Esdras  3, 1-6

° Cuando llegó el mes séptimo, estando ya los hijos de Israel instalados en sus ciudades, el pueblo se reunió como un solo hombre en Jerusalén. Entonces Josué, hijo de Josadac, con sus colegas sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus parientes, reconstruyeron el altar del Dios de Israel para ofrecer sobre él los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, el hombre de Dios. Levantaron el altar sobre su emplazamiento, a pesar del miedo que tenían al pueblo de la tierra, y ofrecieron sobre él holocaustos al Señor: los holocaustos de la mañana y de la tarde. También celebraron la fiesta de las Tiendas, según está prescrito, ofreciendo cada día el número de holocaustos según está establecido. Después ofrecieron los holocaustos perpetuos, los de los novilunios y los de todas las fiestas consagradas al Señor, así como los que eran ofrecidos voluntariamente al Señor. Desde el día primero del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos al Señor, aunque todavía no se habían puesto los cimientos del templo del Señor.
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