VIII. Los hoy corrientes se los da, en el siglo IX, el historiador Agnello en su obra
Pontificalis Ecclesiae Ravennatis. ¿De dónde proceden? El texto dice que de Oriente, o mejor aún, de las regiones orientales. Ellos mismos dirán que vieron su estrella en Oriente. Sin embargo, al tratar de precisar la región, surgen las divergencias. Pudiera ser
Persia, país originario de los magos. Esta es la opinión de la mayoría de los Padres y así son representados en varias catacumbas y aun en la iglesia de Belén, del siglo IV.
Caldea Babilonia , además de ser país de magos, estuvo en contacto con Israel y pudo conocer sus esperanzas mesiánicas. Sin embargo, no parece que sea este país, pues es considerado más bien como el septentrional (
Joe_2:20). Y está, por fin,
Arabia, país del Este por excelencia, porque su comercio y las invasiones a Palestina se hacían por Moab y el Jordán. En estas regiones se encontraba el país de los nabateos, donde residían gran número de judíos con frecuentes relaciones con Palestina. Es probable, pues, que el relato de Mateo se refiera a esta gran zona de Arabia. Así lo afirman San Justino 8 y San Epifanio 9.
La llegada de los Magos a Jerusalén fue diversamente interpretada en la tradición. La opinión más frecuente
en los Padres es que fue poco después del nacimiento de Cristo. Sin embargo, la opinión ordinaria es que se pone sobre año y medio después, ya que Herodes da la orden de matar a los niños de dos años abajo. La razón que alegan para su venida es para adorar al nacido Rey de los judíos, pues han visto su estrella en Oriente. En el mundo de la astrología los hombres se consideraban regidos por los astros. En la antigüedad estaba difundida la creencia de que el nacimiento de los hombres principales iba precedido de un signo celeste.
Varias fueron las teorías propuestas sobre esta estrella que vieron los Magos. Kepler 10, en 1603, sostuvo que esta estrella no fue otra cosa que la conjunción de los planetas Júpiter con Saturno el 21 de mayo del 747 de Roma, tres años antes de la muerte de Herodes. Orígenes proponía que se trataba de un cometa. Casualmente, el nacimiento de Mitrídates y Augusto fue precedido por la aparición de un cometa.
Todas estas interpretaciones están al margen del texto, en el cual, o se trata de un recurso literario, o, de lo contrario, el evangelista presenta esta estrella con un carácter sobrenatural. Pues se les aparece y desaparece; les va guiando y camina delante de ellos; llegada sobre el lugar donde estaba el Niño, se paró. Su semejanza puede encontrarse en lo que se lee en el éxodo: que una columna de fuego, en la noche, iba delante de ellos en el camino de Israel por el desierto (
Exo_13:21).
El que los Magos conocieran que aquella estrella anunciaba el nacimiento del Rey de los judíos, además de la ilustración y moción sobrenaturales que había que suponer, se realizó por algo que estaba en el ambiente. Era entonces esperado el Mesías, expectación que difundieron los judíos en su cautividad de Babilonia y en la Diáspora, y que reflejan los evangelios en la predicación del Bautista y los escritos de Qumrán y Flavio Josefo. Hasta en el mundo pagano había trascendido. Suetonio escribe: Era una antigua y firme creencia difundida por todo el Oriente que el imperio del mundo lo alcanzaría hacia esta época un hombre salido de Judea. 11
Habiendo visto la estrella del Rey de los judíos, se encaminan a Jerusalén. Pensaban que el acontecimiento era del dominio público. Por ello preguntan, sin más, dónde estaba el Rey de los judíos que había nacido y venimos para adorarle. Lo que evoca el
Sal_72:11. Y, a pesar de que su presencia en Jerusalén no debió de llamar la atención, acostumbrada a diversas caravanas, la noticia llegó a Herodes, quien temió que pudieran crearle revueltas y peligros políticos. Como su policía y espionaje estaban montados en todas partes 12 y nada había de particular, temió aún más por si esta conjura estuviera organizada desde fuera. Por eso se turbó, y toda Jerusalén con él. ¿Fue por creerse que había nacido ya el Mesías por lo que se turbó Jerusalén? Unos catorce años después de esta escena, a la muerte de Arquelao, surgieron varios pseudomesías 13. Probablemente esta turbación era debida a un complejo de causas: el anuncio insólito del nacimiento del Mesías, el temor, con ello, a los dolores mesiánicos y el miedo a las feroces represalias de Herodes.
