I Corintios 4, 1-3

Que los hombres sólo vean en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, en los administradores lo que se busca es que cada cual sea fiel. A mí poco me importa que me juzguéis vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me juzgo a mí mismo.
Ver contexto