I Macabeos 2, 51-60

Recordad las hazañas de los padres, las que ellos llevaron a cabo en sus tiempos, y recibiréis inmensa gloria y nombre eterno. ¿No fue hallado Abrahán fiel en la prueba, y le fue tenido en cuenta como justicia? José, en el tiempo de su angustia, guardó la ley y llegó a ser dueño de Egipto. Pinjás, nuestro padre, por su ardiente celo, recibió la alianza de un sacerdocio eterno. Josué, por cumplir su cometido, llegó a ser juez de Israel. Caleb, por haber dado testimonio en la asamblea, recibió en esta tierra su herencia. David, por su piedad, recibió en herencia el trono real para siempre. Elías, por arder en celo por la ley, fue arrebatado al cielo. Ananías, Azarías, Misael, por haber tenido confianza, fueron salvados de las llamas. Daniel, por su inocencia, se libró de las fauces de los leones.
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