Mateo 10, 7-14

Y yendo, proclamad diciendo: ¡El reino de los Cielos se ha acercado! Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis ° de oro ni de plata ni de cobre en vuestros cintos, ni de alforja para el camino ni de dos túnicas, ni de sandalias ni de bordón, porque el obrero ° es digno de su alimento. En cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién es digno en ella, y posad allí hasta que salgáis. Y al entrar en la casa, saludadla. Si en verdad la casa es digna, repose vuestra paz sobre ella, pero si no es digna, vuélvase vuestra paz a vosotros. Y cualquiera que no os reciba, ni oiga vuestras palabras, al salir de aquella casa o ciudad, sacudid ° el polvo de vuestros pies.
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