I Samuel 19, 11-17

Saúl mandó emisarios a casa de David, para que lo vigilaran y lo mataran al amanecer. Pero su mujer Mical le avisó: «Si no pones a salvo tu vida esta noche, mañana habrás muerto». Mical lo descolgó por una ventana y David emprendió la huida, para ponerse a salvo. Mical cogió luego los terafim y los colocó sobre la cama, colocando una estera de pelos de cabra a la cabecera y tapándolo todo con un cobertor. Cuando Saúl mandó emisarios a prender a David, ella les dijo: «Está enfermo». Saúl envió de nuevo emisarios a visitar a David, y les ordenó: «Traédmelo en la cama, para matarlo». Al llegar los emisarios, encontraron los terafim sobre la cama y la estera de pelos de cabra a la cabecera. Saúl recriminó a Mical: «¿Por qué me has engañado y has dejado a mi enemigo ponerse a salvo?». Mical respondió: «Él me amenazó: “Déjame marchar o te mato”».
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