Ante este hecho, Herodes convoca a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo. El Sanhedrín era el Gran Consejo de la nación. Constaba de 71 miembros, divididos en tres grupos: príncipes de los sacerdotes, que eran los ex sumos sacerdotes, y representaban a las grandes familias sacerdotales; los escribas, cultivadores e intérpretes de las Escrituras, y los ancianos, representantes de los sectores importantes de la nación. El Consejo estaba presidido por el sumo sacerdote. Hacía tiempo que Herodes (a.30 a.C.) había prescindido del Sanhedrín para evitar oposiciones, y convocaba consejos particulares a la medida. Pudo ser así sólo cita a sacerdotes y escribas lo que a veces está por todo él, o por haberlo convocado con habilidad política. Y, reunidos, les pregunta dónde había de nacer el Mesías. Le contestaron con el texto de Miqueas: Y tú, Bethlehem Efrata, eres pequeña entre los miles de Judá: de ti saldrá para mí (un príncipe) que sea dominador en Israel (
Miq_5:2). La palabra miles (
be'alpe)
puede significar que Belén no llega a mil habitantes, o que es pequeña entre las de mil. Por un procedimiento conocido, Mt sólo cita la sustancia del texto, modificándolo y destacando lo que le interesa:
el nacimiento allí del Mesías y la gloria que se le seguiría a Belén. Entonces Herodes mandó llamar en secreto a los Magos y les interrogó cuidadosamente sobre el tiempo de la aparición de la estrella. Lo hizo en secreto, personalmente, como era su costumbre. Josefo cuenta que Herodes mismo, frecuentemente disfrazado con traje de hombre privado, en las noches, se mezclaba entre las turbas para experimentar y saber por sí mismo lo que sentían de su reinado 14. Cerciorado de este dato, le interesaba actuar con astucia, temiendo pudiera ser un enredo político, tramado contra él desde fuera. En su mismo palacio se habían urdido conjuras, bajo el pretexto de la aparición próxima del Mesías, que terminaron en sangre 15.
Con el consejo que les da de volver a él para poder ir a adorarlo, no en el sentido religioso, sino de acatamiento externo, se pusieron en camino hacia Belén y vieron de nuevo la estrella, que les guió hasta la casa donde estaba el Niño. No es probable que fuese la gruta, como afirma San Justino 16. Al año y medio del nacimiento de Cristo, lo natural es que hubiesen ocupado una modesta casa. Allí, postrándose en tierra al estilo oriental, que revestía varias formas 17, le adoraron. Y abriendo sus cofres, le ofrecieron sus dones, oro, incienso y mirra, dones principescos, como en otro tiempo la reina de Saba ofreció a Salomón (
1Re_10:12-13;
Isa_60:6). Hecho esto, y advertidos en sueños que no volviesen a Herodes, se volvieron a su tierra por otro camino; frase vaga, usual (
1Re_13:9.10) usada, sea por ignorarse esa ruta, sea por un simple cierre literario 18.
La huida a Egipto y matanza de niños en Belén,1Re_2:13-18.
13
Partido que hubieron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y estáte allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al Niño para quitarle la vida. '4
Levantándose de noche, tomó al Niño y a la madre y partió para Egipto, 15
permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes, a fin de que se cumpliera lo que había pronunciado el Señor por su profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi hijo. 16
Entonces Herodes, viéndose burlado por los magos, se irritó sobremanera y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en sus términos de dos años para abajo, según el tiempo que con diligencia había inquirido de los magos. 17
Entonces se cumplió la palabra del profeta Jeremías, que dice: 18
Una voz se oye en Rama, lamentación y gemido grande: es Raquel, que llora a sus hijos y rehusa ser consolada, porque no existen.
La huida a Egipto,1Re_2:13-15.
Cuando habían partido los Magos, el ángel del Señor se apareció a José en sueños y le ordena que tome al Niño y a su madre y huya a Egipto. Huye, le dice. Término expresivo que condena por sí mismo toda literatura apócrifa basada en milagros para hacer más fáciles las cosas. José, con toda prontitud, se levantó, en la noche, y partió para Egipto. En Mt las apariciones son en sueños, como en el documento elohísta.
Egipto era el país clásico de refugio político por ser provincia romana. Había allí muchos judíos, colonias florecientes y barrios habitados por ellos y prestaban socorro a sus conciudadanos. J. Juster 19 enumera una larga lista de ciudades egipcias en las que moraban colonias judías.
El camino posible para ir era doble. Uno, el más fácil, por la vía de la costa, hasta llegar al Waddi el-Arish, que era el límite de Egipto. Pasaba por Ascalón y Gaza y seguía por Raphía hasta Casium y Pelusa. El otro, por el desierto.
Nada se sabe sobre su establecimiento, aunque se señalan diversos lugares, como El Cairo, Koshám y hasta Hermópolis, en el, alto Egipto. Allí permanecieron hasta el nuevo aviso del ángel. Cuando éste llegó, Mateo dirá que se cumplía lo que el Señor había pronunciado por su profeta: De Egipto llamé a mi hijo (
Ose_11:1). Aunque el profeta lo refiere a Israel, mi hijo, esto mismo lo podía decir Dios de su verdadero Hijo. Hay además en todo el episodio un trasfondo del éxodo.
matanza de niños en belén. 2:16-18
Herodes, considerándose burlado por los Magos, se irritó grandemente y, temiendo una conjura solapada de tipo mesiánico, dio la orden brutal de que se matase en Belén y su término a todos los niños de dos años para abajo, según el tiempo que con diligencia había inquirido de los Magos.
