Genesis 19, 16-22

Como él vacilaba, los hombres asieron de las manos a él, a su mujer y a sus dos hijas, por la misericordia de Yahvéh hacia él, le hicieron salir, y lo condujeron fuera de la ciudad. Mientras los sacaban fuera, dijéronle: Escapa, por tu vida. No mires atrás, ni te detengas en toda la llanura. Escapa al monte, si no quieres perecer. Lot les contestó: No, señor mío. Puesto que tu siervo ha hallado gracia a tus ojos, y ha sido grande la misericordia que has hecho conmigo al salvar mi vida, mira que no puedo huir al monte, no sea que me alcance el desastre y yo muera. Cerca está esa ciudad a la que puedo huir. Es pequeña. Deja que me refugie en ella. ¿No es pequeña? Así salvaría la vida. Y le contestó: Bien, te hago favor también en esto, y no destruiré la ciudad de la que hablas. Date prisa, huye allá; pues nada puedo hacer mientras tú no llegues allí. Por esto a la ciudad se le llama Sóar.
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