Mateo 7, 1-8

No os afanéis, pues, por el día de mañana; que el día de mañana traerá su propio afán. Bástele a cada día su propia angustia. No juzguéis, y no seréis juzgados; porque con el juicio  con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que  midáis seréis medidos. ¿Por qué te pones a mirar la paja en el ojo de tu hermano,  y no te fijas en la viga que tienes en el tuyo? ¿O cómo eres  capaz de decirle a tu hermano: Déjame que te saque la paja  del ojo, teniendo tú la viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate  primero la viga del ojo, y entonces verás claro para sacar la  paja del ojo de tu hermano. No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen con sus patas, y luego se  revuelvan para destrozaros a mordiscos. Pedid, y os darán; buscad, y encontraréis; llamad, y os  abrirán.
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