Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
21. Camino de Moab.
S igue la narración con una serie de incidentes, algunos de ellos, como la victoria sobre los cananeos, desplazados de su contexto histórico; pero, en conjunto, los hechos resultan perfectameni verosímiles en la azarosa marcha de los israelitas hacia la tierra de Canaán.
Victoria Sobre el Rey de Arad (1-3).
1
El cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Negueb, al oír que venía Israel por el camino de Atarim, los atacó y tomó prisioneros. 2
Hizo entonces Israel voto a Yahvé, diciendo: Si entregas a este pueblo en mis manos, yo destruiré sus ciudades. 3
Oyó Yahvé la voz de Israel, y le entregó el cananeo, a quien dio al anatema, destruyéndolos a ellos y a sus ciudades, por lo cual fue llamado aquel lugar Jormá.
Este relato está, sin duda, fuera de lugar. Generalmente, los críticos creen que se trata de un incidente posterior que tuvo lugar cuando las tribus israelitas entraron a sangre y fuego en Canaán. En
Jue_1:17 se dice que las tribus de Judá y Simeón conquistaron una ciudad al sur del Negueb, llamada
Safat, a la que cambiaron el nombre en
Jormá, o condenada al anatema (
jérem)
. Quizá se trate del mismo hecho, y el hagiógrafo haya trasladado esta victoria al tiempo de Moisés para deshacer el mal efecto de la derrota que los israelitas sufrieron en
Jormá al querer atacar a Canaán por el sur1. Israel, vencido en alguna escaramuza por el rey cananeo de Arad en el Negueb2, en el
camino de Atarim, que debía de ser la ruta caravanera3 que iba de Cades al Negueb, se rehizo y volvió a la lucha, haciendo voto a Yahvé de entregar al
anatema o destrucción,(
jérem)
las ciudades conquistadas si obtenía la victoria. Según las leyes de la guerra entonces vigentes, el vencedor se creía dueño de las vidas y haciendas de los vencidos. Por eso se apropiaba los .Henes y reducía a esclavitud a las personas que hubieran quedado con vida. Con este voto, Israel renuncia a esas ventajas dé la guerra, y
consagra a su Dios por la destrucción los bienes conquistados,
haciendo de ello un don a su Dios. Era la ley del
jérem o
anatema, costumbre bárbara seguida por Israel y tomada del ambiente histórico, dándola un supuesto sentido religioso. En la inscripción del rey de Moab, Mesa, leemos: Y Camós (dios de Moab) me dijo;
Ve y toma a Nebo contra Israel. Y partí de noche y la combatí desde la aurora hasta el mediodía y la tomé. Y los maté a todos: siete mil hombres, jóvenes, mujeres y doncellas y esclavas, porque yo había hecho el
jérem a Astor-Camós.4 No podemos decir, pues, que esta ley sea privativa de Israel, sino que es una de tantas costumbres bárbaras de los antiguos, practicada también por Israel5.
La Serpiente de Bronce (4-9).
4
Partiéronse del monte Hor en dirección al mar Rojo, rodeando la tierra de Edom; y el pueblo, impaciente, 5
murmuraba por el camino contra Dios y contra Moisés, diciendo: ¿Por qué nos habéis sacado de Egipto a morir en este desierto? No hay pan ni agua y estamos ya cansados de un tan ligero manjar como éste. 6
Mandó entonces Yahvé contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murió mucha gente de Israel. 7
El pueblo fue entonces a Moisés y le dijo: Hemos pecado murmurando contra Yahvé y contra ti; pide a Yahvé que aleje de nosotros las serpientes. Moisés intercedió por el pueblo, 8
y Yahvé dijo a Moisés: Hazte una serpiente de bronce y ponía sobre un asta, y cuantos mordidos la miren, sanarán. 9
Hizo, pues, Moisés una serpiente de bronce y la puso sobre un asta; y cuando alguno era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se curaba.
