Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
45. Nueva distribución de la Tierra Santa.
El profeta distribuye idealmente la futura tierra de promisión. Después de describir el templo y las condiciones que deben cumplir los sacerdotes y levitas para hacer resaltar mejor la santidad del lugar y de sus funciones, asigna ahora una parte central del territorio israelita al templo, y en torno a éste la porción territorial de los sacerdotes y del príncipe. Después determina la tributación que se ha de seguir
en la nueva teocracia para que nada falte al culto. Puede dividirse el capítulo en las siguientes perícopas:
a) distribución territorial asignada al templo, a los sacerdotes, levitas, ciudad de Jerusalén y príncipe (1-8);
b) exhortación al príncipe a no oprimir al pueblo;
c) diezmos que pagará el pueblo al príncipe, el cual debe aportar lo necesario a los sacrificios (9-17);
d) días de expiación y fiestas de Pascua y Tabernáculos (18-25).
Territorio asignado al templo, a los sacerdotes y a. los príncipes (1-8)
1 Cuando distribuyáis por suerte la tierra para poseerla, reservaréis una porción a Yahvé, que le consagraréis en la tierra, de veinticinco mil codos de largo y veinte mil de ancho *, que en todo su término en derredor será santa. 2 De ella será para el santuario un cuadro de quinientos por quinientos codos, que tendrá en torno un espacio libre de cincuenta codos. 3 De esa extensión la medirás, de un largo de veinticinco mil codos y un ancho de diez mil, y en ella quedará el santuario, el santísimo. 4 Esta porción santa de la tierra será para los sacerdotes, que se acercan a ministrar a Yahvé y servirá para sus casas y como lugar santo para el santuario. 5 Asimismo, veinticinco mil de largo y diez mil de ancho para los levitas que hacen el servicio de la casa, y en ella tendrán ciudad de habitación. 6 Para propiedad de la ciudad destinaréis cinco mil codos de ancho y veinticinco mil de largo, paralelamente a la porción santa reservada, que pertenecerá a la casa de Israel. 7 El príncipe tendrá su parte, lindando de ambos lados con la parte del santuario y la parte de la ciudad del lado occidental hacia occidente, y del lado oriental hacia el oriente, y de una longitud igual a una de las partes, desde la frontera occidental a la oriental. 8 Esta será su propiedad, su posesión en Israel, y así mis príncipes no oprimirán nunca más a mi pueblo y dejarán la tierra a la casa de Israel por sus tribus. Ezequiel nos presenta en este capítulo una distribución simétrica y sistemática ideal de la nueva Tierra Santa. Se trata de una idealización utópica en función de ideas teológicas. El centro de la nueva Tierra de Promisión será el templo, morada de Yahvé.
' Las tribus serán sistemáticamente distribuidas al norte y al sur del recinto sagrado. La nueva vida nacional debe ser teocrática en el sentido pleno y efectivo de la palabra; de ahí la presencia de Yahvé en el centro geográfico de Tierra Santa. Como la descripción es ideal, prescinde el profeta de las particularidades geográficas y demográficas. Primeramente nos presenta la parte central del territorio- que será considerada como sagrada, reservada a Yahvé , de 25.000 codos de larga (unos 13 km.) y 20.000 codos de ancho (unos 10 km.) 2.
Toda esta zona será considerada
como santa (v.1), perteneciente a Yahvé. El centro de ésta estará reservada al
santuario en una extensión de quinientos por quinientos codos (unos 250 X 250 metros, que es la extensión que nos dio en 42:15-20 para las dimensiones del templo). En torno a este sagrado recinto habrá un espacio libre de cincuenta codos (unos 25 m. largos). Dividiendo el rectángulo descrito (v.1) de 25.000 X 20.000 codos en dos partes a lo ancho, tenemos dos rectángulos adyacentes de 25.000 de largo por 10.000 de ancho (v.3). Uno de éstos es destinado a los
sacerdotes (v.4), y en su centro está propiamente el
templo 3. El otro rectángulo, al norte del anterior, está reservado a los
levitas (v.6). Paralela a la porción santa (v.6), al sur de la zona asignada a los sacerdotes, estará la parte reservada a la ciudad, de 25.000 codos de largo por 5.000 de ancho (unos 2:5 km.).
La porción asignada al príncipe se extiende al oriente y occidente de las zonas asignadas a los sacerdotes, levitas y ciudad (v.7). Su anchura es de 25.000 codos (13 km.), igual a la porción reservada a la zona consagrada. La parte, pues, reservada al príncipe estaba en el centro geográfico de Tierra Santa, dividiendo las tribus del norte de las del sur, como veremos a continuación. Además, la zona del príncipe estaba interrumpida por la zona
sagrada, que forma un cuadrado. El profeta, con esta distribución,
quiere simbolizar la fuerza teocrática de la nueva organización nacional y asentar que el príncipe no tiene derecho a apropiarse nada de las tribus, ya que tiene una posesión muy vasta y en el mejor lugar del país4.
Deberes y derechos tributarios del príncipe (9-17).