Esta reacción era normal en Herodes. Según cuenta Josefo, mandó matar a su yerno José, a Salomé, al sumo sacerdote Hircano II, a su mujer Mariamne, al hermano de ella Aristóbulo, a la madre de éstos, Alejandra; a los mismos hijos de él: Alejandro, Aristóbulo y Antípater; a Kostobaro, noble idumeo; y hasta hizo que se encerrasen en el anfiteatro de Jericó a todos los nobles judíos y dio la orden de que, a su muerte, se los matara a flechazos, aunque la orden no se cumplió 20. Nada, pues, significaba para este tirano el matar a un grupo de pequeños aldeanos de Belén y sus suburbios.
No se sabe cuántos serían. Tomando por base un Belén de mil personas y teniendo en cuenta todos los datos demográficos, índice de natalidad y mortalidad, etc., se pueden calcular en unos veinte niños 21. La Iglesia los venera como santos y como mártires, ya que, como dice bellamente San Agustín, con razón pueden llamarse primicias de los mártires los que, como tiernos brotes, se helaron al primer soplo de la persecución, ya que no sólo por Cristo, sino en vez de Cristo, perdieron su vida. 22 Así se cumplió lo que dice Jeremías (
Jer_31:15), añade Mateo: Una voz se oyó en Rama, lamentación y gemido grande: es Raquel que llora a sus hijos y rehusa ser consolada, porque no existen. Aunque esta cita se refiere a las concentraciones de judíos que Nabucodonosor hizo en Rama, a unos nueve kilómetros al norte de Jerusalén 23, para ser deportados a Babilonia (
Jer_40:1), y que Raquel llora al partir, Mateo la evoca aquí de nuevo. Raquel gran antepasado de Israel podría llorar a estos hijos suyos inocentes, pues su sepulcro se encontraba en el camino de Efrata, que es Belén (
Gen_35:19). En esta evocación se quiere personificar el duelo nacional ante aquel crimen.
Sin embargo, el conjunto del texto presenta dificultades
histórico-exegéticas muy serias.
El retorno a Nazaret,Gen_2:19-23.
19
Muerto ya Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto 20
y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y vete a la tierra de Israel, porque son muertos los que atentaban contra la vida del Niño. 21
Levantándose, tomó al Niño y a su madre y partió para la tierra de Israel. 22
Mas, habiendo oído que en Judea reinaba Arquelao en lugar de su padre Herodes, temió ir allá, y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, 23
yendo a habitar en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliese lo dicho por los profetas, que sería llamado Nazareno. Herodes murió poco antes de la Pascua del 750 de Roma. El decir Mateo que habían muerto los que atentaban contra la vida del niño es una reminiscencia del libro del éxodo. Allí se dice a Moisés, que estaba escondido en Madián: Ve, retorna a Egipto, pues ya han muerto los que buscaban tu vida (
Exo_4:19), que era, como el texto dice, el faraón (
Exo_2:15-23).
Sin embargo, como Herodes nombró heredero del trono a su hijo Arquelao (aunque el César sólo le concedió el título de etnarca), y éste mostró una crueldad semejante a la de su padre, por lo que nueve años más tarde fue desterrado a Viena de Gala 24, José temió ir allá y vino a establecerse en Nazaret. Caía así bajo la jurisdicción de Antipas, que, aunque sensual y astuto, se mostró benévolo en su gobierno. Así la ida a Nazaret, villorrio insignificante que no es citado nunca fuera de los documentos cristianos hasta el siglo VIII, en una elegía judía de Kabir 25, sirvió, según Mateo, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: que Jesús sería llamado Nazareno.
Esta profecía no está en la Escritura, por lo que el problema se centra en saber si es una interpolación, una profecía perdida o la palabra
nazareno estaría como sinónimo de despreciable, por lo insignificante de Nazaret, o de la raíz
netser, retoño 26. Parece más bien indicar el retoño mesiánico de Isaías o el retoño de los profetas, dado el gusto oriental por el juego de palabras. Aquí, entre Nazaret y Nazoraios. Allí iba a crecer este retoño y de allí saldría para su obra mesiánica.
También se ha puesto en relación con el Santo de Dios (
Mar_1:24;
Luc_4:30). Los LXX, en Jueces (
Luc_16:17), traducen
nazir por santo de Dios. En Is (
Luc_4:3) al resto se lo llama santo. Cristo sería nazireo, santo, por salvar como resto a la matanza de los Inocentes27. Zolli, basándose en Jeremías (
Luc_31:6), en los
notzerim, vigías para ir a Sión, ve en Cristo el gran
notzer de la Buena Nueva 28. También se lo quiere poner en relación con el hebreo nazur = guardado por Dios de estas matanzas; guardado por Dios para su alto destino 29.