Israel partió del monte Hor, en que dejó enterrado a Aarón, en dirección sudeste, hacia el mar Rojo. El camino que sigue es el del Araba, o sea, la prolongación del valle del Jordán y del mar Muerto, que va a terminar al golfo elanítico o de Akabah. Es terreno mísero e inhóspito y sin agua. Y no es de maravillar que el pueblo, fatigado, protestase, según era costumbre en todas las contrariedades, añorando la abundancia de Egipto y despreciando el maná,
ligero manjar (v.6),
? de poco valor nutritivo6. Dios, en castigo, les envió
serpientes venenosas, lit. quemadores, por las fiebres altas que producían sus picaduras, que no son raras por la estepa. Reconociendo en ello un castigo, los israelitas piden a Moisés que les libre de esta plaga. Por orden divina hace una
serpiente de bronce7, y la levanta en un palo, para que los israelitas al verla consigan la curación. Se ha querido ver en este relato un vestigio de la ofiolatría, o culto a las serpientes entre los orientales. En Gezer se ha encontrado una serpiente metálica; en Susa y en Babilonia se han descubierto diversos amuletos en forma de serpiente. Y en las minas de cobre de Fuñón (cerca del lugar donde tuvo lugar el incidente bíblico) se han encontrado láminas metálicas en forma de serpiente, preparadas sin duda para usos supersticiosos. De aquí se ha querido deducir que el hagiógrafo asocia estos restos metálicos de aquella región con un milagro de Moisés relacionado con las mordeduras de las serpientes. Desde luego que el hagiógrafo no atribuye un valor mágico a la serpiente de bronce levantada por Moisés, sino que ve en ella un símbolo del poder curativo de Dios. La serpiente siempre ha sido relacionada con la medicina, porque a ella se atribuían determinadas virtudes curativas. El autor del libro de la Sabiduría hace la exégesis del pasaje bíblico: La serpiente era un símbolo de salvación que otorgaba la salud, no por la virtud de la figura que tenían bajo sus ojos, sino por Aquel que es el Salvador de todos.8 Los israelitas, en tiempo de Ezequías, daban culto a una serpiente de bronce llamada
Nejustan (de
nejóset, bronce), y la consideraban como la utilizada por Moisés para curar a los israelitas. El piadoso rey la hizo despedazar para evitar los abusos idolátricos9. Jesucristo alude al hecho del desierto, y ve en la serpiente levantada por Moisés un tipo de su elevación en la cruz: Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en El tenga la vida eterna.10
Los Santos Padres han desarrollado este simbolismo manifiesto en el poder curativo de la serpiente y de Cristo en la cruz. En todo caso, Moisés, al levantar la serpiente, no creía emplear un procedimiento
mágico para curar, sino destacar y simbolizar
la omnipotencia divina, que curaba a los israelitas. A nuestra mentalidad resulta extraña la elección de este símbolo, pero debemos trasladarnos a la mentalidad oriental de los antiguos israelitas para comprenderlo, como tenemos que ser comprensivos con otros ritos extraños del Antiguo Testamento.
Itinerario a Través de Edom (10-20).
10
Partiéronse los hijos de Israel y acamparon en Obot; 11
y partidos de Obot, acamparon junto a lye-Abarim, en el desierto que hay frente a Moab, al oriente. 12
Partidos de allí, acamparon junto al torrente Zared; 13
y partidos de allí, acamparon a la otra orilla del Amón, en el desierto, que proviene del confín de los amorreos, pues el Amón es confín de Moab, entre Moab y los amorreos. 14
Por eso se decía en el libro de las Guerras de Yahvé:
Contra Vaheb en Sufá, contra el torrente de Amón
15
las angosturas del torrente que se extiende hacia la
y se apoya en los confines de Moab.(región de Ar)
16
De allí vinieron a Beer; es el pozo a que se refería Yahvé cuando dijo a Moisés: Reúne al pueblo y yo le daré agua. 17
Entonces cantó Israel este canto:
Mana, pozo; cantadle.
18
Pozo cavado por los príncipes,
alumbrado por los nobles del pueblo
con sus cetros, con sus bastones.
Del desierto fueron a Matana; 19
de Matana a Najaliel, de Najaliel a Bamot, 20
de Bamot al valle que hay en los llanos de Moab, a la cima del Fasga, que domina el desierto.
Continuando su camino por el Araba, Israel llegó a Asiongaber (golfo de Elán), para volver luego hacia el norte, siguiendo la frontera oriental de Edom y Moab, hasta el Amón, que separaba el reino de Moab del amor reo Seón. El itinerario es incompleto, y hay que llenar el vacío con textos de
Deu_10:7 y Núm 33. La primera estación,
Obot, es difícil de identificar; pero se propone un lugar al este de Edom11
. lye-Abarim significa ruinas de Abarim, y se la ha querido identificar con
jhbet-Ai, el áßá del mapa de Mádaba12. El torrente
Zared es identificado con
Wady el-Hesa, al sudeste del mar Muerto13. El
Amón es identificado comúnmente con
Seil el-Mogib, que tiene un lecho profundo, y así señala el límite septentrional de Moab14. El texto cita a continuación un relato épico del libro
Guerras de Yahvé, en el que se cantaban las gestas de Yahvé en favor de su pueblo, y quizá sea el mismo libro llamado
Libro del Justo, también de carácter épico, citado en otros lugares15. Las localidades de
Vaheb y
Sufá son desconocidas; en cambio,
Ar debe de ser
Ar-Moab, la antigua capital del país16. La nueva estación de
Beer, que significa
pozo, debe de aludir a un alumbramiento inesperado de agua, debido a la ínter vención milagrosa de Yahvé (v.1 6). Con este motivo, un poeta, en el momento solemne en que los jefes de las tribus descubrían con sus bastones el pozo recién abierto y tapado para la inauguración solemne, declaraba la pertenencia del pozo a una tribu: pozo cavado por los príncipes, alumbrado por los nobles del pueblo con sus cetros, con sus bastones (v.18). En la poesía beduina popular son frecuentes estos cantos cuando se inaugura un pozo: ¡Brota, corre a borbotones agua...! Es el paralelo del
¡Mana, pozo! del v.17b17.