9 Así dice el Señor, Yahvé: ¡Basta, príncipes de Israel! Dejad la violencia y la rapiña Haced juicio y justicia, no haya de parte vuestra exacciones sobre mi pueblo, dice el Señor, Yahvé. 10 Sean justas vuestras balanzas, justo vuestro efá, justo vuestro bat. 11 El efá y el bat sean de la misma medida, de suerte que el bat contenga un décimo del jómer, y una décima parte del jómer el efá. Uno y otro corresponderán al jómer. 12 El siclo, veinte güeras. Los cinco siclos habrán de ser cinco; los diez, diez, y cincuenta siclos la mina. 13 La ofrenda que reservaréis será ésta: un sexto de efá por jómer de trigo, y un sexto de efá por jómer de cebada. 14 Y la ley para el aceite, para el bat de aceite, ésta: la décima parte de un bat por kor. Diez batos son el jómer 5, pues diez batos hacen un kor. 15 De las reses, una por manada de doscientas de los pastos regados de Israel 6, para el sacrificio pacífico y para el expiatorio, dice el Señor, Yahvé. 16 Todo el pueblo de la tierra hará esta oblación al príncipe de Israel, 17 y cuenta del príncipe será dar el holocausto, la ofrenda y la libación en las fiestas, en los novilunios, en los sábados y en todas las solemnidades de la casa de Israel, y él ofrecerá el sacrificio expiatorio, la ofrenda, el holocausto y el sacrificio eucarístico para expiar la casa de Israel. Los grandes responsables de la catástrofe de Israel fueron los magnates y los reyes de Israel. Con sus rapiñas y violencias sembraron la injusticia y la desesperación en el pueblo 7. En adelante deben los príncipes dar ejemplo de justicia, siendo escrupulosos en sus balanzas (v.9.), sin deformar su capacidad y el precio 8.
A continuación especifica concretamente el valor de cada medida de áridos y de líquidos. El
jómer, equivalente a la carga de un asno (de ahí su nombre, que significa
asno),
contenía 392:8 litros. El
efá es la medida de sólidos, equivalente al
bat, medida de líquidos, las cuales valían la décima parte del
jómer, es decir, 39,3 litros 9. El
siclo (de
sheqel: peso) era de oro o de plata. Este último equivalía a 14:200 gramos. El
güera era la 1/20 parte del
siclo 10. Cincuenta
siclos valían una
mina (v.12). El profeta urge que los valores reales y nominales deben corresponderse en los pesos y medidas. El pueblo debe contribuir al sostenimiento de los gastos del culto con 1/6 de
efá (unos seis litros) por
cada, jómer o
kor (393:8 1.) u. De las reses ovinas, por cada 200 debían ofrecer una. Es bastante menos de lo que exigía la ley mosaica 12.
Estas ofrendas eran para los sacrificios pacíficos y expiatorios; en aquéllos había un banquete sacrificial con participación de los oferentes y sacerdotes. Todos los no levitas,
el pueblo de la tierra (v.16), debían contribuir con estas ofrendas y diezmos. Por su parte, el príncipe es el encargado de proveer a toda clase de sacrificios, los
holocaustos, en los que se quemaba toda la víctima sobre el altar; las
ofrendas incruentas de frutos del campo y las
libaciones de aceite que habían de derramarse sobre el altar 13, y esto no sólo en el sacrificio cotidiano, sino en los
novilunios o
neomenias (principio de cada mes), en los que había sacrificios específicos 14, y en las otras
solemnidades, como la Pascua, Pentecostés y Tabernáculos 15.
Sacrificios en las principales solemnidades (18-25).
18 Así dice el Señor, Yahvé: El día primero del primer mes tomarás un novillo sin defecto y harás la expiación del santuario. 19 El sacerdote tomará de la sangre de la víctima expiatoria y la pondrá sobre los postes de la casa, y sobre los cuatro ángulos de la basa del altar, y sobre los postes de las puertas del atrio interior. 20 Y así harás también el día siete del mes 16 para los que pecan por ignorancia o por error, y así purificaréis la casa. 21 El día catorce del primer mes tendréis la Pascua. La fiesta durará siete días, y se comerá durante ellos pan ácimo. 22 Ese día ofrecerá el príncipe por sí y por todo el pueblo de la tierra un novillo en sacrificio expiatorio, 23 y durante los siete días de la fiesta ofrecerán en holocausto a Yahvé siete novillos y siete carneros sin defecto, cada uno de los siete días, y un macho cabrío en sacrificio expiatorio cada día. 24 Añadirá la ofrenda de un efá por toro, un efá por carnero y un hin de aceite por efá. 25 El día quince del séptimo mes, en la solemnidad, ofrecerá durante siete días los mismos sacrificios expiatorios y la misma ofrenda con su aceite. Los autores suelen hacer hincapié en las divergencias existentes entre las prescripciones de Ezequiel aquí expuestas y las tradicionales mosaicas. De nuevo tenernos que repetir que el gran profeta
no hace sino idealizar el futuro culto en la nueva teocracia. Nunca sus prescripciones se pusieron por obra en contra de las tradicionales. Debemos, pues, atender al simbolismo que entraña la nueva organización propuesta por Ezequiel, como lo hemos hecho al estudiar la estructura del nuevo templo por él diseñado. El profeta habla de los futuros sacrificios siempre con la preocupación ritualista de la pureza.