Historia y midrash en los capítulos 1-2 de Mateo.
Los evangelios de la infancia capítulos 1-2 de Mt y Lc han sido muy cuestionados en su valoración. La abundancia de milagros e intervenciones sobrenaturales, en contraste con la moderación de los mismos en el resto de los relatos de la vida de Cristo excepto en tentaciones y Getsemaní , hace pensar. El milagro existe, pero sometido a una economía de excepción. Sin duda que a fortiori han de estar al servicio de Cristo, pero los datos evangélicos los presentan en forma moderada y con una finalidad muy específica, frente al maravillosismo de estos capítulos, aunque también moderados en comparación con los apócrifos.
Una lectura cuidadosa de los mismos da la impresión de ver que la finalidad primordial de ellos no es cronística, sino preferentemente teológica y edificante, sin que ello niegue lo que haya de histórico. Se piensa en narraciones afines a las narraciones judías midráshicas.
La concepción midráshica. El
midrash no exige ser una ficción. Es frecuentemente una interpretación libre y adornada con fines didácticos, de núcleo histórico sobre la Biblia. Es ordinariamente una historia narrada libremente en función de una finalidad concreta, mejor penetración del A.Ô., ï un enfoque teológico o parenético. Es, por ello, una actualización de la Escritura en forma muy libre. A veces el
midrash se compone, no ya de un comentario partiendo de un dato del A.T., sino que es un mosaico más o menos compacto de textos bíblicos. El uso judío de este procedimiento era normal y abundante.
El evangelio de la infancia y el kérigma primitivo. El evangelio de la infancia, en general, no depende del kérigma primitivo. Este tenía por esquema la vida pública de Cristo, comenzando por la predicación del Bautista, como se ve en los sinópticos y en los Hechos de los Apóstoles. Además, si se hubiese predicado la infancia de Cristo en el kérigma oficial, pronto se hubiese formado un esquema más o menos fijo en su exposición y se hubiese percibido en estos relatos de Mt-Lc. Sin embargo, no exige esto que los evangelios de la infancia sean tardíos. Se ve su diferencia con el maravillosismo exuberante e inverosímil de los apócrifos. Ya desde primera hora tuvo que tener
el máximo interés el conocer los orígenes e infancia de Cristo por diversos grupos cristianos, tales como sus familiares, mujeres cristianas, y los apóstoles mismos, especialmente San Juan, que se encarga de la custodia de la Virgen. María y José fueron seguramente las fuentes de varios de estos datos (
Luc_2:51). La historicidad fundamental de varios de ellos se impone incluso como exigencia apriorística.
Relación entre los evangelios de Mt-Lc. Manifiestamente, ni Mt ni Lc se conocieron en sus obras. De haber sido así, hubiese habido interdependencia entre ellos: v.81., en Lc no hubiese faltado el episodio de los Magos o escenas siguientes, lo mismo que en Mateo se percibiría otra forma de relatar, probablemente, la anunciación, etc. Más aún, se hubiesen armonizado mejor sus relatos, pues Mt lleva al Niño de Belén a Nazaret, pasando por el destierro con una relativa larga permanencia allí, mientras Lc
lo lleva directamente de Belén a Nazaret en seguida de la purificación. Sin embargo, hay datos coincidentes del máximo interés entre ambos lados:
1) Una virgen llamada María (
Mat_1:18-20;
Luc_1:27).
2) Desposada con un varón llamado José (
Mat_1:18-20;
Luc_1:27), que era de la estirpe de David (
Mat_1:16.20; cf.
Mat_1:1;
Luc_1:27; cf. 1:31; 2:4; 3:23-31).
3) María concibió virginalmente por obra del Espíritu Santo (
Mat_1:18.20;
Luc_1:35).
4) El Niño, conforme a indicación del ángel, se llamará Jesús (
Mat_1:21.25;
Luc_1:31;
Luc_2:21).
5) Es concebido cuando aún no convivían juntos (la interpretación es discutida, pues se discute si María estaba sólo desposada o casada). El Niño nace cuando ya vivían en la misma casa (
Mat_1:24-25;
Luc_2:5).
6) El nacimiento es en tiempo de Herodes el Grande (
Mat_2:1;
Luc_1:5; cf. 2:2).
7) Nace en Belén de Judá (
Mat_2:1-5.6-8;
Luc_2:4-5.11.15).
8) Luego establecen su residencia en Nazaret (
Mat_2:23;
Luc_2:39.51). Estos datos independientes de Mt-Lc hacen ver que son anteriores a ellos. Y que se recogen como históricos se ve a través de los evangelios , y alguno de ellos es de fe: la concepción virginal.
Los dos capítulos de Mt. Estos son también independientes entre sí. Las escenas del c.2 son autónomas con relación al primero; no necesitarían de él para tener su personalidad. No necesitan depender del c.l. Además tienen una homogeneidad compacta, aunque no hubieran sido todas las escenas primitivas; la escena de los Magos explica todas las escenas siguientes, y éstas sin la de los Magos no tiene explicación de enmarque lógico.
