Job  11, 1-20

° Sofar de Naamat contestó así: «¿Quedará sin respuesta tanta palabrería?, | ¿daremos la razón a un charlatán? ¿Hará callar a otros tu locuacidad?, | ¿te burlarás sin que nadie te contradiga? Tú has dicho: “Mi doctrina es limpia, | nada malo me puedes reprochar”. Pero ojalá Dios te hablase, | abriese los labios para responderte y te enseñase secretos de sabiduría, | que son prodigios de destreza; | entonces seguro que sabrías | que Dios te ha castigado | menos de lo que tu iniquidad merece. ¿Pretendes sondear el misterio de Dios, | descubrir la perfección del Todopoderoso? Es más alto que el cielo: ¿qué harás?; | más hondo que el Abismo: ¿qué sabrás tú? Es más extenso que la tierra, | y más ancho que el mar. Si se presenta y mete a alguien en la cárcel, | si cita a juicio, ¿quién lo impedirá? Pues conoce a los hombres engañosos, | cuando ve la maldad se fija bien. Pero el necio se volverá cuerdo | cuando un pollino de asno nazca hombre. Mas si diriges tu mente a Dios, | si extiendes las manos hacia él, si alejas tu mano de la maldad | y no alojas en tu tienda la injusticia, podrás alzar la frente sin mancilla; | te sentirás seguro y sin temor, podrás olvidar tu sufrimiento, | recordándolo como agua que pasó; tu vida será más clara que el mediodía, | tus tinieblas serán como la aurora; tendrás seguridad en la esperanza, | te sentirás protegido y dormirás tranquilo; descansarás sin que nadie te asuste, | y muchos buscarán tu favor. Pero los ojos del malvado se consumen, | no tendrá posibilidad de refugio, | su esperanza es solo un suspiro».
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