El primero de todos es el del primer día del nuevo año (primero de
Nisán: marzo-abril), en el que se debe sacrificar un
novillo en expiación para
purificar el templo. Se aspergerá con su sangre los postes o columnas que del atrio interior daban acceso al santuario, la
basa del altar de los holocaustos 17 y las columnas de las tres puertas que introducen al atrio interior (v.19). Sobre el holocausto hablará en 46:6. El
día séptimo del mismo mes se hará un sacrificio análogo por los pecados de
ignorancia o error (v.20) del pueblo. Estos pecados son pecados materiales sin plena advertencia, en contraposición a los cometidos con mano alzada18. Difiere esta prescripción de la mosaica en cuanto que Ezequiel señala una fecha determinada para la expiación de los susodichos pecados posibles del pueblo, mientras que en la ley mosaica se prescribía, en general, que debía ofrecerse ese sacrificio expiatorio siempre que se cometieran esos pecados. Además, según la antigua Ley, en el sacrificio con el novillo había que ofrecer un macho cabrío 19.
La Pascua debía celebrarse el 14 de Nisán (marzo-abril), y durante siete días no debía comerse pan fermentado; el príncipe debía ofrecer en este día un novillo en expiación, y en cada uno de los días, siete novillos y siete carneros y un macho cabrío como expiación (v.23). Estos sacrificios debían ir acompañados de un
efá de flor de harina (39 1.) 20 pOr cada novillo y otro tanto por cada carnero. Además, cada
efá de flor de harina será acompañado de un
hin (1/6 del
bat, es decir, unos 6:5 L).
Tampoco aquí coinciden las prescripciones de Ezequiel con las mosaicas 21. Vemos, pues, que el profeta, aunque trabaja con datos de la tradición, los cambia a su gusto, según el sentido simbólico que les quiere dar. Ezequiel no dice nada de los corderos que cada familia sacrificaba en la cena del 14 de Nisán 22.
1 Leemos con los LXX
veinte mil, con preferencia al TM, que lee
diez mil, pues la parte reservada a los
levitas también es
santa. 2
Algunos autores, como Spadafora, interpretan estas cifras de cañas
de medir, y no de codos. Con lo que las dimensiones serían seis veces mayores de las que hemos expuesto, pues la
caña valía seis codos. La mayoría de los autores prefieren leer codos, aunque el TM no dice ni codos ni cañas. 3 Los LXX leen: y será un lugar para cosas puestas aparte por su santidad. Falta será una parte santa en el griego. 4 Cf. Miq 2,iss; 3,Qss; 6:10-11. 5 Diez batos hacen un jómer falta en los LXX. 6 La traducción pastos regados no es segura. 7 Cf.
Jer_6:7;
Jer_20:8;
Amo_3:10;
Hab_1:3; 1 Re 21; Is s,8s. 8 La frase del v.10 aparece en
Lev_19:36; cf.
Deu_25:13-15;
Miq_6:10-11; Prov n,i; 16,é é; 2è,éï. 9 La equivalencia de estas medidas susodichas hebreas con las nuestras fluctúan según los autores. Así,
el jómer (el
imeru asirio) equivale, según Kortleitner, a 364:4 litros. El jómer aparece reiteradamente en la Biblia (cf.
Lev_27:16;
Num_11:32;
Isa_5:10;
Ose_3:2). Los LXX traducen por êüñïò. 10
El güera es el üâïëïò de los LXX (cf.
Amó_8:5;
Exo_30:13;
Lev_27:25; Núm 3:47; 18:48). El
sido es el óßêëïs de los LXX, que también traducen por äéäñÜ÷ìïí. La
mina es el
maneh del hebreo, que es transcrito por los LXX ìíá. Sobre el valor de estas medidas véase el artículo
Medidas, pesos, monedas en Verbum Dei, I p.272ss (Barcelona 1956). 11 El
jómer y el
kor son equivalentes; el primero era medida de áridos, y el segundo de líquidos. 12 Cf.
Lev_27:32; los LXX en el texto de Ezequiel leen
diez en vez de
doscientos. 13 Cf.
Lev_23:13-18;
Num_6:15. 14 Cf.
Lev_23:24;
Num_10:10. 15 Cf.
Lev_23:2;
Num_15:3. 16 Los LXX traducen en el mes séptimo. El TM dice lit. en el séptimo, en el mes. 17 Cf. £243:20. 18 Cf.
Num_15:30;
Lev_4:2;
Num_15:22-27. 19 Cf.
Num_15:24. 20 Cf.
Núm_28:5;
Num_15:4;
Núm_28:5. 21 Según
Num_28:19-22 : en el primer día se ofrecerían en holocausto dos novillos, un carnero y siete corderos de un año. 22 Cf.
Exo_12:6s.