Mat_1:1 es la tesis de estos dos capítulos. Pero en él se altera el esquema rígido de tal
engendró a tal al llegar al Jacob del v.16. No dice: Y Jacob engendró a José, y José engendró a Jesús, sino que, para destacar la concepción virginal de María, dice: Jacob engendró a José, el varón de María, de la cual nació Jesús, el cual es llamado Cristo (Mesías). Lo que viene a confirmar, según su procedimiento, el hacer ver que las profecías rubrican el mesianismo de Cristo.
Mt en el c.2
quiere probar también que Cristo es el Mesías. Para ello utiliza una geografía cristológica (K. stendahl). Va a describir el viaje del destierro de Cristo para hacer ver que cada episodio cumple una profecía mesiánica. Es un propósito y procedimiento distinto de Lc. No le basta decir que Cristo es descendiente de Abraham y David y que nació en Belén, pues otros muchos tenían estas mismas características. Busca el cumplimiento en él de profecías mesiánicas, aunque usadas con gran libertad. Si estos pasajes a los que aplica las profecías se puede preguntar no fuesen fundamentalmente históricos, ¿por qué las aplica a ellos, cuando podía haber usado otras profecías más oportunamente para otros pasajes especialmente elegidos o fingidos?
Los esquemas literarios. Para escribir la infancia de un futuro héroe parecía normal, dados los gustos ambientales, que se inspirase para su relato, salvado el núcleo histórico, en los procedimientos midráshicos en uso. Es ya la impresión que da una primera lectura de Mt en su c.2. Estos esquemas podían ser de diverso origen:
a)
Influencias de héroes gentiles. Las características que da su análisis son tres: ser hijos de reyes nobles (= Buda); ser anunciados por los dioses, en forma variable, pero siempre prodigiosa (= Augusto), y mostrar ya dificultades en la infancia del futuro héroe. ¿Conocía Mt alguna fuente preexistente, v.gr., romana (relato de Suetonio sobre Augusto)? Estas coincidencias muestran la existencia de ciertos patrones literarios o espontáneos.
b)
Influencias de personajes bíblicos: Moisés. Ya a priori se espera que, de fijarse en patrones literarios, Mt se fije en los bíblicos. Aquí es especialmente Moisés, pero no en lo que narran de él las fuentes canónicas, sino preferentemente lo que dicen del mismo los relatos midráshicos y Josefo. Aunque estos relatos son muy tardíos en Josefo, es muy posible que sean muy antiguas las tradiciones preliterarias de los mismos. Las coincidencias son éstas:
Nacimiento previamente anunciado de un niño israelita que destruirá a Egipto y sacará a Israel de ese país. Se hace en varias formas, según los relatos: en un sueño al faraón, o se le comunica por uno de los príncipes, Balaam o un eunuco; también los astrólogos le explican que ha nacido el salvador de Israel. En Josefo se lo anuncian al faraón en un sueño y también por un escriba sagrado (Josefo,
Antiq. II, IX, 2205;
Targum de Jerusalén. Misdrash rabba sobre
Exo_1:22).
Los egipcios se espantan al enterarse del anuncio. El faraón consulta a sus sabios y ordena una matanza general de los niños hebreos, fundado en la advertencia que le hace el príncipe y la interpretación del sueño (Crónica de Moisés I).
En esta matanza de niños se escapa el libertador (
Ex 1:15-17; 2,lss),
aunque por motivo muy distinto (
Crónica de Moisés p.l).
En éxodo (2:12.15) se cuenta también la
huida de Moisés a Madián para escapar más tarde, y por otro motivo, de las manos del faraón.
Dios le manda
volver a Egipto (
Exo_3:10) y Moisés
volvió (
Exo_4:19.20) con su mujer e hijos. La frase que pone éxodo (
Exo_4:19): porque han muerto
todos los que buscaban tu muerte (de Moisés), es copiada
literalmente por Mt.
Ante tantas convergencias, no sólo parece verse aunque son muchas las diferencias un paralelismo literario, sino también un cierto influjo de estas fuentes en Mt. Se podría pensar si Mt usó sólo estos esquemas literarios por razón del gusto y procedimientos ambientales, o si pretendió directamente presentar a Cristo como el nuevo Moisés, libertador del nuevo pueblo de sus pecados (
Mat_1:21). Para Dupont esto último se demuestra por lo minucioso y a veces rebuscado del calco, aparte que se ve en otros pasajes evangélicos sugerido este tema, v.gr., tentaciones, multiplicación de panes.
c)
Paralelismo entre Cristo e Israel. Debe de haber otro tema enlazado con el de Moisés: la tipología Cristo-Israel. Es claro en Mt por la cita que hace de Oseas (
Mat_11:1 =
Mat_2:15). Esta citación se esperaría, siguiendo el procedimiento de Mt, después de la vuelta de Egipto (
Mat_2:21), pero la situación violenta en que está puesta muestra más aún el interés de Mt por este tema.
