I Corintios 5, 1-5

Por todas partes corre la noticia de un caso de lujuria, entre vosotros, pero tal lujuria que ni entre los paganos existe: de tal modo que uno vive con la mujer de su padre. ¡Y vosotros continuáis inflados de orgullo! ¿Y no debierais más bien haberlo lamentado, para que fuera expulsado de en medio de vosotros el que cometió semejante acción? Yo, por mi parte, aunque ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, como si estuviera presente, he pronunciado ya mi sentencia contra el que cometió tal acción. En el nombre de nuestro Señor Jesús, congregados vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, que este hombre sea entregado a Satán para que se destruya lo puramente humano, y el espíritu sea salvo en el día del Señor.
Ver contexto