Matana y Najaliel son localidades no identificadas.
Bamot puede ser el
Bet Bamot de la estela de Mesa18. Los
llanos de Moab es la meseta moabítica al norte del Amón. La cima de Fasga es identificada con Ras es-Siaga, a cuatro kilómetros del monte Nebo19, y domina el
desierto o
yesimon, región al pie del Fasga, cuyo nombre puede rastrearse quizá en el
Sueimeh (Jirbet) actual20.
Victoria Sobre los Amorreos (21-35).
21
Israel mandó embajadores a Seón, rey amorreo, para decirle: 22
Déjanos pasar por tu territorio; no iremos ni por los campos ni por las viñas, ni beberemos el agua de tus pozos; iremos por el camino real hasta salir de tus fronteras. 23
Seón se negó a dejar pasar a Israel por su territorio, y, reuniendo a toda su gente, salió al encuentro de Israel en el desierto y le dio la batalla en Yahsa. 24
Israel le derrotó al filo de la espada, y se apoderó de su tierra desde el Amón hasta el Yaboq, hasta los hijos de Amón, pues Yahsa era frontera de los amonitas. 25
Conquistó Israel todas estas ciudades, y habitó en las ciudades de los amorreos, en Hesebón y en todas las ciudades que de ella dependen, 26
pues Hesebón era la residencia de Seón, rey de los amorreos, que había hecho antes la guerra al rey de Moab, y se había apoderado de toda su tierra hasta el Amón. 27
Por eso cantaban los trovadores:
Id a Hesebón, edificad y fortificad la ciudad de Seón.
28
Fuego ha salido de Hesebón, llama de la ciudad de
que devoró las ciudades de Moab
[Seón; y consumió las alturas del Amón.
29
¡Ay de ti, Moab! Has perecido, pueblo de Gamos;
fueron dados a la fuga tus hijos,
y sus hijas por cautivas del rey de los amorreos.
30
Pero al rey de los amorreos, Seón,
le han arrebatado el noval desde Hesebón hasta Dibón.
Y sus mujeres, humilladas, hasta tener que encender el fuego en Mádaba.]
31
Así habitó Israel en la tierra de los amorreos. 32
Mandó Moisés reconocer a Yazer, y se apoderaron de las ciudades que de ella dependían, expulsando de ellas a los amorreos que allí habitaban; 33
y volviéndose, subieron camino de Basan, saliéndoles al encuentro Og, rey de Basan, con todo su pueblo para la batalla en Edray. 34
Yahvé dijo a Moisés: No le temas, que a tus manos te lo entregaré, a él, a su pueblo y toda su tierra, y harás con él lo que hiciste de Seón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón. 35
Y le derrotaron a él y toda su gente, hasta no dejar ni uno, y se apoderaron de su tierra.
Llegados a la meseta de Moab, Moisés envió mensajeros para pedir paso por el territorio del rey amorreo, Seón (v.21). La denominación de
amorreo es bastante genérica21, y designa una población semítica occidental que estaba extendida por Palestina, Siria y Transjordania. El rey amorreo niega el paso, y sale al encuentro de los israelitas, los cuales le vencen en
Yahsa, la Yahas de la estela de Mesa, situada entre Mádaba y Dibón, al nordeste del mar Muerto. Los hebreos conquistaron todo el país moabita desde el Amón hasta el torrente
Yaboq (Wady ez-Zerqa), al nordeste del Jordán septentrional, línea fronteriza con el reino de Og, rey de Basan, dividiendo en dos partes el territorio de Galaad. Era también línea fronteriza con el reino de Amón, que primitivamente comprendía el territorio desde el Amón al Yaboq, pero que había sido rechazado al oriente por los amorreos22.
Yazer es identificada con la actual Sar, al sur de Aman.
Hesebón es la actual
Hesban. El redactor inserta aquí un antiguo canto de guerra que era cantado por los
trovadores o
mesalim, especie de poetas que en forma sentenciosa y gnómica se dedicaban a exaltar las gestas de las tribus23. No se sabe si el canto es de origen israelita o amorreo. Es un canto irónico contra los vencidos de la ciudad destruida de Ar-Moab por el rey amorreo Seón. Puede ser un canto israelita en el que se recuerda a Moab su antigua derrota a manos de Seón, que, a su vez, fue vencido por los hebreos24. Así entendido el poema, parece una invitación a los israelitas a reedificar
Hesebón, destruida por ellos, porque de Hesebón partió el fuego devorador de Moab, enemigo tradicional de Israel (v.27).