Daube piensa en la influencia directa en el pasaje de la cita de Oseas por Mt de un
midrash sobre la persecución de Labán contra Jacob-Israel. Labán trató de destruir a toda la familia de Jacob. Pero éste bajó a Egipto empujado por la palabra de Dios. El
midrash es muy antiguo: siglo 3-2 a.C. Es un comentario a
Deu_26:5-8. Este
midrash se leía en la liturgia de la víspera de Pascua. Los cristianos de origen judío querían seguir celebrando la antigua fiesta de la Pascua, y veían que el antiguo éxodo tenía cumplimiento en el nuevo. Conociendo tan bien este
midrash, fueron los que habrían proyectado la huida a Egipto y la matanza de los Inocentes sobre estos relatos. Así Labán, lo mismo que Herodes, quisieron impedir la ida del pueblo Jacob-Israel-Jesús a Egipto, y, para ello, ambos quisieron matar a toda la familia: la de Jacob (Labán) y la de niños betlemitas (Herodes). Pero Jacob (Israel)-Jesús lograron escapar de Labán-Herodes, bajando a Egipto impulsados por la palabra de Dios, tanto Jacob como Jesús (el sueño de San José en el que recibe la orden, pues Cristo es niño, de ir a Egipto). La promesa hecha a Jacob de volver de Egipto a Israel se cumple, pues aunque se refería al volver de sus restos, en semita, como su pueblo desciende de él, en la vuelta del pueblo se ve su retorno. Y así lo interpretaron los rabinos. Más aún, el
midrash citado comienza con la bajada de Jacob a Egipto y termina con el éxodo mosaico. Así, este tipismo se veía en la vuelta de Cristo, máxime en Mt con la cita de Oseas.
Bourke piensa que la conexión entre
Mat_2:13-18 y el
midrash es demasiado notable para ser casual.
Lo que destacan los críticos es que aquellos escritores de la antigüedad judía eran más complejos e intencionados de lo que se podría pensar. Aquí sólo con un paralelismo entre Israel-Jesús parece poder explicarse bien la cita de Oseas.
d)
El midrash de Abraham. En él se dice que al nacer Abraham se había visto una estrella en el cielo por los astrólogos, la cual se comió a otras cuatro, por lo que era un presagio. Este
midrash es muy tardío. Si la tradición anterior al mismo existiese en tiempo de Mt, acaso hubiese podido ser utilizado este dato, ya que Mt habla de Jesús hijo de Abraham (
Mat_1:1). Pero el paralelismo parece muy remoto y lo de la estrella era un elemento que flotaba en el ambiente sobre el nacimiento de personajes.
¿Qué Influjo han podido tener todos estos factores en el relato de Mt?
Las profecías del A.T. no han sido la base creadora de los relatos en que se las cita. Hay datos anteriores a Mt de la tradición, como antes se ha visto. A este propósito son la concepción virginal, nacimiento en Belén y residencia en Nazaret. A ellos les aplica profecías, pero no pueden ser para crear estos hechos anteriores a su uso por Mt,
sino para confirmar con profecías el valor mesiánico que tienen. Están las profecías de Oseas (
Mat_11:1), Jeremías (
Mat_31:15), el episodio del retorno a Nazaret, en el que se cita a los profetas (
Mat_2:23), Miqueas (
Mat_5:2).
La profecía de Oseas parecería una acomodación libre. Pero, admitido el tema subyacente de la tipología Israel-Jesús, hay una base más honda. Supuesta la huida a Egipto sea por tradición histórica aprovechada o como producto de esta misma teología , a Mt le interesaba citar a Oseas para, conforme a su procedimiento, seguir mostrando proféticamente la mesianidad de Cristo.
La profecía de Miqueas (
Mat_5:2) no crea tampoco el relato de los Magos de ir a Belén. El nacimiento de Cristo en Belén es un dato de la tradición anterior a Mt. Este sólo, de paso, utiliza el dato para probar, una vez más, la mesianidad de Cristo.
El pasaje de Jeremías (
Mat_31:15) no crea la narración de Mt sobre la matanza de los Inocentes, pues el texto de Jeremías habla de una deportación de gentes cautivas. Una tradición ponía la tumba de Raquel cerca de Belén. El dato de la tradición, anterior a Mt, podía muy bien usar esta tradición de Raquel junto a Belén para que llorase los niños muertos allí. Pero si la profecía hubiese hecho nacer el relato ¿cómo pasar de deportación (Jer) a matanza (Mt)? , la profecía hubiese situado el hecho en Rama, al norte de Jerusalén (
Jer_31:15), y los niños lógicamente hubiesen sido de la tribu de José o Benjamín.
