Hechos 8, 18-20

Viendo, pues, Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu, les ofreció dinero, diciendo: «Dadme también a mí este poder, para que a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo » Pero Pedro le dijo: «Tu plata y tú, a la perdición, por haber pensado que el don de Dios se compra con dinero.
Ver contexto