I Macabeos 8, 17-31

Judas eligió a Eupólemo, hijo de Juan, hijo de Acos, y a Jasón, hijo de Eleazar, y los envió a Roma a concertar un tratado de amistad y mutua defensa, para sacudirse el yugo de encima, porque veían que el imperio de los griegos tenía esclavizado a Israel. Partieron, pues, para Roma y, después de un larguísimo viaje, entraron en el Senado, donde, tomando la palabra, dijeron: «Judas, llamado Macabeo, sus hermanos y el pueblo judío nos han enviado a vosotros para concertar un tratado de mutua defensa y de paz, y para que nos inscribáis en el número de vuestros aliados y amigos». La propuesta les pareció bien. Esta es la copia de la carta que enviaron a Jerusalén, grabada en planchas de bronce, para que quedase allí como documento del tratado de paz y mutua defensa: «¡Prosperidad a los romanos y a la nación de los judíos por mar y por tierra para siempre! ¡Lejos de ellos la espada enemiga! Pero, si se declara una guerra primera contra Roma o contra cualquiera de sus aliados en cualquier parte de sus dominios, la nación de los judíos luchará de todo corazón a su lado, según las circunstancias se lo dicten. A los enemigos no les darán si les suministrarán trigo, armas, dinero ni naves. Así lo ha decidido Roma. Guardarán fielmente los compromisos sin recibir compensación alguna. Igualmente, si después se declara una guerra contra los judíos, los romanos lucharán a su lado con todo empeño, según las circunstancias se lo dicten. A los enemigos no les darán ni trigo, ni armas, ni dinero ni naves. Así lo ha decidido Roma. Estos compromisos se cumplirán lealmente. En estos términos se han concertado los romanos con el pueblo judío. Si posteriormente unos y otros deciden añadir o quitar algo, lo podrán hacer de mutuo acuerdo, y lo que añadan o quiten será válido. En cuanto a los males que el rey Demetrio les ha causado, le hemos escrito diciéndole: “¿Por qué has hecho pesar tu yugo sobre nuestros amigos y aliados los judíos? Si otra vez vuelven a quejarse de ti, nosotros defenderemos sus derechos y te haremos la guerra por mar y tierra”».
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