El episodio de Nazaret. La tradición ponía el retorno de Cristo y su residencia en Nazaret. Mt, al no encontrar una profecía específica en la geografía cristológica para confirmar
aquí su tesis mesiánica, apela a lo que dicen los profetas. Esta libertad máxima en la citación de los textos proféticos es una buena confirmación de que las profecías que se citan no crean los relatos a los que ellas afectan, pues, sobre todo aquí, hubiese inventado otro episodio al que aplicarle una profecía oportuna, u omitiendo éste.
¿Influjos de las infancias de héroes extrabíblicos? En estos patrones no hay un esquema uniforme, aunque hay tendencia a lo maravilloso. El modo concreto como se realiza se debe a razones particulares. Acaso hay influjo de estos moldes literarios en el anuncio a San José en sueños. Pero admitido el dogma de la concepción virginal de María, muchos datos hubieron de pasar en forma histórica muy parecida. Aparte que los datos fundamentales son de la tradición anterior a Mtg, como antes se dijo.
¿Influjo de la figura de Moisés? Como se vio arriba, parece haber una influencia literaria de Moisés: elementos parte del éxodo y, sobre todo, de los
midrashim y Josefo. Acaso han podido influir en el relato mateano el anuncio en sueños a San José, el que Herodes consulte al grupo de sanhedritas y la turbación de Jerusalén. El que los protagonistas se salven: Cristo, niño, y Moisés, de joven, ambos con la huida, no tienen verdadero paralelo. También es muy distinto cómo perecen los niños hebreos en Egipto y la matanza de niños en Belén, aparte de ser los motivos muy distintos (
Exo_1:1 Oss;
Mat_1:16).
El concepto teológico de Mt que dice que
Cristo salvará al pueblo de sus pecados (
Mat_1:21) no tiene paralelo.
En cambio, está copiada al pie de la letra la frase de éxodo (
Mat_4:19) sobre Moisés (
Mat_2:20).
Todos estos datos, ¿no serán premateanos y usados por él para su específica teología mesiánica?
¿
Influjo de la tipología Israel-Cristo? Es perceptible por la cita de Oseas. Acaso dependa de este paralelismo literariamente el relato de la ida de Cristo a Egipto y su vuelta, y todo según la palabra de Dios.
Un nuevo dato a tenerse en cuenta, El año 66 (d.C.), el rey
mago Tirídates hizo un viaje con gran acompañamiento de
magos a Roma para reconocer a Nerón como a dios (Suet.,
Ñero XXX, 30; punió,
Nat. Hist. XXX 16); Dioncasio,
Hist. Rom. LXIII 1-2). ¿Acaso puede influir este viaje en el viaje de los
magos de Oriente?
El tema del c.2 de Mt.
La lectura del capítulo 2 de Mt hace perceptibles dos temas conjugados:
Cristo nuevo Moisés y la universalidad de la salvación. Este es perfectamente perceptible al venir a reconocer a Cristo-Mesías gentes no judías. El capítulo 28 termina con esta misma universalidad (
Mat_28:19), y viene a formar así una
inclusión semita en su evangelio. Pero este tema parece sugerir una elaboración no primitiva, sino más tardía.
El otro tema de
Cristo nuevo Moisés se percibe igualmente, pero a través de un procedimiento especial. Este tema mosaico era conocido de la cristiandad primitiva y se refleja en diversos pasajes evangélicos. De la lectura del éxodo y de los pasajes midráshicos antes citados se ven una serie de elementos que aparecen como un posible doble de la descripción de este pasaje de Mt. Es verdad que no tienen el mismo desarrollo o motivo, pero sí se relata una coincidencia evocadora de un mismo
hecho v.g., huida, matanza. . Es un procedimiento literario judío conocido. Las consideraciones citadas de
Daube y, sobre todo, de
Bourke, son de gran interés. Puede verse un esquema de estos paralelos.
Moisés
Amrán, padre de Moisés, sabe en sueños el nacimiento del futuro libertador de Israel, su pueblo.
El Faraón conoce por se dividen los relatos los astrólogos-
magos el nacimiento de un niño que liberará y sacará a Israel de Egipto.
Los egipcios se espantan al saberlo.
El Faraón consulta a sus sabios.
El Faraón ordena una matanza general de niños hebreos.
Hasta el resplandor de una estrella, se supone iluminó la casa donde nació Moisés.
(Ex Rabba 1:20;
Cron. Moysi 2; etc.).
La orden de matanza se cumple, pero se escapa Moisés.
Moisés se escapa dos veces de la muerte: una de niño, y la otra huyendo, de joven, a Madián.
Muertos quienes deseaban matar a Moisés, el ángel del Señor le ordena regresar de Madián a Egipto.
La orden se ejecuta.
Cristo.
José, padre legal de Jesús, conoce en sueños el nacimiento y misión del futuro libertador de su pueblo: lo liberará de sus pecados.
