Lucas 1, 45-55

Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava. | Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: | su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: | dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos | y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes | y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia —como lo había prometido a nuestros padres— | en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
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