I Crónicas 17, 1-14

Cuando David ya habitaba en su casa, sucedió que David dijo al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, pero el arca del pacto de YHVH está entre cortinas. Y Natán respondió a David: ¡Haz todo lo que está en tu corazón, porque Ha-Elohim está contigo! Pero esa misma noche vino palabra de Elohim a Natán, diciendo: Vé y di a David mi siervo: Así dice YHVH: Tú no me edificarás Casa en que habite. Porque no he habitado en casa alguna desde el día en que hice subir a los hijos de Israel hasta hoy, sino que estuve en tienda y en tabernáculo °. Por dondequiera que anduve con todo Israel °, ¿acaso he hablado palabra con alguno de los jueces de Israel, que apacienta a mi pueblo, para decirle: Por qué no me edificáis una Casa de cedro? Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así dice YHVH Sebaot: Yo te tomé del redil, de seguir tras el rebaño, para que fueras guía sobre mi pueblo Israel, y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado de tu presencia a todos tus enemigos, y te haré un nombre como el nombre de los grandes de la tierra. Asimismo he dispuesto un lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él, y no sea más removido, ni los hijos de iniquidad continúen oprimiéndolo como al principio, como desde los días en que puse jueces sobre mi pueblo Israel, y someteré a todos tus enemigos; además, te hago saber que YHVH te edificará casa. Y cuando tus días sean cumplidos para ir con tus padres, levantaré descendencia después de ti a uno de entre tus hijos y afirmaré su reino. Él me edificará Casa, y Yo confirmaré su trono eternamente. Yo le seré por padre y él me será por hijo, y no apartaré de él mi misericordia, como la aparté de aquél que estaba antes de ti, sino que lo confirmaré en mi Casa y en mi reino eternamente, y su trono permanecerá eternamente.
Ver contexto