Herodes conoce por los magos ¿hay influjo del viaje de Tirídates,
mago en este relato? el nacimiento del Mesías, salvador de su pueblo.
Al oír esto se turbó Herodes y toda Jerusalén.
Herodes consulta al sanedrín.
Herodes ordena la matanza de los niños de Belén.
La estrella de los magos se para en Belén encima de la casa donde está el Niño.
La muerte de los niños en Belén se cumple. Pero el Niño se libra de ella.
Cristo se libera huyendo a Egipto
Muerto Herodes, el ángel se aparece a José y le dice vuelvan a Israel. Y se copia textualmente la frase del ángel a Moisés.
La orden se cumple.
Parece que hay contactos literarios u orales a veces copias entre ambas narraciones. Conforme a estos procedimientos,
se destaca a Cristo como el nuevo Moisés: es el nuevo liberador (aquí del pecado), el nuevo legislador, el nuevo creador del nuevo Israel-Iglesia.
Naturalmente, en todo el conjunto de datos con los que Mt elabora las estructuras de estos dos temas del cap.2, unos son de fe (concepción virginal.), otros histórica-bíblicamente ciertos (nombres de Jesús, María, José, matrimonio, nacimiento en Belén.), y otros, si alguno puede tener un fondo histórico (
Bourke),
están manifiestamente seleccionados y tratados con una libertad midráshica clara, y cuyos patrones pueden haber sido todos o algunos de los antes citados. Para
Dupont esta dependencia en varios pasajes se muestra por lo minucioso y a veces rebuscado del calco.29
1 G. Messina, Der Ursprung der Magier und die zarathustrische Religión (1930). 2 Estrab., XV 3:1; XVI 2:39; Herod., VII 131. 3 Cicerón, De divin. I 1; II 42. 4 In Dan. II 3. 5 Patrizi,
De evangeliis t.2 p.321. 6 H. Kekrer, Die Heiligen drei Konige in Lit. una Kunst (1909) p.57. 7 Wilpert,
Le pitture delle catacombe romane (1923) p. 173-186; Leclercq, art.
? ages, Dict. Archéol, chrét. 8 MG 6:657ss. 9 MG 42:785. 8 Mg 6:657n. 10 hontheim, Die Konjunktion des Júpiter Saturn injahre 7 vor Chr.: Der Katholik (1908) 187-195; KLUGER, Der Stern vom Bethlehem: Stimmen aus María Laach (1912) 481-492; C. Schumberher, Stella magorum et conhmctio Saturni cum Jove annis 7 a.C.: VD (1940) 333-339. 11 Justino,
Hist. XXXVII 2; Servio, sobre la
Eneida X 272. 12 Josefo,
Antiq. XIV 10:4;9:4. 13 Josefo,
Antiq. XVII 10:4-8; BI II 2:4; Tácito,
Hist. V 9. 14 Josefo,
Antiq. XVII 1; 2:4; BI I 28:6; 1:4. 15 Josefo,
Antiq. XV 10:4. 16
Diálogo LXXVIII 5;
Prot. Sant. XXI 3. 17 Strack-B.,
Komnwntar. I p.78. 18 Sobre la redacción de Mt y el viaje del mago Tiridates, cf. Schmid,
Das Evan-gelium nach Matthaus, en vers. it. (1957) p.72; J. E. Bruns,
The Magi Episode in Mt 2 (and Jewish Midrash an Solomon and the Queen of Sheba): The Catholic Biblical Quart. (1961) p.51-54. 19 Juster,
Les Juifs Dans L'empire Romain (1914). 20 Josefo,
Antiq. XVII 1:1; 2:4; 3:3; BI I 28:6; 29:1. 21 Holzmeister,
Quot pueros urbis Bethlehem Herodes rex occiderií (Mat_2:16): VD (1935) p.373-379; Saintyves,
Le massacre des Imwcents ou la perse'cution de l'Enfant Predestine (1928). Congrés d'Histoire du Christianisme (1928) I 229-272; Bover,
El sepulcro de Raquel: EstBib (1928) 227-237; Ruffenach,
Rachtl plorans filios suos: VD (1924) p.5-7; Flsher,
El Oriente Medio (1952) 267. 22 Serm. 10 de Sanctis. 23 Abel, Geograph. de Id Palesline (1938) II 427. 24 Josefo,
Antiq. XVII 9:1-3; BI II 1:2-3. 25 Strack-B.,
Kommentar. I p.92. 26 Holzmeister,
Quoniam Nazarenus vocabitur: VD (1937) 21-26; Lyonnet,
Quoniam Nawraeus vocabitur: VD (1944) 195-266. 27 J. G. Rembry,
Quoniam Nazaraeus vocabitur (Mat_2:23): FranLA (1961) p.46-65. 28 E. Zolli,
Nazarenus vocabitur: Zeits. für die Neutest. Wissen. (1958) p. 135-136. 29 Bertl gaertner,
Die ratselhaften Termini Nawraer., R. B. (1959) p.440-1.