Hechos 21, 18-25

Al día siguiente, fue Pablo con nosotros a ver a Santiago, y todos los presbíteros se habían congregado. Después de saludarlos, les fue exponiendo una por una las cosas que Dios había obrado entre los gentiles por ministerio de él. Ellos, al oírle, glorificaban a Dios, y le dijeron: «Ya ves, hermano, cuántos miles de creyentes hay entre los judíos, y todos ellos se muestran celosos de cumplir la ley. Han oído decir de ti que enseñas a todos los judíos que viven entre los gentiles a apartarse de Moisés, diciéndoles que no tienen que circuncidar a sus hijos ni vivir según lo establecido. ¿Qué hay de esto? Porque, de todas formas, tendrán noticias de que has venido. Haz, pues, lo que te vamos a decir: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen hecho un voto. Tómalos contigo y purifícate con ellos, y paga por ellos la ofrenda, para que se corten el pelo, y así conocerán todos que no hay nada de lo que han oído decir de ti, sino que tú también caminas observando rectamente la ley. Por lo que se refiere a los gentiles que han abrazado la fe, nosotros les escribimos ordenándoles que se abstengan de lo inmolado a los ídolos, de la sangre, de lo estrangulado y de la fornicación.»
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