I Corintios 1, 18-25

Realmente, la palabra de la cruz es una necedad para los que están en vías de perdición; mas para los que están en vías de salvación, para nosotros, es poder de Dios. Porque escrito está: «Destruiré la sabiduría de los sabios, y anularé la inteligencia de los inteligentes» (Is. 29,14). ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el investigador de las cosas de este mundo? ¿No convirtió Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y porque el mundo, mediante su sabiduría, no conoció a Dios en la sabiduría de Dios, quiso Dios, por la necedad del mensaje de la predicación, salvar a los que tienen fe. Ahí estan, por una parte, los judíos pidiendo señales, y los griegos, por otra, buscando sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos; necedad para los gentiles; mas, para los que han sido llamados, tanta judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios, más poderoso que los hombres.
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