Daniel  7, 2-7

Daniel tomó la palabra y dijo: Estaba yo observando durante mi visión nocturna, y de pronto vi que los cuatro vientos del cielo agitaban el gran mar, y que cuatro bestias enormes, distintas una de otra, salían del mar. La primera era semejante a un león y tenía alas de águila. Seguí observando, y de pronto vi que le fueron arrancadas las alas, y que fue levantada de la tierra, que se puso de pie sobre sus patas, como un hombre, y que se le dio un corazón de hombre. Luego vi otra bestia, la segunda, semejante a un oso. Estaba levantada sobre un lado y tenía tres costillas en sus fauces, entre sus dientes; y le decían: Levántate y devora carne en abundancia. Después seguí observando, y de pronto vi otra bestia, semejante a una pantera, que llevaba cuatro alas de ave en el dorso. Esta bestia tenía cuatro cabezas, y le fue dado el poder. A continuación seguí observando en la visión nocturna, y de pronto vi una cuarta bestia, terrible, espantosa, extraordinariamente fuerte. Tenía enormes dientes de hierro; comía y trituraba, y aplastaba las sobras con sus patas. Era muy distinta de todas las bestias anteriores y tenía diez cuernos.
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