Caraos, dios nacional de los moabitas, ha abandonado a su pueblo (v.29). Sus hijas cautivas pueden ser las mujeres moabitas, o las ciudades dependientes de la capital Ar-Moab (v.28).
El v.30 es muy oscuro, y las versiones muy diversas. El TM dice: Nosotros los hemos atravesado de flechas, Hesebón ha perecido hasta Dibón, y nosotros los hemos devastado hasta Nofaj, que está, junto a Mádaba. Los LXX: Y su raza perecerá, Hesebón hasta Dibón. Y las mujeres aún encienden el fuego sobre Moab. Lagrange propone, corrigiendo el TM: Y nosotros les atravesamos con flechas desde Hesebón hasta Dibón. Y los devastaremos mientras el fuego haya devorado a Mádaba.25 La Vg: Su yugo ha perecido desde Hesebón hasta Dibón; han llegado fatigados a Nofé y hasta Mádaba.26
Dibán está a cinco kilómetros al norte del Amón, y en esa localidad se encontró la estela de Mesa, rey de Moab, en 1868, actualmente en el museo de Londres.
Mádaba es mencionada también en esta estela, y está a ocho kilómetros de Hesebón27.
Continuando hacia el norte, los israelitas tuvieron que hacer frente al rey de Basan, Og, que reinaba desde el Yaboq hasta el Hermón. Es la
Batanea de la época romana (del arameo
Batan)28. Según
Deu_3:11, Og era descendiente de los gigantes o
refaim. El choque tuvo lugar en
Edray, la actual
Edreaat o Derat, al sudeste de Genesaret. La victoria fue de los israelitas, y la ciudad condenada al
anatema, matando a todos sus habitantes29. La victoria sobre Seón, rey de Hesebón, y sobre Og, rey de Basan, fue cantada en la épica popular, y sus ecos aparecen en muchos salmos30. Con estas conquistas, Israel, a quien había prometido Dios la tierra de Canaán, limitada al oriente por el Jordán y mar Muerto, empieza a adueñarse de estas regiones orientales, en las que vendrán a instalarse las tribus de Rubén, Gad y Manasés.
1 Véase com. a
Núm_14:45. 2 Existe hoy un
Tell Arad a 30 kilómetros'al sur de Hebrón. 3 La Vg. y Sir. traducen exploratorum viam, leyendo tarim en vez de atarim. 4 Véase G. Jean,
Le Milieu Biblique II 419. 5 Véase com. a
Lev_27:28, y A. Fernández: Bi 5 (1924) 3-5. 6 Cf.
Núm_11:6. 7 En heb. hay juego de palabras entre
najas (serpiente) y
nejoset (bronce). 8
Sab_16:6-7. 9
2Re_18:4. 10
Jua_3:14s. 11 Cf. RB(1800) 286. 12 Cf. ibid., 287. 13 Abel,
Géog. I 489. 14 Cf. Dt 2:
Núm_24:36;
Jos_11:2;
Jue_11:13. Véase Abel, o.c., I 178-179.487-89. 15 Cf.
Jos_10:13;
2Sa_1:18. 16 Cf.
Núm_22:36. 17 Citado por H. Gressmann,
Mose und seine Zeit 349. 18 Hay otro Bamot-Baal citado en
Núm_22:41;
Jos_13:17. 19 Cf. Abel,
Géog. 1380. 20 Cf. Mallon: Bi (1929) 218-220. 21 Cf.
Núm_13:20 y com. 22 Cf.
Deu_2:20;
Jue_11:13. En el
Yaboq tuvo lugar la lucha del ángel con Jacob (
Gen_32:22-31). 23 Cf.
Isa_14:4;
Hab_2:6. 24 Véase M. J. Lagrange: RB (1899) 548. 25 Ibid., 552. 26 La
Bib.
de Jérusalem: Hesebón ha destruido a los niños hasta Dibón, a las mujeres hasta Nofah, a los hombres hasta Medaba. Cantera: de Sijón, rey amorreo, muerte les tenemos dado con saetas, y Jesbón hasta Dibón ya ganada. Hasta Nofaj devastamos, que está próxima a Medeba. Clamer: Los hemos herido con saetas; perdida Hesebón hasta Dibón; hemos devastado hasta Nofé, con el fuego hasta Mádaba. 27 Véase RB (1897) 165-184.450-458. 28 Cf. Abel,
Géog. I 275. 29
Deu_2:34-35. 30
Sal_135:1;
Sal_136:19.